Irene Junquera se adentra en una nueva aventura profesional de la mano de Editorial Planeta. Todo el tiempo que nos queda es una propuesta de vida que la periodista madrileña nos ofrece en su debut como novelista. Todo un reto que ha superado con creces, escribiendo una obra realista inspirada en las veleidades de una niña nacida en los años 50 en la España de la dictadura franquista y que conforme va creciendo va descubriendo su propio mundo y el entorno en el que se desarrolla, marcado por las restricciones y las ataduras de una sociedad patriarcal.

Elena nace en un pueblo, y siendo una niña, por necesidades familiares ha de trasladarse a Madrid para vivir con su tía Victoria, a la que nunca había visto antes y con la que crecerá con grandes sobresaltos; sucesos que la irán curtiendo. El desarraigo que le genera desvincularse de sus padres y hermanos la sumirán en un estado de ánimo complicado. A la vez, las costumbres impuestas en la España de los 50/60 serán obstáculos difíciles de superar.

Pero su afán por ser una mujer preparada e independiente será el motor para luchar a lo largo de su vida contra el orden impuesto. Los consejos de su madre, el apoyo de su profesora, doña Rosa, y la amistad eterna de Juanita, su amiga de la infancia, la ayudarán en su proyecto de vida. La lectura y la escritura serán un acicate de gran valor.

“No permitas que nadie apague tu luz”, es un consejo que Elena recibe en sus primeros años de vida. Para ello tendrá que hacer uso de mucha imaginación y fuerza de voluntad, aunque no le será fácil en aquella sociedad. En esa pelea por la supervivencia nadará entre dos amores, el de Mateo y el de Javier, que determinarán gran parte de su personalidad.