Máximo Huerta: “Me lo he pasado muy bien del brazo de Alice. Pero volveré a París sin lugar a dudas”
El autor nos habla sobre 'París despertaba tarde'
Máximo Huerta ha regresado a París con su última novela, París despertaba tarde (Editorial Planeta). Y asegura que la capital francesa continuará siendo protagonista de su imaginario literario. Lo mismo ha hecho con sus lectores, a los que ha vuelto a ganarse con una obra que lleva su sello. Gatrópolis ha podido compartir un rato de conversación con uno de los grandes autores españoles contemporáneos.
París despertaba tarde es una auténtica montaña rusa que genera muchas emociones. ¿Cuál es la opinión de su autor?
Estoy de acuerdo con lo que dices. Eso es lo que quería que fuera el libro. Algo lleno de vida hacia todos los lados. Con protagonistas que sufren, que aman, que sienten, se desnudan, se visten, bailan… a los que les pasara de todo. Quería eso; un libro lleno de vida.
Conforme leía el libro había partes que me dejaban totalmente asombrada. Me decía, ¡guay!, cuántas sorpresas, tensión, drama…
Sí. El libro tiene todos los ingredientes para disfrutar y sufrir con la protagonista.
A la protagonista ya la conocíamos por Una tienda en París. ¿Por qué decidiste el regreso de Alice?
Me gusta mucho. Me encanta Alice. Me gustan las mujeres de los años 20. Me gustan esas modelos arriesgadas, que no tenían miedo, se enamoraban, sufrían… Volver a Alice, para hacer otra novela diferente y construir una historia de amor en un año efervescente como 1924, en plenos años locos de París, era como regresar a casa y disfrutar. Y yo quería disfrutar con esta novela para que los lectores pudieran disfrutar también.
¿Has tenido siempre claro ese contexto temporal en el que se ubica la novela?
Sí, porque me parecía un contexto maravilloso, 1924. Ahora, 2024. Cien años después, vuelvo a un año que fue épico en la historia. Mezcló culturas, arte, sexo, moda… Todo era apasionante. Y todo el mundo lo vivía con pasión. Tenía muy claro que tenía que irme de cabeza a ese año, 1924, y disfrutar y dejarme llevar por la vida de Alice.
Fotografía de Patandi
Siempre se relacionan los años 20 con los años felices. Pero tenemos personajes a los que les cuesta llegar a esa felicidad y a sus sueños.
Porque creemos que fueron felices y ricos, pero no eran felices y pobres. Y, sobre todo, tenían que sobreponerse al dolor de una guerra y de la pobreza. Son felices como respuesta al dolor. En lugar de entristecerse más, lo que hicieron fue salir a bailar. Todo este epicentro de vida, de alegría, de pintores, de modelos, de artistas, de todo lo que pasaba en los años 20, es gente que quería vivir. Y tanto quiso vivir, y tan bien se lo pasó, que todavía hoy recordamos esos años, que eran muy pobres y había mucha mugre y mucho dolor, como algo feliz. Porque la actitud de esas personas es la que los hizo diferentes. La actitud de vivir por encima de todo.
Ahí tenemos el claro ejemplo de Kiki…
Ella era una mujer pobre que venía del lumpen, de una familia destrozada, hija de un carbonero, ilegítima, y se convierte en la reina de París. Y Alice también es de esas modelos que tienen el corazón roto, a la que han dejado, pero que necesita sobreponerse y salir hacia delante.
Lo vemos con la perspectiva de 2024, pero la sororidad que tienen, no sólo entre ellas dos sino con el resto de mujeres…
… Sí. El final es muy así. Somos amigas y tenemos que apoyarnos. Sobre todo porque se habían quedado solas en esos años, habían muerto los padres o los hermanos en la guerra, y ellas se cogen del brazo y se salvan unas a otras.
Me ha llamado mucho la atención la aparición de muchos personajes como Coco, Hemingway…
Sí. La historia no la puedes cambiar pero quería jugar con los personajes verdaderos de la historia, y poner a bailar a Fitzgerald, Hemingway, Coco, Kiki…, mezclándolos. Los de entonces, los reales, los de mentira, para crear un universo en el que el lector disfrute y le parezca una novela auténtica, verdadera. Y que ese episodio de amor pudo haber pasado.
La manera de escribir también es para destacar. La forma de narrar hace pensar que va a ser Kiki quien hará de narradora, pero después hay un giro.
Claro, porque Kiki habla del París que vivió, en el que triunfó, en el que se enamoró. Y Alice es el personaje detalle. De la que sufre, trabaja, ama, cuida, se enamora… Una es la que lo vio todo y otra es la que cuenta su drama personal, su historia de amor.
¿Cómo ha sido toda esa parte de documentación?
Muy divertida. Porque buscar detalles, películas, periódicos, fotografías, vestidos de la época, bebidas, lugares de moda, de fiesta, todo, ha sido como hacer un viaje al pasado. Algo muy gratificante. Era meterme de pronto, de lleno, en unos años que no he vivido, pero que a fuerza de ver y oler, casi como lo hicieron ellos, ha supuesto un proceso muy agradable.
Fotografía de Patandi
Sabemos que tu relación con París es muy estrecha, ¿tendrá una continuidad?
Sí. Mi relación con París seguirá. Esta no será la última novela que escriba sobre esta ciudad. Habrá muchas más. Para mí es terminar una obsesión con estos personajes; con Alice. Creo que le debía la felicidad. Esta es una novela que busca la felicidad, la segunda oportunidad, el amor. Me lo he pasado muy bien del brazo de Alice. Pero volveré a París sin lugar a dudas.