'Pilar Alcalá: “Con el Año Bécquer hay un doble reto, recordar a Gustavo y reconocer a su hermano Valeriano”'

Su pasión y admiración por los hermanos Bécquer las difunde desde su doble condición de miembro de la directiva de la Asociación Con los Bécquer en Sevilla y de entusiasta seguidora de la vida y obra de ambos; uno escritor, otro pintor. Hoy se cumplen 184 años del nacimiento de Gustavo Adolfo. En el actual 2020 se conmemoran los 150 años del fallecimiento de este (el 22 de diciembre), y de su hermano Valeriano (el 23 de septiembre). Pilar Alcalá nos habla de ambos artistas y de cómo afronta personalmente este Año Bécquer.

Pilar Alcalá: “Con el Año Bécquer hay un doble reto, recordar a Gustavo y reconocer a su hermano Valeriano”
Fotografía de Patricia del Zapatero

¿Qué significa para ti la figura de Gustavo Adolfo Bécquer?

Para mí es ese poeta que, como siempre digo, todo el mundo lo conoce, pero aun así sigue siendo un grandísimo desconocido. Es ese poeta que sin ser consciente cambió el rumbo de la literatura y de la lírica españolas. Se suele decir que la lírica española tuvo dos revoluciones. Una fue la que hizo Garcilaso trayendo toda la métrica de Italia; la otra fue la que hizo Gustavo Adolfo Bécquer. Él, para mí, significa el padre de toda la poesía que ha venido después. Todos los poetas que han venido posteriormente son considerados como la estirpe de Bécquer, según dijo el poeta sevillano Fernando Ortiz.

Este año se celebra el Año Bécquer. ¿Cómo lo afrontas?

Que Sevilla celebre el 150 aniversario de la muerte de los hermanos Bécquer, además de suponer una inmensa alegría para mí, creo que es algo que les debemos a ellos. Siempre se hacen homenajes a Gustavo, pero nunca a Valeriano. Está a la sombra de su hermano. Y tenemos que pensar que si Gustavo llegó adonde llegó fue gracias a Valeriano. Fueron ocho hermanos y cuando se quedaron huérfanos fueron repartidos entre distintos familiares. Pero Gustavo y Valeriano siempre estuvieron juntos desde chiquititos, hasta que murieron con solo tres meses de diferencia. Se separaron en muy cortos periodos de tiempo. Estuvieron juntos en Sevilla, en Madrid… se fueron a Veruela, se exiliaron a Toledo después de la Gloriosa del 68… Se fueron a vivir juntos con sus hijos. Los dos estaban separados de sus mujeres. Para mí es muy bonito que se celebre este año; algo que une a ambos hermanos. Es triste que les una la muerte pero me parece que es de justicia. Estuvieron juntos siempre y, afortunadamente, reposan juntos en el Panteón de Sevillanos Ilustres. 

¿Qué te entusiasma más de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer?

Lo que más me entusiasma… (risas). Es muy complicado elegir una sola cosa de la extensísima obra de Gustavo Adolfo Bécquer. Sí es cierto que las Rimas no es lo que más me gusta. Excepto alguna en concreto como la Rima XV, que para mí es sublime. Y, además, ahí veo que hay una frase donde él se define mejor que en ningún sitio, cuando dice “…ansia perpetua de algo mejor, ¡eso soy yo!”. Pero reivindico mucho la prosa de Bécquer, reivindico Cartas literarias a una mujer, que no dejan de ser su poética, y donde hay algunas rimas glosadas; también Cartas desde mi celda, porque son un ejemplo de literatura romántica. No podemos dejar de pensar que Bécquer no es un poeta romántico, por mucho que se empeñen en encasillarlo como tal. Pero es verdad que parte de su obra pertenece al Romanticismo; y ese es el caso de Cartas desde mi celda. Principalmente la tercera. Y luego hay una serie artículos periodísticos que me parecen fantásticos, como Caso de Ablativo, y algunos otros textos como el último que escribió antes de morir, Las hojas secas, donde se nota que ya está presintiendo que va a morir… Todo, la verdad es que me gusta todo, excepto los artículos en los que habla de política, que me pueden resultar un poco aburridos. Pero lo que es creación literaria me parece fundamental.

Pilar Alcalá: “Con el Año Bécquer hay un doble reto, recordar a Gustavo y reconocer a su hermano Valeriano”
Fotografía de Patricia del Zapatero

En relación con la pregunta anterior, ¿qué lugares de Sevilla relacionados con Bécquer te inspiran más? ¿de cuáles te gusta disfrutar?

Él nació en Sevilla y se conservan algunos lugares donde está su huella. Donde más cercano siento a Bécquer es el barrio de San Lorenzo, porque además me lo imagino en esta plaza (la entrevista se ha hecho en la plaza de San Lorenzo), jugando de niño, también en la Alameda… Pero si hay un sitio donde yo me siento en intimidad con él, no sé por qué, es en el convento de Santa Inés. Porque el Panteón es un lugar tan frío… y aunque sé que él está allí, o lo que queda de él, si es que queda algo, está allí. Pero es un lugar en el que no quiere estar, porque lo dejó claro que no quería que lo enterraran en una pared. Cuando voy allí siento cierta pena. Al final no consiguió descansar a orillas del gran Betis. Pero es verdad que donde lo siento mucho aquí es en Santa Inés. Y donde me muero de pena y también lo siento mucho es en la Venta de los Gatos; un lugar que estamos esperando que la Junta de Andalucía se decida a declararlo Bien de Interés Cultural y la recupere para el barrio y para Bécquer. Si no se recupera va a ser una gran vergüenza para esta ciudad.

En el Museo de Bellas Artes de Sevilla hay un retrato de Gustavo Adolfo pintado por su hermano Valeriano. Ahí podemos ver a ambos unidos a través de su propio arte. Es un cuadro extraordinario, al que no se le ha dado el valor que merece.

Claro, claro. Siempre lo digo, el cuadro de Valeriano, el retrato, es el resumen de los dos hermanos. Es la visión que Valeriano tuvo de su hermano Gustavo. 

Se supone que este Año Bécquer ha de servir para recordar su figura, ensalzar su obra y para acabar con algunas confusiones que se han generado sobre Gustavo, ¿cómo lo ves?

Se supone que debe ser para eso. Sobre todo con la figura de Valeriano, que es la menos conocida. A Gustavo, más o menos, se le conoce, todo el mundo lo ha leído, y cualquiera ha recitado alguna de sus rimas. Bécquer es un autor al que lees en la adolescencia y al que sigues en distintas etapas de tu vida. Lo lees y vas descubriendo cosas distintas. Siempre digo que su grandeza estuvo en que escribió para todas las edades y las clases. Cualquiera puede acercarse a las Rimas. Tienen mucho poder. Por eso es el libro de poesía más leído en la literatura española. Quiero que este Año sirva para refrescar la memoria de él y, sobre todo, para reivindicar la figura de Valeriano, que está muy olvidada. Fue uno de los grandes pintores de su época, pero no se conoce bien su obra. Parte de la misma está en Estados Unidos. Más allá del retrato que le hizo a Gustavo, poco se conoce de él. Ahí hay un doble reto, recordar a Gustavo y reconocer a Valeriano. Tiene que haber este año, al menos, un acto dedicado sólo a Valeriano.

Sobre Gustavo Adolfo Bécquer se han dicho y escrito muchas cosas que no son tan ciertas, ¿verdad?

Siempre digo que menos mal que no nació el 14 de febrero (risas). Pero sí tuvo la desgracia de nacer en febrero. Hay una placa en la casa donde murió en Madrid que dice: “Gustavo Adolfo Bécquer, el poeta del amor y del dolor”. Y a mí me duele cuando lo leo. Esto es muy difícil de romper porque en los libros de textos aparece como poeta romántico por excelencia… Ni siquiera fue romántico. Tenemos que pensar que cuando nació, en Europa el Romanticismo ya había muerto. Vale que en España siempre vamos con retraso, pero ¿qué tiene que ver la poesía de Bécquer con lo que habían escrito Espronceda o Zorrilla, o con lo que escribió Cadalso? Esos son los románticos. Pero Bécquer no lo fue. Él y Rosalía fueron postrománticos, pero hasta cierto punto. Hay parte de la obra de Bécquer que es romántica, como la tercera Carta desde mi celda, Las hojas secas, alguna que otra Rima… pero Gustavo se fue de Sevilla escribiendo con un estilo de la Escuela Neoclásica, lo que él había estudiado. 

Pilar Alcalá: “Con el Año Bécquer hay un doble reto, recordar a Gustavo y reconocer a su hermano Valeriano”
Fotografía de Patricia del Zapatero

¿Qué hubiera sido de la lírica española si Gustavo Adolfo Bécquer no se hubiera ido a Madrid? 

Bueno, de haberse quedado aquí, en Sevilla, no hubiera explotado como lo hizo, porque en esta ciudad es muy difícil cambiar. Y la poesía no hubiera salido de ese sueño en que estaba; estaba dormida en un clasicismo tan perfecto que era una poesía fría. Y Gustavo, poco a poco, sin darse cuenta empezó a limar todo eso que había en esa poesía neoclásica y comenzó a escribir unas Rimas que se estaban alejando del Romanticismo. Las primeras rimas se ven a caballo entre una cosa y otra, pero ya empezó a introducir la asonancia en los versos, algo que distingue a su poesía; una poesía muy desnuda de figuras retóricas, que viene de dentro, íntima, sin grandes alharacas como hacían los románticos. Y esa es la grandeza de Bécquer, que no fue consciente de lo que estaba haciendo, pasar del Neoclasicismo de Sevilla a ser un presimbolista. 

Desde la Asociación con los Bécquer en Sevilla trabajáis continuamente para que la memoria de Gustavo Adolfo, sobre todo, y Valeriano no se extinga.

En ella estamos gente de todo tipo, incluso la hay que no es de Sevilla. Tenemos periodistas, amas de casa, jubilados, profesores de universidad… e intentamos que todos los años, el nombre de Bécquer esté presente en Sevilla. Hay una serie de actos que se repiten anualmente, como el homenaje de su nacimiento en la glorieta del Parque de María Luisa, donde se hace una lectura de su obra y una fiesta de cumpleaños. Hacemos otro acto, con la colaboración del hotel Bécquer, en primavera, Con Bécquer al olor del chocolate, inspirado en un cuadro de Valeriano, que se llama El chocolate, y que está en el museo de Bellas Artes. Otra actividad es la lectura de Maese Pérez el organista, en Santa Inés. Y cuando son años con alguna fecha concreta, hacemos otros actos especiales. De vez en cuando organizamos algún acto reivindicativo en la Venta de los gatos, para remover conciencias. 

¿Consideras que este Año Bécquer va a remover esas conciencias a las que aludes?

Quiero ser optimista aunque sea por una vez en mi vida. Quiero pensar que por ser el Año Bécquer esta ciudad de Sevilla le va a hacer un buen regalo a Gustavo Adolfo Bécquer. Porque Sevilla está en deuda con él. Porque la casa está ahí… bueno, la casa, es la fachada lo que se conserva… Y yo digo que si lo único que nos queda de Bécquer es la Venta de los gatos, ¿por qué dejamos que se caiga? Si Sevilla deja que se caiga, sería una vergüenza para la cultura y para todos. Confío que este año sirva para algo. 

¿Qué sientes cuando ves las actividades organizadas en Soria para este Año Bécquer?

(Silencio). Siento una alegría inmensa, porque veo que allí lo quieren muchísimo. Primero, porque yo he estado en aquellos lugares y lo he comprobado. Pero también siento mucha envidia y mucha pena porque pienso, “¡caramba!, por qué en su Sevilla natal no somos así con él”. Y en el Moncayo pasa igual, en pueblecitos como Veruela, donde le tienen un cariño inmenso a Bécquer.

Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.

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