La literatura universal se viste de luto con la muerte de Mario Vargas Llosa
Su familia ha comunicado la noticia
El que fuera premio Nobel de Literatura en 2010, Mario Vargas Llosa, ha fallecido en Lima, Perú, a los 89 años de edad. Su familia, representada por sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana, ha comunicado el fatal desenlace de la vida rica e intensa de uno de los grandes autores de la literatura universal.
Mario Vargas Llosa nació en Arequipa el 28 de marzo de 1936, y su obra ha marcado una época en la literatura, con trabajos relevantes como La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1966), Conversación en La Catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973), La tía Julia y el escribidor (1977), La guerra del fin del mundo (1981), Historia de Mayta (1984), El pez en el agua (1993), La fiesta del Chivo (2000) o Tiempos recios (2019). Fue novelista, ensayista, articulista, académico… y un hombre poseedor de un gran carisma y una influencia que ha trascendido generaciones.
La familia ha informado, como decimos, de la pérdida de Mario Vargas Llosa, manifestando a través del referido comunicado que “su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá. Procederemos en las próximas horas y días de acuerdo con sus instrucciones”, apostillando que por el fallecimiento del escritor peruano “no tendrá lugar ninguna ceremonia pública”. Ello es debido al celo que los familiares quien preservar en pos de la memoria de quien fuera un personaje de gran calado en la historia contemporánea: “Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados”.
Le dedico mi silencio
Como si de un adelanto de su adiós fuese, Mario Vargas Llosa publicó en 2023 la que ha sido su última novela, al menos conocida hasta la fecha. Le dedico mi silencio supuso una premonición de su adiós, su carta de despedida de una vida que no ha dejado indiferente a nadie. Con esta obra cerró su ciclo literario, a la vez que fue dando carpetazo a otras actividades periodísticas.