'Alberto Caballero y Diego San José defienden “el arte de hacer reír”'

Alberto Caballero y Diego San José defienden “el arte de hacer reír”

Masterclass de dos referentes de la comedia

Alberto Caballero y Diego San José dialogan sobre la importancia de la comedia, y la reivindican en un encuentro en Cádiz.
Drama o comedia. ¿Por qué no optamos por un punto intermedio, la tragicomedia, por ejemplo? O, ¿por qué no abogamos por la coexistencia de ambas alternativas sin entrar en el manido debate de qué es mejor, o qué es más difícil hacer? Al fin y al cabo, el arte es un reflejo de la vida, y la vida como tal está formada de momentos, circunstancias, personas… que provocan la risa o el llanto. Depende de la situación. Aunque incluso en lo malo o en lo bueno se mezclan la alegría y la tristeza como si fueran un solo.

Alberto Caballero y Diego San José, dos de los grandes referentes actuales del humor en nuestro país se dieron cita en Cádiz, en la 2ª edición del South International Series Festival. Por ello, Gatrópolis quiere compartir algunas de las reflexiones de estos dos representantes de la comedia en una clase magistral que impartieron en el Palacio de Congresos de la capital gaditana, aunque Alberto Caballero tirara de humildad aclarando que “no tenemos tanto arte como para hablar desde el pedestal de una masterclass. Nos sentimos totalmente infra cualificados para el título”.

El arte de hacer reír

«Esto de el arte de hacer reír…”,  comenta Diego San José. “No nos consideramos maestros, ni mucho menos -avisa-. Esto de arte suena como si fuéramos unos gurús. Y a veces parece un milagro que las ideas funcionen«. Alberto Caballero le secunda tirando de ironía diciendo que «es como si alguien dijera que los dramas tienen el arte de hacer llorar, cuando a veces lo que consiguen es todo lo contrario«. Y reconoce San José que “somos unos privilegiados por dedicarnos, ya de mayores, a lo que hacíamos en el patio: escribir comedia”, a lo que Caballero añade que “la comedia es como un juego infantil. Somos muy crueles de niños. Los chistes más crueles se hacen en el patio. Los límites del humor no existen cuando tienes cinco años”. Por ello, puntualiza que “la comedia es ese espacio donde el niño irreverente que llevamos dentro sale a jugar un rato y luego se esconde para que podamos ser civilizados de nuevo”.

Alberto Caballero y Diego San José defienden “el arte de hacer reír”
Alberto Caballero y Diego San José defienden “el arte de hacer reír”

Fotografías de Patricia del Zapatero

Cita textual:

El drama envejece; la comedia sigue viva

Diego San José
Menosprecio a la comedia

Alberto Caballero puso énfasis en el debate sobre la comedia; ese debate que según él parte a veces del “menosprecio”,  pero que “suele ser lo que más controversia genera”. Por ello lanza una pregunta asombrado por la cuestión: “Es curioso, ¿no?”. Y busca, o lo intenta, una respuesta en el sentimiento que trasluce de su falta, o de su menor carácter “intelectual”; como si el drama tuviera un peso mayor en la balanza de la cultura. Ahonda en su reflexión: “¿Alguna vez has visto a alguien discutir si un thriller es thriller o no?”.  “Con la comedia -sigue- todo el mundo tiene algo que decir. Está llena de debates”. Siente el creador de comedias que “siempre está cuestionada”. Su compañero de conversación,  Diego San José añade ante esto que «la comedia sufre porque hasta tiene que luchar por su lugar frente al porno, que está más respetado«.

Enlazando con lo anterior, Diego San José se sorprende cuando ve que “nadie se preocupa si un thriller es ético o si el drama ofende”. Incluso considera que el porno, por ejemplo, hasta se encuentra más protegido de las críticas.  “La comedia todos sabemos que si te ríes, es comedia, y si no, es una basura”.

Alberto Caballero le concede a la comedia un valor añadido como elemento sanador, y comenta que “nos dicen que la comedia no tiene importancia, pero la tiene toda. Nosotros lo vivimos con Machos Alfa, una serie sobre la nueva masculinidad. Hacerla en drama hubiera sido un panfleto, pero en comedia logramos que la gente riera y pensara al mismo tiempo”. «A veces -subraya-, te ríes porque lo que ves es tan ridículo que acaba siendo cómico, aunque su propósito era ser serio«.

Cita textual:

La televisión permite al cine sobrevivir en un mercado cambiante

Alberto Caballero

Así, sobre el límite del humor, Diego San José explica que “escribir comedia bien no es que nadie se ofenda; es saber a quién ofender”. Por eso considera que “no es igual hacer un chiste sobre ETA que reírse de las víctimas”. De este modo piensa que “los límites del humor no los ponemos nosotros”.  “Los periodistas o quienes no escriben comedias, o algunas plataformas, se escandalizan por las tramas más absurdas”. Sin embargo, asegura que “la comedia se rebela contra lo políticamente correcto porque es, en esencia, transgresora”.

Alberto Caballero va más allá del hecho comentado por Diego San José, asegurando que “una buena comedia puede hablar de temas trascendentales y llegar al fondo de cuestiones profundas de una forma que el drama jamás lograría”. Y reitera el ejemplo de Machos Alfa: “cuando abordamos la masculinidad actual, lo hacemos desde un ángulo de comedia que permite que el público se ría mientras reflexiona”. 

Y para añadirle un valor más adecuado a su estatus, Diego San José muestra su parecer sobre la comedia incidiendo en que “es la verdadera vengadora de la memoria”. Apostilla que “es una herramienta poderosa para comprender nuestra historia y nuestras miserias”. Y tirando de ejemplo, recuerda el caso de La Vaquilla, de García Berlanga: “Cuenta la Guerra Civil Española de una forma tan humana y con tanto humor que transmite mucho más sobre lo que fue esa época que cualquier clase de historia”. “El drama envejece; la comedia sigue viva”, concluye. 

Los prejuicios sobre los actores de televisión

Además de la comedia, el mundo en el que se mueven Alberto Caballero y Diego San José, la televisión, ha estado durante mucho tiempo en la picota. Hace unas pocas décadas, quien hacía algún papel en una serie de televisión era considerado como un artista menor. De hecho, en ocasiones se pensaba que hacía televisión porque no era contratado para “empresas mayores”, como el cine o el teatro. Y ahora resulta que el nivel de las series de televisión no sólo ha subido de manera sobresaliente, sino que estas ya poseen un rango mayor, y quien aparece en la pequeña pantalla posee una consideración de mayor nivel. En este sentido, Alberto Caballero comenta que  “la televisión permite al cine sobrevivir en un mercado cambiante, y gracias a nosotros, ellos pueden seguir haciendo cine”. Durante la clase maestra incide en un hecho curioso sobre los prejuicios que en ocasiones se dan en relación con los actores y las actrices de televisión: “Una vez, en una entrega de premios, hubo quien dijo, “pobrecitos los actores de televisión que no tienen tiempo para hacerlo bien”. Me entró una mala vibra, sobre todo porque ahora mismo el cine está financiado por la tele”.

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