'El niño que perdió la guerra (Julia Navarro, 2024)'

El niño que perdió la guerra

(Julia Navarro, 2024)

El niño de perdió la guerra es una reflexión sobre los efectos nocivos de los totalitarismos y las víctimas de estos.

La última novela de Julia Navarro, El niño que perdió la guerra (Plaza & Janés), es una reflexión sobre los efectos nocivos de los totalitarismos y las víctimas de estos y de los conflictos bélicos. Obviamente, estos generan muchos damnificados, pero seguramente los niños son quienes más sufren las nefastas consecuencias.

El niño que perdió la guerra es el español Pablo López, en cuya persona ejemplifica Julia Navarro cuanto decimos. Ambientada entre la Guerra Civil española y la dictadura soviética de Stalin, la novela es una excelente obra cuya lectura se agradece y ayuda a comprender mucho mejor la fatalidad de la guerra.

Pablo vive en Madrid con sus padres, Agustín y Clotilde. Este es militante comunista y teme que las represalias del bando vencedor sobre el vencido hagan mella en el bienestar de su hijo. Por eso, a pesar de la negativa de su madre, el niño es enviado a la Unión Soviética con la esperanza de reencontrarse posteriormente con él allí y de que aquel país sea el lugar ideal para vivir.

Pero al estar la Unión Soviética bajo el yugo de la dictadura stalinista, el pequeño Pablo se va a encontrar con una situación política totalitaria similar a la que posteriormente se vivirá en España, aunque de distinto signo. 

La novela es un elogio a la literatura y a la cultura. Y nos muestra cómo los dictadores prohíben cualquier manifestación cultural para evitar que el pueblo tenga voz y capacidad para discernir sobre sus derechos. La represalia y la persecución de la palabra son las grandes obsesiones de quienes hacen del poder el instrumento para perpetuarse.

Sinopsis

Madrid, invierno de 1938

Clotilde, una artista gráfica que dibuja caricaturas para los diarios republicanos, asiste en Madrid a los últimos meses de la Guerra Civil. La caída de la República es inminente, por lo que su marido, militante comunista que trabaja para los rusos, decide enviar a Moscú a su hijo Pablo, de tan solo cinco años, en contra de su voluntad. Clotilde se resiste con todas sus fuerzas, pero no logra evitar que el comandante Borís Petrov emprenda ese arriesgado viaje por una España en llamas para cumplir con el deseo de su camarada de llevar a Pablo a la Unión Soviética, donde Stalin está levantando un nuevo país sobre las ruinas del antiguo régimen.

Moscú, primavera de 1939

Allí es recibido por su nueva familia que, conmovida por su trágico exilio, acoge con afecto a un niño exhausto y enfermo. Anya no duda en cuidar de Pablo como si fuese su propio hijo, sin hacer distinciones con Igor, su hermano de adopción. Hija y esposa de dos orgullosos héroes de la Revolución -su padre luchó junto a Lenin, su marido a las órdenes de Stalin-, Anya ama la poesía y la música, aficiones sospechosas y burguesas a los ojos del poder. Mientras sus ilusiones naufragan en el ambiente cada vez más opresivo del terror estalinista, su espíritu se rebela contra la injusticia, la miseria, la ausencia de libertad y el Gulag.

Julia Navarro: “El título del libro es una gran verdad; los niños siempre pierden las guerras”

Pablo crece entre el recuerdo cada vez más tenue de su madre, que no ceja en su empeño por recuperarlo, y el cariño de Anya, quien le transmite su amor por la música, la literatura y sus deseos de libertad. Dos mujeres unidas por el destino de un niño y enfrentadas al mismo espejo: el de las ideologías totalitarias a las que sucumbió el siglo XX.

Se puede perder una guerra, pero se puede ganar la libertad.

Julia Navarro nos hace partícipe de El niño que perdió la guerra, acercándonos a su nueva novela, una obra que no dejará a nadie impasible.

La autora

Julia Navarro ha cautivado a millones de lectores con las ocho novelas que ha publicado hasta la fecha: La Hermandad de la Sábana Santa, La Biblia de barro, La sangre de los inocentes, Dime quién soy, Dispara, yo ya estoy muertoHistoria de un canalla, Tú no matarás y De ninguna parte. Con Una historia compartida, su obra más personal, hizo un paréntesis en la ficción.

Sus libros se han traducido en más de treinta países y de Dime quién soy se ha producido una ambiciosa serie de televisión.

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