“Uno nunca sabe por qué escribe un poema”. Eduardo Jordá, mallorquín, residente en Sevilla, poeta de corazón y vocación. Doce lunas es la invitación que nos hace para que entremos en su mundo lírico, en su pensamiento marcado por la poesía y en sus vivencias personales y artísticas definidas por su sensibilidad humana. 

Recuerdos, referencias familiares, su pasión por Irlanda… son temáticas que aborda el artista a lo largo de sus cerca de 300 páginas jalonadas por 56 poemas y sus respectivos relatos homónimos. Estos explican el significado de aquellos desde el punto de vista del autor, las circunstancias que le llevaron a escribirlos y cómo surgieron de su imaginario. Todo conforma un original formato en el que poesía y prosa caminan de la mano.

Doce lunas (Fundación José Manuel Lara, colección Vandalia) es una antología autobiográfica que hay que leer con calma. Mejor dicho, hay que disfrutar parando el tiempo y viviendo una experiencia emocional mediante la cual demos rienda a la imaginación. 

La obra es un vuelo particular del autor por un cielo cargado de lirismo. Con poemas en los que plantea la pérdida de su propiedad cuando llega al lector y éste lo moldea según sus sensaciones e interpretación personal, como sucede en ‘De la mano’, cuando se pierde la titularidad de una obra. “… Me alegra saber que un poema que nació del miedo a la oscuridad haya servido para celebrar la unión de dos luces lejanas que han decidido convertirse en una sola luz que traspasa la oscuridad”. También ahonda en la dicotomía entre lo inopinado y lo provocado de la creación poética: “un poema ocurre, de golpe, sin previo aviso” (‘Pero sucede’).

‘Doce lunas’, poema compuesto en 1998, cierra y da nombre a una antología que inaugura el referido ‘Pero sucede’. “No sabemos por qué, pero sucede”, inspirado en una experiencia vivida con su hija allá por 1999. La incontinencia creativa surge de manera imprevista.