Tras el rimbombante nombre de Carlos Alberto Vives Restrepo se encuentra un colombiano de Santa Marta, a la que lleva a gala por cada rincón del mundo por el que se mueve, conocido en el ámbito artístico por Carlos Vives. El próximo 7 de agosto, este músico, compositor, productor y hasta actor cumplirá 63 años. Y lo hará de manera pletórica, como en su cita con el Icónica Santalucía Sevilla Fest ha puesto de manifiesto. Ya no luce aquella espectacular melena rizada con la que se dio a conocer en España. Pero su esencia, esa esencia propia de su tierra colombiana, la sigue manteniendo intacta. Al igual que la fuerza, la autenticidad, el ritmo y la calidad musical que le ha llevado a recibir nada menos que dos premios Grammy y 15 premios Grammy Latinos. Sevilla ha sido uno de los enclaves que el colombiano había marcado en su agenda para llevar el espectáculo El rock de mi pueblo vive. Y la capital andaluza, miren por donde, ha sido el punto de partida para que la fiesta de la música reparta en la Plaza de España esa felicidad que tanta falta hace hoy en día.
Fotografía de Patandi
Unas 2000 personas, algunas ataviadas con la amarilla de la selección nacional de Colombia, se reunieron al amparo de Aníbal González atraídas, como los ratones del Flautista de Hamelin, por el ritmo cálido de los temas de Carlos Vives. El colombiano universal ha sido reconocido recientemente como Persona del Año 2024 por la Academia Latina de Grabación. Y Sevilla ha podido certificar que el premio es totalmente merecido. 30 años de carrera profesional avalan a Carlos Vives. Y esa trayectoria la desgranó en la capital de Andalucía canción a canción, rompiendo la noche a lo grande, sin tapujos, prometiendo que lo que vendría iba a ser algo grande. ‘La gota fría’ abría el espectáculo, tras avisar una voz en off que el mismo se iba a llevar a cabo “con músicos en vivo, sin inteligencia artificial y con impresionantes afectos especiales”. ‘La bicicleta’, ‘Ella es mi fiesta’, ‘Quiero verte sonreír’, ‘Santa Marta’, ‘Nota de amor’, fueron sucediéndose hasta llegar el momento de ‘La piragua’, guiño emocional a su Santa Marta natal y al trianero Rodrigo de Bastidas, fundador de la ciudad.
Fotografía de Patandi
La fusión del arte autóctono
El ritmo latino salía por los cuatro costados, tanto de Carlos Vives como de la banda que le acompañaba de manera brillante y el coro que hacía las delicias de los espectadores. ‘Déjame entrar’, ‘Cañaguatera’, ‘El cantor de Fonseca’, ‘Cumbiana’ o ‘Volví a nacer’ fueron marcando el camino exitoso de la noche que llevó a un final apoteósico, con Raya Real y la interpretación de esa rompedora ‘Fruta fresca’ o ‘Robarte un beso’. Para acabar, el tema final, ‘Cuando nos volvamos a encontrar’. Y tras la tempestad colombiana que se desató sobre la Plaza de España de Sevilla llegó la calma. Esa ‘Gota fría’ amenazadora que sonó al principio de la actuación confirmó que la música de verdad, la creativa, la que une a los pueblos, siempre triunfa.