Rodrigo Cortés presenta ‘La piedra blanda’ en la Feria del Libro de Sevilla
Una obra que se contempla, se toca y se vive
En una de las presentaciones más singulares de la Feria del Libro de Sevilla, el cineasta, escritor y director Rodrigo Cortés ofreció al público una experiencia literaria y visual con La piedra blanda, una obra creada junto al grabador Tomás Hijo que desafía los límites del libro tradicional. Más que una novela, La piedra blanda (Random House) es un objeto artístico, una pieza que se toca, se contempla y se lee con una cadencia casi ritual.
La sala, repleta de asistentes, se sumergió en el universo de Pedro de Poco, un personaje que “nació dos veces después de morir la primera”, y cuya historia se despliega a través de más de 100 grabados realizados con linograbado, una técnica medieval que Tomás Hijo domina con maestría. Ante las preguntas de la presentadora del encuentro, Rocío Rojas-Marcos, Rodrigo Cortés explicó cómo el proceso fue un “cantar de ida y vuelta”, donde texto e imagen se influencian mutuamente, modificándose en función de lo que cada uno aportaba. “No es un libro mío ilustrado por Tomás, es un libro de los dos”, subrayó.
La edición, cuidada al extremo, incluye papel de alto gramaje, lomo de tela, relieve en portada y una estructura narrativa que obliga al lector a detenerse. “Este libro no se puede leer en digital”, advirtió Rodrigo Cortés, defendiendo el valor del formato físico como parte esencial de la experiencia. Cada página es una sala de museo, cada grabado una obra que exige atención plena.
Fotografías de Patricia del Zapatero
La historia transcurre en una época indefinida, con tintes medievales, y se narra con frases breves que se desplazan por las páginas como viñetas. El ritmo narrativo se adapta al diseño, creando momentos de silencio, de pausa, de contemplación. “Es como entrar en un rito”, dijo Rodrigo Cortés, “una cadencia interna que te obliga a absorber cada detalle”.
Pedro de Poco, inexpresivo y silencioso, se convierte en un espejo para el lector. “Hay quien dice que es una obra sobre el trauma, otros que es divertidísima. Eso no habla del libro, habla del lector”, reflexionó el autor. El protagonista no juzga, no se resiste, simplemente transita por una vida marcada por el destino, por la violencia, por lo insólito, y por una belleza que emerge incluso en los momentos más oscuros. Es un personaje complejo, pues ha sido muchas cosas, como monje, ladrón o pastor, pero ninguna de ellas lo define completamente. Es «una piedra blanda, de ahí su nombre y el título del libro”, que late pero no muestra emociones como reír o llorar.
La piedra blanda es una obra que no se explica, sino que se vive. Un libro que parece haber sido hecho por un personaje del propio libro, que desafía la velocidad de las pantallas y propone una lectura lenta, profunda y sensorial. Una joya editorial que convierte cada página en una experiencia estética y emocional.
“He creado a Pedro de Poco, pero no sé si es bueno o es malo; yo no juzgo. No me gusta decirle a la gente lo que tiene que hacer. Lo mismo que no quiero que lo hagan conmigo. Que cada lector saque sus propias conclusiones”, concluyó Rodrigo Cortés.


