Ayer fue emitido por TVE el último capítulo de la tercera temporada de uno de los productos televisivos más genuinos y singulares de la parrilla. Y hablamos de producto televisivo porque El Ministerio del Tiempo es difícil de encasillar. Es cierto que objetivamente es una serie de TV, pero la magnitud de su contenido la convierte en algo que va más allá del mero espectáculo. Qué bien les vendría a muchos estudiantes a los que la asignatura de Historia se les atraganta enormemente, poder contar con un material de apoyo como esta creación genial surgida de los hermanos Olivares, Javier y Pablo.
Desde las interpretaciones del elenco de actores hasta la banda sonora (de Darío González Valderrama, México DF, 1976), pasando por los atrevidos guiones, llenos de humor, ironía, objetividad, ingenio, rigor histórico… todo en El Ministerio del Tiempo merece pasar a los anales de la televisión. Hemos paseado por acontecimientos relevantes de la historia de nuestro país, conocidos y estudiados en los manuales didácticos y desconocidos, acompañados de personajes de ficción como Pacino (Hugo Silva), Irene Larra (Cayetana Guillén), Amelia Folch (Aura Garrido), Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), Salvador Martí (Jaime Blanch), Ernesto Jiménez (Juan Gea), Elena Castillo (Susana Córdoba), Angustias (Francesca Piñón), Velázquez (Julián Villagrán) o Julián Martínez (Rodolfo Sancho), entre otros. Vanitatis la ha definido de manera acertada como “ficción de auténtico servicio público, lo que siempre debió, debe y deberá primar en TVE”. En este sentido, cabe destacar el mal que azota a la parrilla televisiva actual, supeditada al albur de los vaivenes de las audiencias. Es incomprensible que en una televisión pública prime este criterio por encima del bien cultural. Que una producción como El Ministerio del Tiempo haya estado a expensas de ello no es de recibo. Máxime teniendo en cuenta que en la noche de los lunes, cuando estuvo emplazada hasta los dos últimos capítulos, fue a rebufo del programa que le precedía en horario prime time, teniendo que esperar sus seguidores a las 22.45, para acabar rozando la medianoche (en un día laboral). El colmo del despropósito fue el cambio de su emisión al miércoles por la inclusión en la programación de Operación Triunfo.
Todo ha quedado en suspense en cuanto a la continuidad de la serie. Aunque los comentarios vertidos en las redes sociales no son positivos. Onza Entertainment y Cliffhanger dejan una puerta abierta, manifestando: «Gracias por estas tres intensas temporadas en las que ha habido tiempo para todo; no es una despedida definitiva«. El actor Hugo Silva ha agradecido haber tenido la suerte de trabajar en una serie de la que se reconoce fan antes de entrar en la misma: «Gracias a ese equipo que se ha dejado todo defendiendo algo en lo que creían, gracias por esos guiones valientes, gracias Marc Vigil por tu lectura y tu talento y al resto de directores que han pasado por El Ministerio«.
Los admiradores de El Ministerio del Tiempo esperamos y deseamos el regreso de esta apasionante producción televisiva.