Como si el caprichoso paso del tiempo quisiera invitarnos a un juego de adivinanzas, el Icónica Santalucía Sevilla Fest reunió en una noche varios retazos del pasado. Para deleite del público que cada año se está haciendo más fiel a un evento especial que aúna gastronomía y música en las noches calurosas del verano (aunque en esta edición, las altas temperaturas han querido darnos una pequeña tregua). De un lado, aquel año de 1929 en el que Sevilla celebró la Exposición Iberoamericana para la que Aníbal González diseñó la emblemática Plaza de España que acoge a este espectáculo. De otro lado, la actuación de una banda emblemática de los 90 del siglo XX, Take That, una Boy Band que aun sin Robbie Williams y a pesar del transcurrir de los años sigue manteniendo vivo el espíritu de lo que fue. Y aquí aparece la tercera pata del trípode temporal con el que estamos jugando, un público entregado, contemporáneo, del siglo XXI, que se mantiene anclado al pasado y a la nostalgia. Curioso era ver que en esa masa enfervorecida en ocasiones había generaciones de personas que cantaban, bailaban y rememoraban temas emblemáticos del grupo. Padres con hijos mezclados en un intento de pasar una noche icónica.
Fotografía de Patandi
Fotografías de Patandi
Fotografía de Patandi
Take That comenzó su actividad en 1990, terminando en 1996. Pero los de Manchester, actualmente con Gary Barlow, Mark Owen y Howard Donald, regresaron en 2006, encontrando en 2024 este punto de reunión con su público como esta Plaza de España de Sevilla que tanto les ha fascinado.
Llama la atención poderosamente cuando has estado tanto tiempo sin seguir a Take That y te reencuentras con una banda en la que sus miembros no son físicamente lo que eran; el tiempo pasa. No obstante, con su repertorio cargado de añoranzas demostraron que están en forma, que la calidad no tiene que sufrir merma alguna cuando se está preparado para plantarle cara a la fugacidad de la vida.
Desde el tema inaugural de la cita sevillana, ‘Greatest Day’, Take That sabía que la relación con su público iba a ser bidireccional. Y así fue. Incluyendo un clásico de 1977, de los Bee Gees, ‘How Deep Is Your Love’, para crear ambiente íntimo cuando era necesario. Este recital, que concluyó con ‘Rule The World’ld’, tuvo otros temas que fueron, son y seguirán emblemas de la banda inglesa, como ‘Patience’, ‘Shine’, ‘These Days’, ‘A Million Love Songs’ o ‘Windows’.