“Ni en mis mejores sueños hubiéramos pensado meter a tanta gente en Sevilla”. Empezar un show con esta frase, cargada de humildad, es sinónimo de que todo lo que ha conseguido Leiva en estos años no es más que el mero reconocimiento que se merece un músico que trabaja arduamente. Y así es la carrera musical de Leiva junto a su Leiband.

En la noche de ayer, 7 de junio, pudimos disfrutar, de nuevo, de un concierto de Leiva. Aunque habían pasado dos años desde que el madrileño pasara por la capital hispalense, su show se esperaba con ansia. Casi con los tres primeros temas (‘Expertos’, ‘La lluvia en los zapatos’ y ‘Animales’) podrían describirse los momentos más importantes (musicalmente hablando) de Leiva. Pero aun así, el público necesitaba más, mucho más: ‘Estrella polar’, ‘Como lo tienes tú’ y ‘Lady Madrid’ hicieron el guiño a su anterior etapa, mientras que ‘Miedo’ (Diciembre), ‘Mirada Perdida’, ‘Los cantantes’ (Pólvora), ‘Breaking Bad’, ‘Guerra Mundial’ (Monstruos) y ‘Costa de Oaxaca’, Lobos’ (Nuclear) fueron algunas de las representantes de su trabajo en solitario, dilatando el concierto hasta dos horas, que prácticamente pasaron en un suspiro.

Sin duda, la mayor diferencia de este último concierto, además de las canciones que corresponden a Nuclear, fue la puesta en escena. Aunque con banda tiene una energía pasmosa y Leiva sabe atraer a su público, sus actuaciones siempre se habían caracterizado por la sobriedad, acompañadas de luces, donde predominaba la música. Ahora, ha mezclado todo eso que caracterizaban a sus shows con imágenes, vídeos… que hacen más novedosa y atractiva su puesta en escena. Leiva es un músico, en mayúscula, que se está adaptando a las nuevas corrientes que nuestro panorama le plantean.

Por otra parte, encontramos dos momentos álgidos en su espectáculo: ‘Como si fueras a morir mañana’ tiene, si cabe, más garra que en la versión de estudio, y fue uno de los grandes temas de la noche. A este, habría que sumar otro momento intenso, por la carga emocional que representó: ‘Vis a vis’, acompañado de un silencio en el que solo se necesitaba la voz de Leiva para hipnotizarnos.

Sevilla vivió ayer noche la música de Leiva, se bebió un espectáculo que sació su sed, y disfrutó con una actuación cargada de fuerza y emoción. Lo de Leiva es el paradigma del cantante hecho en las salas pequeñas, empezando con exiguas asistencias de público, con muchos kilómetros a sus espaldas y llamando a la puerta solo con su voz y su guitarra, que ya es mucho. Ahora ya no es un cantante de minorías; ahora mueve masas. Y como hemos recordado en el inicio de esta crónica, Sevilla se ha convertido por derecho propio en esa novia que le espera con los brazos abiertos.
Fotografía de portada de Patandi.