Su vida ha navegado entre aguas argentinas y españolas. Sus raíces se mezclan y le confieren la riqueza de ambas culturas. Él ha sabido aprovechar estas influencias y otras de las que ha nacido su música. Según cuenta Rodrigo Soler a Gatrópolis, las letras de sus canciones narran sus vivencias personales; vivencias que quiere transmitir a su público para alcanzar esa complicidad tan deseada por el artista.
Tras una exitosa gira el pasado año por España, regresas a nuestro país con varias fechas ya confirmadas, ¿qué sensaciones tienes de cara a esta próxima que comienza en septiembre? ¿qué diferencias encuentras entre esta y la anterior?
Estoy muy feliz de poder volver este año y de participar en un festival tan lindo como el Gigante. El año pasado, la gira incluyó ocho ciudades pero vine en formato acústico, sólo acompañado con mi piano y mi guitarra. Ahora vine acompañado de mi productor Alejandro Spinelli y armé una banda acá con grandes músicos y amigos. Este año podremos mostrar cómo suena el proyecto completo, igual que suena en Buenos Aires.
Eres de Buenos Aires, pero dices que también te sientes en parte un poco madrileño, ¿qué relación te une con España?
Mi abuelo era español, republicano, y estuvo un par de veces preso por el franquismo, se escapó a Argentina porque se rumoreaba que lo iban a matar. Así que desde pequeño estuve muy relacionado con este país. Luego me vine a vivir a Madrid ocho años y ahí terminé de sellar mi unión, por eso me siento también un poco de acá.
Enlazando con la pregunta anterior, ¿cómo te sientes cuando actúas ante el público español?
Muy bien, lo conozco bastante, es un público que escucha mucho, que está atento a las letras, a las historias. Luego de los conciertos cuando se me acercan a hablar, suelen comentarme detalles muy puntuales, cosas que demuestran que de verdad estaban conectados con lo que estaba pasando.
Todo artista se alimenta de otros a los que admira, en tu caso, ¿cuáles son tus influencias?
Escuché mucho rock argentino durante mi adolescencia, luego cuando me vine a vivir acá descubrí un montón de grupos increíbles, allá se fusiona el rock con el folklore, con el tango, pero acá se fusiona con la rumba y el flamenco y eso lo hace completamente diferente, como nuevo para mí, y eso influenció mi música y la transformó para siempre.
¿Qué sensaciones buscas provocar en el público con tus letras y tus canciones?
Me gustaría que la gente que venga a ver mis shows se sienta identificada con las historias, que le recuerden a alguna relación suya, a algún pensamiento que tenga, a gente que conozca. Parecemos todos muy diferentes pero a la hora del amor y del odio somos todos bastante parecidos. He visto gente emocionada en mis conciertos, gente riendo, gente comentando o haciéndose cargo de alguna frase. Eso es lo que me llena cuando estoy tocando en vivo.
Háblanos de tus fuentes de inspiración a la hora de escribir las letras de tus canciones? ¿Cuánto hay de autobiográfico?
Todo es autobiográfico, son historias que me pasaron. Yo uso el componer como un psicólogo, cuando necesito sacar cosas de mí, entender momentos o reacciones mías, cuando estoy triste o herido, uso las canciones porque las necesito, y ellas me usan a mí para nacer, es un beneficio mutuo.
De todas las canciones que has publicado, ¿cuáles son aquellas con las que te sientes más próximo?
Hay varias, y van cambiando todo el tiempo… Creo que, quizás, Cuando te vas es la que más me representa, tiene algo de desamor, de ironía, y un cambio de ritmo en la mitad que representa un poco este proyecto ecléctico.
Diletancia fue publicado en 2014, y actualmente estás presentando Amores Bonsái (2017), ¿has buscado una ruptura entre un disco y otro o es una continuidad?
Hubo una continuidad porque lo grabamos y produjimos también con Alejandro Spinelli, pero también hubo un avance, primero que ya nos conocíamos con él y todo salió muy orgánicamente, sabíamos lo que queríamos, lo que nos gustaba y lo que no. Pero también yo estuve preparándome mucho más para este segundo disco y creo que ese avance se nota sobretodo en la voz, donde me siento más cómodo.
En tus trabajos encontramos una mezcla de sonidos rock, reggae, e incluso de la rumba española, ¿de dónde surge en ti esa combinación?
De los años vividos allí y aquí, de las ganas de ir investigando nuevas músicas que siempre tengo… Cuando encuentro algo que me gusta intento captar algo de su esencia y llevármelo al rock, desde donde siempre parto porque es lo que siempre escuché. Pero, por ejemplo, en verano escucho muchísimo reggae, y la rumba española me encanta también. Eso termina apareciendo en los discos. Me gusta escuchar muchas cosas diferentes y también me gusta cantarlas.
¿Qué te gustaría que se dijera de Rodrigo Soler cuando acabe tu gira en España?
Que traje un proyecto fresco, divertido, con letras trabajadas, con una banda que se suena todo y que cada vez se me van abriendo más puertas por aquí. ¡Esperamos que así sea!