Javier Ruibal se redescubre en Ruibal, un trabajo escrito y compuesto por él mismo entre marzo y mayo de este año 2020. Con formato de libro-disco, celebra su álbum número 13 con 13 canciones, doce de ellas inéditas, más ‘Intemperie’, Premio Goya a la mejor canción original 2020, de la película homónima de Benito Zambrano.
Además acompañan a las canciones otros 13 relatos inéditos, uno por cada canción y 13 acuarelas originales. Tiene el autor la intención de devolver al disco el valor emocional que siempre tuvo, de ahí esta propuesta de libro-disco, edición de lujo, para que vuelva a ser un objeto preciado en las manos de quien lo reciba.

Ruibal se presenta en gira con un espectáculo basado en el libro-disco homónimo. Es una reflexión sonora y visual sobre las inquietudes más íntimas del ser humano. Ahora que el aire se vuelve una amenaza, ahora que la prudencia nos obliga a distanciarnos de los demás, miramos allá arriba para saber de nuestra vulnerabilidad y miramos dentro de nosotros para fortalecernos.
La presentación ante el público será el próximo 22 de octubre en Madrid, a las 20:30h en el Teatro Nuevo Alcalá (Calle Jorge Juan, 62). Las entradas están disponibles entre 25 y 30 euros.
Sobre Ruibal
Títulos como ‘Astronomía’, ‘Física Cuántica’, ‘Sala de Ausentes’, o ‘Música en vena’ dan idea del contenido, que supera con creces al mero enunciado de cada canción. Javier Ruibal ha profundizado en una poética donde se aúnan nuevos conceptos con modos poéticos de gran calado. Su afán por ofrecer belleza y sobriedad siguen en la tónica de excelencia a que nos tiene acostumbrados desde su primer disco. Y en lo musical nos ofrece mucho y muy interesante. Desde su heterodoxia de compositor andaluz y universal, como ya es tradición en sus obras, logra de nuevo espacios de encuentro entre todas las músicas planetarias. Parábolas sobre la cordura como ‘Sala de Ausentes’; ejercicios laberínticos, casi trabalenguas, y llenos de humor como el primer single ‘Soy ese que te cantaba’, ‘Física Cuántica’, o ‘Música en vena’; baladas de una gran belleza como ‘Astronomía’; reivindicaciones sobre nuestro origen africano ‘Yo soy africano’; derroches de humor gaditano como ‘Musa’; el chotis ‘Por San Isidro llévame a bailar un chotis’ o las bulerías ‘Sólo la dosis hace el veneno’, tienen su culminación en dos bellísimas canciones, dos reflexiones sobre el aislamiento brutal que hemos sufrido mientras internet nos ha salvado, en cierta medida, de caer en estados paranoicos: ‘Amor en la red’ y ‘Baile de máscaras’.