Beatriz Arjona y Sonia Barba cuentan su experiencia en la película ‘Fin de Fiesta’
Las actrices son Lupe y Carmina, respectivamente
Elena Manrique se ha puesto tras la cámara para dirigir Fin de fiesta. Protagonizada por Sonia Barba, Beatriz Arjona y Edith Martínez Val, nos cuenta la historia de un migrante africano que se esconde en el cobertizo de una casa señorial andaluza, donde conoce a las protagonistas de nuestra entrevista.
En primer lugar, enhorabuena por la película. En vuestro caso tenemos a estos dos personajes tan distintos entre ellos, como son Carmina y Lupe. ¿Cuáles son vuestras impresiones al respecto?
Beatriz Arjona: Como dices, Carmina y Lupe son el sol y la luna. Es más, creo que hay algo que a mí me ayudó mucho, por lo menos como actriz, a la hora de afrontar a Lupe, que era todo lo que yo veía en Carmina. Carmina simboliza el sol en todo su apogeo, tiene tantas connotaciones positivas como negativas. Y por ello, para poder convertirme en Lupe tenía que hacer todo lo opuesto, la luna. Me costaba mucho, porque el personaje de Carmina está interpretado por esta pedazo de actriz y maravillosamente escrito por Elena. Entonces tenía que trabajar a Lupe desde el punto contrario, desde esa introspección que tiene Lupe: austera, e incluso reivindicativa.
Sonia Barba: En mi caso, es mi primer papel como actriz en cine, de manera profesional. Cuando Elena me envió el guion me quedé fascinada. Entendí muy bien la pizquita de humor que hay que poner a ese personaje para que no sea totalmente detestable. Este humor era muy importante para que Carmina fuera querida, porque no queríamos que la gente la odiase desde el principio. Al final es un personaje que representa todos los privilegios de aquellas clases que han vivido de la sopa boba, que tienen esos privilegios heredados, que les vienen dados por su estatus social. La manera que tiene de expresarse Carmina es graciosa, pero te vas dando cuenta de que hay un pequeño monstruo ahí y que hay que tener muchísimo cuidado.
Comentabas el tema del humor. ¿Cómo habéis trabajado vosotras esa sátira versus la vulnerabilidad que representan?
Sonia Barba: Yo tuve la suerte de contar siempre con Bea. Para que Carmina tenga gracia, el personaje de Lupe tiene que estar en un punto de incomodidad muy finito, muy equilibrado, porque si ella está un poco más incómoda de la cuenta, ya nos vamos con ella; la empatía va con ella, y ya odias a Carmina. Yo la miraba trabajar y tomaba apuntes. La manera de mirar de Lupe a mí me lo daba todo. Y con Edith me pasaba igual.
Beatriz Arjona: Bueno, he de decir que también se veía mucho que Sonia disfrutaba. Creo que es muy importante en tu personaje la libertad de juego que tenía y que tiene Sonia como actriz. Porque creo que este personaje de Carmina, desde mi punto de vista, viéndola como compañera, o tienes una libertad y una valentía de tirarte a la piscina con todo, o creo que este personaje se queda corto. Te puedes quedar como a medias y que parezca una parodia. Creo que es la complejidad de esta película, ¿no? Y me voy también a lo mío. Lo más difícil ha sido generar o crear el tono de no llegar a la parodia. Elena (Manrique), la directora, tenía muy, muy claro, por dónde llevar a los personajes, cómo estaban escritos. Y la apuesta también de los personajes y las actrices que somos. Y con mi personaje, por ejemplo, Elena me decía “mira, tú eres cine iraní, de introspección”. Pero claro, ahí está la complejidad de cada uno, la libertad de tirarte a la piscina de una forma u otra, pero desde el recogimiento. Creo que ahí sí está muy equilibrada.
Fueron muy importantes los ensayos, algo para lo que, a veces, las películas no tienen tiempo o presupuesto. Y tuvimos la suerte tanto de ensayar en Madrid como en la casa en la que rodamos. Yo ya iba con el trapo en la mano (risas), y te ayudaba mucho a generar esos personajes.

Fotografía de Patandi

Se está perdiendo este orgullo de dónde venimos. Y eso no nos lo pueden robar
Sonia Barba, interpreta a Carmina en 'Fin de fiesta''
Os iba a preguntar ¿qué es lo que os ha ayudado a decantaros por elegir este proyecto?, pero por lo que veo fue por los personajes.
Sonia Barba: Los personajes son increíbles, pero es que Elena también, ha sido un motor muy fuerte. Cuando comenzábamos a rodar, y la veías ya desde temprano pegando saltos por el set, dando los buenos días, haciendo bromas… no te quedaba otra que ponerte a su misma altura. Tenía mucha complicidad con el director de fotografía, con Joaquín, entonces estabas todo el tiempo con la confianza de que ellos sabían hacia donde iba todo. Entonces tú te dejabas llevar; te podías soltar y tener confianza en lo que tenías que hacer.
Beatriz Arjona: Sí, el director de fotografía es de fuera y ha sabido captar perfectamente lo que se quería transmitir. Muchas veces nosotros mismos no nos damos cuenta de lo que tenemos y llega alguien de fuera y saca una luz que era como “wow”.
Yo no había trabajado con Elena, pero cuando empezó a contarme… Había algo que a mí me atraía mucho de la historia de Lupe en representación de mi familia, que venga del campo, de servir… Había algo ancestral que a mí me apetecía mucho explorar también, aunque ya no tenga tanto que ver conmigo. Fue como un regalo. Y claro, currar en tu casa siempre hace mucha ilusión. Eso fue también un regalazo.
Era gracioso porque parte del equipo técnico no era español. El equipo en sí, sí, pero el director de fotografía y el sonidista, no, por ejemplo. Entonces no sabíamos si se enteraban de lo que estábamos hablando.
Y encima los diálogos, en francés…
Sonia Barba: Elena me dijo “no te preocupes, que igual conseguimos un coach para el francés, pero por si acaso, mientras tanto prepáratelo”.
Pero era gracioso cuando mezclaba las propias palabras del francés y el español.
Sonia Barba: Sí, sí. Estuvo muy divertido. A mí es que me parecía tan gracioso. Las cosas que dice Carmina al principio son tan graciosas… Quería pasármelo bien, porque yo con Carmina no tengo nada en común. Sí me gusta tomar champán a mediodía y me queda bien todo lo que me pongo (risas). A mí nadie me ha regalado nada nunca. No sé lo que es nacer en una familia con privilegios. Tiene que ser complicado, porque al menos Lupe tiene dignidad y lo sabe. Pero Carmina no, entonces está perdidísima. La gente que sabemos de dónde venimos, tenemos una cierta dignidad. Y a eso es a lo que hay que aferrarse. Y a la gente que se cree que por tener un móvil de no sé qué marca ya es de clase alta… no, cariño. Si tú estás pagando el alquiler de tu casa, estás trabajando… eres clase trabajadora y tienes que estar orgulloso de ello. Se está perdiendo este orgullo de dónde venimos. Y eso no nos lo pueden robar.

Fotografía de Patandi

La cultura salva en muchos sentidos. A mí al menos me salva
Beatriz Arjona, interpreta a Lupe en 'Fin de fiesta''
¿Cómo fue la experiencia en el pasado Festival de Sevilla?
Beatriz Arjona: Es verdad que hay mucha gente del equipo que es de Sevilla; así que fue muy especial. Para mí, también lo fue porque estuve en casa, tanto por la ciudad como por el festival, que me encanta. Tener la oportunidad de estar en Sevilla con la película fue una maravilla.
Sonia Barba: Yo estuve encantada. Fue la primera vez que iba al Festival de Sevilla. Los festivales tienen algo muy bonito, y es que de repente la gente ha visto la película y desencadena una conversación sobre la mirada del otro, te transmiten sus opiniones sobre tu trabajo, te dan puntos de vistas en los que no has pensado…
Cuando tú acabas de rodar dices “bueno, ahí quedó, parece que bien”, pero no tenemos ni idea de todo lo que viene después. En el primer pase del Festival de Toronto vimos que la película funcionaba, la gente la acogió con un entusiasmo increíble, y en el segundo pase, igual. Se quedó gente fuera esperando a hacernos preguntas. Pensaba que era porque lo veían como algo exótico, algo de fuera, y que no lo entendían. Pero no, entendían absolutamente toda la película. Y todos nos quedamos alucinando.
Luego vino Seminci, en Valladolid, que a mí sí que me quedaba más cerca. Nunca había estado, pero soy de Palencia, que está al ladito, y fue muy especial porque vino toda mi familia y aquello fue muy bonito. ¡Y en Sevilla conocí a la familia de Bea!
Beatriz Arjona: Esa es la parte bonita de llevar la película a todas partes. El cine está hecho para que lo vea la gente y para compartirlo con los tuyos, con la gente del cine y con toda la que se quiera acercar para que se le muevan cositas dentro. Al final, la cultura salva en muchos sentidos. A mí al menos me salva.
Sonia Barba: Salva y protege. Que una cosa es salvarte y otra es protegerte antes de que te pase nada. Refúgiate ahí, porque, igual, ya estás a salvo. Es protegerte a ti y a los demás haciendo cultura.