El aclamado novelista Blue Jeans cierra con La última melodía de Chopin (Planeta) la bilogía que inició con Los crímenes de Chopin, volviendo a Sevilla, la ciudad protagonista de la obra y con personajes como Triana, Niko, Blanca Sanz, la joven periodista de El Guadalquivir, o Celia Mayo, la detective madre de aquélla, repitiendo en una trama elaborada para respondernos a las preguntas que quedaron en el aire en el anterior libro.

Blue Jeans ha sido fiel así mismo y ha dotado a sus personajes de una fuerza propia de sus novelas; lejos de quitarles brillo los ha revalorizado, incluso añadiendo a otros que se adaptan perfectamente a la trama. Y con Sevilla mostrada con todos sus encantos y sus deficiencias, ocupando un lugar de enorme valor. No en vano, su presencia está continuamente a lo largo de la historia, desde el primer momento de la misma. Inclusive como una damnificada indirecta de los sucesos que ocupan el caso escabroso que se expone. María Santana, una vidente clave en el entramado creado por el autor, el siniestro policía Gerardo Muriel o el asesino Jarek Michalski, exhiben unos perfiles tan inquietantes como poderosos. Hasta la periodista Luna, quien adquiriere un mayor protagonismo, y Sergio, hermano de Blanca, se erigen en necesarios personajes secundarios.

Ritmo, tensión, suspense, amor, grandes dosis de sevillanía, violencia, intrigas policiales… forman una combinación perfecta para que La última melodía de Chopin se presente como una novela de indispensable lectura.