En 1994, Imanol Uribe presentó en el 42 Festival de Cine de San Sebastián Días contados. Además de ganar la Concha de Oro a mejor película y de que Javier Bardem se alzara con la Concha de Plata a mejor actor, aquello supuso el debut de Pepón Nieto, quien por su trabajo obtuvo una candidatura a los IX Goya como mejor actor revelación. 16 años después, el malagueño ha estrenado en el mismo certamen cinematográfico Un efecto óptico, de Juan Cavestany. Gatrópolis ha tenido el placer de dialogar con uno de los referentes actuales del cine español.

Hace 16 años se estrenó en San Sebastián tu primera película, Días contados, de Imanol Uribe, con la que fuiste nominado a los Goya como mejor actor revelación. En esta ocasión presentas en el mismo marco la película Un efecto óptico, de Juan Cavestany, como actor principal…
¡Ay!, es verdad. No había caído (risas). Es verdad, sí. Vaya. ¡Cómo llueve! (risas).
¿Qué siente en las horas previas de un nuevo estreno? (la entrevista se hizo horas antes de la presentación de la película en San Sebastián el sábado 19)
Cuando estrenas una película sabes que la suerte ya está echada. Ya no puedes hacer nada más. Es igual que cuando estrenas una obra de teatro. Hasta el mismo momento de pisar el escenario no sabes cómo va a ser la respuesta del público. Aquí tampoco vamos a poder saber cuál es la respuesta del público (risas), pero tampoco podemos hacer nada más. La vi el miércoles por primera vez, y tengo muchas ganas de verla con público y ver cómo reacciona. A mí la película me ha encantado y tengo muchísimas ganas de ver cuál es la respuesta del público y qué le parece la película. Tengo mucha curiosidad.
¿Qué supone para ti a estas alturas de tu carrera Un efecto óptico?
Para mí es una película muy especial, muy personal, muy diferente a mucho cine que se ve hoy en día y a los cánones del cine en general. Y desde luego es la película más distinta que yo he podido hacer en mi vida y el personaje, el más distinto que he hecho.
Es una película muy Cavestany.
Sí, es Cavestany, claro. Es un regalo que Juan de repente te abra la puerta de su cabeza y te invite a esta aventura que tanto tiene que ver con él como autor. Él es muy distinto y tiene un mundo muy peculiar. Muchas veces, Carmen (Machi) y yo no sabíamos en qué momento de la película estábamos. En la película hay unos bucles temporales y emocionales, y esos cambios espacio-tiempo en algunas ocasiones nos dejaban muy perdidos. Después de ver la película me parece todo maravilloso.
En estos tiempos tan complicados, en los que la cultura lo está pasando tan mal, el que un festival de la categoría del de San Sebastián haya dado un paso adelante y se presente ante el público es muy positivo, ¿verdad?
¡Hombre!, la vida sigue. Se ha celebrado el festival de Venecia, anteriormente lo hizo el festival de Málaga, que se ha consolidado como uno de los más importantes, con su oferta de cine español e iberoamericano. Y ahora es el de San Sebastián, que es el más internacional que tenemos. Creo que hay que normalizar una situación que es totalmente anormal. Tenemos que seguir trabajando. El cine es cultura y la cultura es lo que nos mantiene vivos. Es importante que festivales señeros como este de San Sebastián den el paso adelante y se conviertan en punta de lanza para que la cultura se reactive y la gente entienda que el cine, el teatro, son sitios seguros, llevando a cabo todas las medidas sanitarias y de seguridad posibles.
Carmen Machi coprotagoniza esta película contigo. Ella es Teresa, la esposa de Alfredo. Ambos forman en Un efecto óptico una pareja que no pasa por un buen momento.
Ellos son una pareja de Burgos, de clase media, normal en su forma de vestir y en cómo se comporta. La película habla también del nido vacío, de cuando su hija se ha ido a estudiar a Madrid y deciden hacer un viaje a Nueva York. Más que contar una historia en concreto, la película habla de muchas cosas. Habla de la soledad como individuo, de la soledad como pareja, del turismo, de cómo de repente necesitamos ir a sitios, hacer cosas porque las hacen los demás, y te sientes completamente perdido. Y habla de ese síndrome del nido vacío por el peligro que ellos intuyen que siempre se cierne sobre su hija, ese miedo a que le pase algo, esa necesidad de volver para salvarla de algo que no se sabe muy bien qué es. Y ellos están metidos en un bucle del que no pueden salir. Tiene que ver con nosotros como sociedad.
Claro, la película transmite los sentimientos de los personajes, sus sensaciones, lo que piensan… y hasta aquello que no ven.
Es que ese bucle temporal se convierte también en un bucle emocional. Y ellos tienen que salir de ahí como sea.
Como referente que es Pepón Nieto del cine español y como andaluz de origen que es, ¿qué opinión tiene de la situación de la industria española y, en concreto, del momento actual del cine que se hace en Andalucía?
La industria cinematográfica en Andalucía y en España goza de un gran talento. Hay muchísimos cineastas, muchísimos técnicos… mucha gente que se dedica al cine en Andalucía, que es estupenda, con mucha calidad, que tiene mucho que contar y que decir. El problema que tiene la industria ahora mismo es que con el Covid-19 está paralizada. Vimos el otro día las manifestaciones. La cultura en general ahora mismo está sufriendo mucho con la situación en que estamos. Quizás sea de los sectores que más están sufriendo con esta situación. Gente que no trabaja, que no cobra paro porque en ese momento no tiene contrato (nuestros contratos son intermitentes), no hay ERTE al que acogerse, no hay nada, solo una situación de desamparo. Y por parte de las instituciones se ha hecho poco o nada por el sector. Ha habido muy pocas o ninguna medida. No se sabe si vamos a poder volver a las salas, a los teatros, qué porcentaje de taquilla vamos a tener, no se establece ninguna ayuda para los productores, para los dueños de salas que tienen que abrir… Estamos muy desamparados y tenemos muy poca información sobre lo que se hace o se va a hacer. Hace meses que no veo al ministro de Cultura en ningún sitio. Sé que tenemos un ministro, cómo se llama y la cara que tiene, pero no le vemos. Los medios podríais preguntarle al ministro, pero seguramente no os diría nada. No está diciendo nada. No tenemos información sobre lo que se puede o no se puede hacer.