'La Feria del Libro de Sevilla homenajea al escritor Julio M. de la Rosa'

Hoy se cumplen tres meses del fallecimiento del escritor y periodista sevillano Julio Manuel de la Rosa. Y ayer, en su ciudad, en su Sevilla natal, recibió un merecido y grato homenaje. Fue durante uno de los muchos actos que la organización de la Feria del Libro 2018 ha programado; en este caso, con la colaboración del Centro Andaluz de las Letras. Para la mayoría de los asistentes a la Pérgola levantada en la Plaza Nueva, se trata de un reconocimiento tardío de su ciudad; pero para todos, merecidísimo, in memoriam, pero, al fin y al cabo muy justo. Y estamos seguros de que próximamente vendrán muchos más. Y todos ellos servirán para perpetuar su recuerdo, su obra, su excelente labor como formación de periodistas y, lo más importante, a su persona. Como dijera en la presentación del emotivo encuentro el periodista cultural Juan Mª Rodríguez, “su obra literaria hoy es su gran legado y, ahora nosotros, como lectores agradecidos, deberíamos pelear para que  sobreviva el mayor tiempo del mundo en las mejores condiciones. Es el mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor”.

La Feria del Libro de Sevilla homenajea al escritor Julio M. de la Rosa
Fotografía de Patricia del Zapatero

Homenaje desde el corazón

Junto al moderador de la mesa redonda, estuvieron personas vinculadas a la vida y obra del recordado Julio Manuel de la Rosa, como Francisco Núñez Roldán,  profesor, escritor y, en palabras del mismo Rodríguez, “cómplice personal de Julio”; el escritor, autor teatral y ensayista, Antonio Rodríguez Almodóvar; y la periodista cultural, Marta Carrasco. Juan Mª Rodríguez aclaró que se trataba de una evocación que “desde el corazón queremos hacer de un hombre de corazón”.

“Julio Manuel de la Rosa -comenzó diciendo- murió el 7 de febrero de 2018, o eso nos dice Wikipedia; para nosotros, los lectores, sus amigos, sus alumnos, sus familiares… sabemos que entre los dones de la palabra que Julio manejó con tanta brillantez figura la capacidad extraordinaria de resistir la soledad del tiempo y sobrevivir  a la fugacidad y al olvido”. De modo que “para nosotros, Julio sigue presente, ya sea en la memoria de los alumnos del Centro Español de Nuevas Profesiones, a lo que les contagiaba la pasión por la literatura, o ya sea palpitando entre las páginas de su obra”.

La Feria del Libro de Sevilla homenajea al escritor Julio M. de la Rosa
Fotografía de Patricia del Zapatero

Para Antonio Rodríguez Almodóvar, Julio de la Rosa “fue maestro, ante todo; amigo, también; y cómplice de todas las travesuras literarias que quiso hacer y de las que él me hizo partícipe”. Por eso, se considera “un privilegiado, por su amistad y por la confianza que depositó en mí muchas veces, para que le diera opinión sobre borradores, manuscritos… y le hiciera mis valoraciones. Alguna vez me hizo caso, como en algún título, de lo que me siento muy feliz porque él me lo aceptó enseguida”.

El mejor prosista del siglo XX

Para definir a Julio de la Rosa como autor, Rodríguez Almodóvar leyó unas palabras que escribió sobre sí mismo en la recopilación de conferencias e intervenciones llevadas a cabo en la Universidad de Cádiz en 2015, que se recogieron en un libro de gran valor, titulado La narrativa de Julio Manuel de la Rosa: “soy biznieto de Cervantes y Flaubert, nieto de Joyce, hijo de Faulkner, hermano pequeño de Aldecoa y Benet y sobrino de Caballero Bonald. Para oscurecer un poco tan ilustre estirpe, debo aclarar que me considero el garbanzo negro de la familia”.

Rodríguez Almodóvar destacó asimismo la admiración que Julio de la Rosa le profesaba a Ignacio Aldecoa, recordó las palabras que Caballero Bonald le dedicó en su día, afirmando que “es uno de los mejores prosistas del siglo XX”, pero aclarando e incidiendo que “no conocía a ningún otro escritor contemporáneo que mostrara la misma pasión tanto a sus relatos, como a sus cuentos, o al periodismo”. En esa línea, Rodríguez Almodóvar puso énfasis en “los centenares de artículos periodísticos publicados por Julio, que espero estén a buen recaudo y que alguna vez sean publicados juntos”.

La Feria del Libro de Sevilla homenajea al escritor Julio M. de la Rosa
Fotografía de Patricia del Zapatero

El pasado boxeador de un joven Julio Manuel de la Rosa también fue motivo de tratamiento en el homenaje de sus amigos, pues se encontró cierta similitud entre la técnica pugilística de la que hizo gala con la de escritor. Juan Mª Rodríguez  recordó que en los carteles de presentación aparecía el texto “el boxeador Julio Manuel de la Rosa, acompañado de la etiqueta, fino estilista”.  Lo mismo se podría decir de su arte como narrador y su talante como persona: “finura, profundidad… un hombre muy discreto al que no le gustaba hablar de sí mismo”.

Ausencia de reconocimiento

La periodista cultural Marta Carrasco quiso referirse “al Julio de la Rosa íntimo, al Julio mío, al que yo conocí casi con 22 años”. Así, recordó la relación que comenzó con él cuando recién llegada a Sevilla tuvo que hacerle  para El Correo de Andalucía una entrevista a un desconocido para ella Ramón Carande. Un compañero (José Luis Bonilla) le aconsejó que contactara con Julio de la Rosa, porque era seguro que le pasaría la información necesaria. “Con mi osadía le llamé por teléfono, me presenté y le expliqué lo que quería de él. Creía que se limitaría a darme los datos telefónicamente, pero me dijo: “venga usted a mi casa, se toma un café conmigo y yo le explico””. En aquella larga charla surgió “una amistad que se ha mantenido toda la vida, con momentos más intensos o menos, pero se convirtió en un hombre al que yo siempre acudí cuando tuve que hacer alguna entrevista”. “Era muy fiable -prosiguió-, el maestro de grandes periodistas de esta ciudad. Nos enseñó a poner sujeto, verbo y predicado, pero sobre todo, algo muy importante, a iniciarnos en escritores con los que no nos atrevíamos, con poetas como Chesterton, a llegar a libros a los que nunca habíamos llegado. Mi biblioteca no sería la misma sin él”.

La Feria del Libro de Sevilla homenajea al escritor Julio M. de la Rosa
Fotografía de Patricia del Zapatero

Su amigo íntimo, Francisco Núñez Roldán, coincidió en cuantos halagos se vertieron sobre la figura de Julio Manuel de la Rosa, pero apostilló con cierto dolor que “nada me gustaría más que no tener que estar aquí para homenajear a un amigo que se fue tan rápido, tan inesperadamente y tan injustamente”. Además, destacó algo que por desgracia suele ser habitual, como es el olvido de los hijos pródigos. Y lanzó unas preguntas reveladoras: “¿por qué esta bendita ciudad no lo trató mejor en vida? ¿Por qué no le hicieron los homenajes cuando vivía?” Y es que dijo que “no encuentro la razón por la que una persona con su calidad humana y literaria; una buena persona en el más amplio sentido de la palabra, una persona noble, no tuvo su reconocimiento de su ciudad”. El público asistente asintió las palabras de Francisco Núñez, quien acabó ofreciendo una posible respuesta: “podría ser porque siempre intentó ser consecuente consigo mismo; y eso es un pecado en la vida”.

Al término de la mesa redonda se ofreció al público  la posibilidad de intervenir, concluyendo el acto con una ovación a los familiares de Julio Manuel de la Rosa que fueron testigos del intenso y afectuoso homenaje.

Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.

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