Georgina llegó hace 15 años a nuestro país desde su Venezuela natal para encontrar su propio espacio en el panorama musical. ¡Y vaya si lo ha conseguido! Acaba de publicar su cuarto trabajo de estudio, Bienvenido a mi habitación, su álbum más íntimo y personal. A través de los temas que lo forman, la compositora se abre a un público que nunca le ha fallado a lo largo de este viaje, y que le declara respeto y admiración en cada uno de sus directos. En este nuevo disco el pasado y el presente se dan la mano, logrando una reconciliación perfecta, y donde la cantante nos enseña quién es y cuál es su historia. Mañana lo estará presentando en Sevilla (La Sala – Entradas), una ciudad que siempre le trae mucha suerte, y de la que regresa repleta de energía y positividad.
Mañana sábado (15 de junio) presentas tu nuevo trabajo en Sevilla, en La Sala. Es muy habitual disfrutar de tu música en vivo aquí, ¿cómo vives estas visitas?
Sevilla es una de las ciudades más importantes desde que me mudé a España hace 15 años. Siempre que vuelvo de Sevilla regreso a casa súper llena de adrenalina, contenta. Hay algo allí, que no sé qué pasa, pero es como una energía brutal con la que me reciben. Cada vez que voy a Sevilla sé que va a ser un éxito seguro a nivel de emociones y de todo. Volver otra vez, y sobre todo hacerlo a La Sala, donde ya he tocado tres veces, me hace sentirme encantada. Imagínate. El lugar perfecto, la gente perfecta… Todo es perfecto cuando voy para allá.
El concierto como dices será en La Sala, un espacio que desprende mucha personalidad e intimidad, ¿cómo será el show que tienes preparado?
Me viene perfecta esa sala justo porque el show es eso, muy íntimo. Llevo mi guitarra acústica, y hago un repaso por las canciones del nuevo disco y por las antiguas que todo el mundo conoce, también. Cuento historias sobre de qué va cada canción, soy muy de poner a la gente en expectación antes de cada tema. Es una parte muy especial del concierto, la gente se siente como en el salón de su casa. Con lo que me gusta a mí hablar, imagínate (risas). Queda bellísimo, es un concierto muy especial por eso, porque la gente se siente muy identificada también con las historias.
Ya has presentado este trabajo en diferentes ciudades como Burgos, Barcelona, Madrid, Valencia o Valladolid, ¿cómo está siendo la reacción del público? ¿Qué sensaciones te transmite?
Al principio se tiene como el ‘sustito’ de cuando vas a sacar algo nuevo, de cómo va a ser recibido, cómo va a ser la expectación de la gente, si va a gustar o no. Y en este caso siento que la gente lo recibió con mucho cariño, con mucha ilusión. Sobre todo porque en este disco decidí juntar temas que han sido más míticos de cada generación, y meterlo en un mismo álbum y en acústico. A la gente le han emocionado bastante estos nuevos arreglos. Es un disco para tocar en acústico, y entonces lo defiendo mejor en estos conciertos. La gente lo vive mucho. En otras ciudades en las que he estado ha tenido muchísima aceptación. Siento que cada vez va a mejor. Es lo que se va notando por la reacción del público. He llenado ya varias salas, y para mí ya es un hito importante.
En abril se publicó tu nuevo álbum, Bienvenido a mi habitación, del que dicen que es tu disco más personal y desnudo.
Es así. Ya llevo cuatro discos con este, y siempre he experimentado sonidos. Me gusta mucho meter sintes electrónicas y todo esto que mola mucho. El estilo es muy cañero, desenfadado. Y esta vez he decidido mirar hacia dentro. Hay canciones que le compongo a mi madre, otra que le compongo a mi padre, otra es un dúo que hago con mi abuela desde Whatsapp. Ella antes de morir tenía alzheimer, y siempre cantaba mucho. Entonces mi hermana grababa esos boleros que se cantaba de arriba a abajo, y me los enviaba por Whatsapp. Y le hice un dúo, canté por ella. Este disco tiene historias así. También es un disco muy íntimo por eso, es muy sencillito, más acústico, más de que llegue el mensaje, de melodías, sin tanta producción. Siempre digo que he des-producido el disco para poder hacerlo así (risas).
Haciendo referencia a su título, ¿qué importancia tiene para ti “tu habitación”? ¿Qué significado tiene?
Mi habitación, como en el caso de muchos, es la parte más íntima de ti. Allí es donde duermes, donde llegas cansado, contento, triste, con inseguridades… Donde pasas muchas noches desvelado pensando en la idea de tu vida, donde te llegan tus miedos más fuertes o donde invitas a esa persona por primera vez, y está tu olor… Es la parte más íntima de tu vida, de tu persona, incluso de tu casa. Cuando te invitan a una casa siempre lo hacen al salón, a la cocina… Por eso la gente ha ido como a abrir las puertas de “mi habitación”, porque son canciones muy personales. También hay un bolero que le da nombre al disco, se llama ‘Bienvenido a mi habitación’, y habla de esa primera vez, ese primer encuentro. Es quitarme todo el postureo y decir “soy así, esto es lo que hay”. Y por eso me gusta mucho el título. Es muy sugerente.
Como bien has comentado, en este nuevo disco aparecen siete nuevos temas y seis de tus canciones más celebradas, ¿se podría decir que es un lugar en el que conviven tu pasado y tu presente?
¡Por supuesto! De hecho siempre lo digo, que es como una reconciliación con todo mi pasado. Lo bonito de dedicarnos a la música no es que yo cante un tema, haga un disco y ya me olvide de esos temas. Sino que estas canciones son las que me han ido persiguiendo todo este tiempo. Antes de sacar este disco hice una “Georgira” que me sirvió un poco de balance. Iba haciendo temas antiguos, sacaba todo lo que me gustaba cantar, y me daba cuenta de que había canciones con las que la gente se emocionaba más, otras que me pedían más… Y me fui dando cuenta cuáles eran las canciones que el público quería escuchar. Decidí unirlos todos en el mismo disco por eso, para reconciliarme con todo eso. Siento que mi trabajo no es solo este disco, sino los 20 años de carrera que tengo. Porque incluso canto canciones de cuando estaba en Venezuela con mi primer álbum. Es unir todo y decir “esta soy yo, con mis canciones. Y esta es mi historia. A partir de aquí comienza otra etapa en mi vida”. Y se nota bastante, porque la gente ve que es de verdad. Son canciones que llevo cantando toda la vida, pero de forma diferente, con más aguante, cuando ya lo tienes interiorizado del todo. Por eso la gente las disfruta mucho más.
Además has contado con amigos y compañeros que te han acompañado durante estos años, como Manuel Carrasco, Pablo López y Vanesa Martín.
¡Qué lujazo! Ellos son amigos míos de siempre, los conozco desde hace mucho tiempo. Yo nunca había hecho un disco con dúos, siempre había sido la colaboradora oficial de todo el mundo (risas). Y todo fue natural. En el caso de Pablo, ‘Soñador’ siempre fue una canción que le gustó mucho desde que la compuse. Siempre que me veía la cantaba, y tenía la ilusión de si hacía un disco de duetos, le llamaría para hacer ese tema.
En el caso de Manuel, yo me imaginaba esa voz cuando compuse esa canción, que se la compuse a mi padre, es ‘Cero’. Cuando la creé me la imaginaba como mi padre cantándomela a mí, porque está en tercera persona. Y veía la vocecita de Manuel ahí, esa voz flamenca que te pone los pelos de punta. Me lo imaginaba perfecto. Se lo pedí a él, justo que es padre. Me parecía que era muy significativo. Tuve mucha suerte de que pudieran, no solo de que me dijeran que sí, sino también de que tuvieran el tiempo para ir porque nunca están aquí. Me adapté a ellos.
En el caso de Vanesa también somos muy amigas desde la discográfica. Se lo comenté, ella encantadísima… ‘Con solo una mirada’ fue la canción con la que me di a conocer en España como solista. Estuve en un concurso antes, y canté esta canción, y ella era la cantante invitada de ese concurso. Y para mí era como muy especial que fuera con ella. Además es un tema que habla de una traición, y ella es como mi amiga que me está dando el apoyo moral.
En tu información de Facebook dices que tus intereses son “Hacer canciones para que las personas que se sientan identificadas con mis letras y melodías, también se sientan acompañadas, curadas y comprendidas”. Se podría decir que ese es el poder real de la música, ¿no?
¡La música cura! Es increíble, es sanadora. Lo he vivido en carne propia. Las melodías y las frases llegan en un momento en el que no sé porqué tienen como algo muy importante en tu vida. Te hacen viajar en el tiempo. He tenido muy de cerca personas con alzheimer. Mi madre cuidaba a una mujer con alzheimer, mi abuela lo tuvo… Y me parece increíble que cuando les pones una canción viajan en el tiempo, se las saben todas ¿Por qué? No se sabe. Y para mí eso es magia. Soy muy feliz de dedicarme a esto por eso. Porque siento que hago felices a las personas. Por este motivo mis conciertos ahora son optimistas. Quiero que la gente salga con un chute de energía, ganas de comerse el mundo, de seguir adelante. Que se vaya con una sonrisa, que pienso que es lo más importante.
Este es tu cuarto álbum, y llega en el décimo aniversario de tu carrera en solitario y veinte desde que comenzó tu andadura como profesional de la música, ¿en qué momento te encuentras?
Estoy en un momento muy satisfactorio. Miras para atrás y te das cuenta de todo lo que has cultivado, de todo lo que has aprendido, todo lo que te queda por aprender, pero con las ganas que tengo. Uno nunca sabe que se dedica a esto hasta que no mira para atrás. Digo “¡Sí! Soy profesional de la música y me encanta serlo”. Creo que a partir de ahora vendrán cosas más bonitas, porque las estoy disfrutando de otra manera. Como más pausada, voy masticando más cada momento. La presentación en Madrid, por ejemplo, llenar una sala como la Galileo Galilei lo he sentido como un hito en mi carrera. Y que todo el mundo estuviera calladito escuchando y cantando los temas después de tantos años de carrera. Sentir ese respeto por el público. Era como disfrutarlo de verdad, pensar “¡Woah! ¡Cómo me gusta mi trabajo!”. Estoy en una época muy bonita, sinceramente.