Elisenda Hernández Janés: “Cuando eres adolescente y tus amigos son tus cómplices, lo compartes todo con ellos”
La autora nos habla sobre 'Canción de despedida'
Publicada en abril de 2023, con Canción de despedida (Fundación José Manuel Lara) Elisenda Hernández Janés obtuvo en 2022 el XLII Premio de Novela Felipe Trigo. Una recomendable obra que profundiza en el alma y la mente de tres mujeres que regresan a su pasado, a aquellos años de juventud en los que la vida era muy distinta.
Cualquiera que lea Canción de despedida puede identificarse con su trama y con las protagonistas, Laura, Isa y Gloria, ¿verdad?
La relación de ellas es la misma que la de muchas personas que mantienen una relación íntima en la infancia y en la adolescencia y que con el paso del tiempo se van distanciando. Eso ocurre en algunos casos, en otros no, pero es algo con lo que todos nos podemos identificar porque la amistad va cambiando con los años.
Claro. A lo largo de nuestras vidas vamos conociendo personas que bien se mantienen ahí, pero que en muchas ocasiones, por las circunstancias que se dan, se alejan…
Sí, sí. Totalmente. Van cambiando por eso que dices, las circunstancias. Dejan el colegio, unos hacen una carrera, otros no. Los ambientes cambian. Pero también es verdad que se produce una modificación en la relación que tienes con tus amistades. Ese pilar de la amistad varía. Cuando eres adolescente y tus amigos son tus cómplices, lo compartes todo con ellos. Y con el paso del tiempo me da la impresión de que esa complicidad se va perdiendo.
Ese contacto se va perdiendo en ocasiones, lo cual hace que dejen de coincidir los gustos y las amistades. ¿También puede ser esa una razón?
También. Una cosa lleva a la otra. Pero veo incluso una cuestión de prejuicios. Te haces mayor y te preocupa más el qué dirán. Antes tenías menos filtro. Una frase que me marcó un montón para dar una estructura a la novela la dijo Carmen Martín Gaite. Sintetizaba una realidad. Es cierto. Creces y te acostumbras a aliviar tus problemas en soledad. No todo el mundo lo hace, pero en cierto modo vamos alcanzando esa situación.
Fotografía de Patandi
Cuando creces te acostumbras a aliviar tus problemas en soledad
Elisenda Hernández Janés
Gloria, Isa y Lucía son distintas pero hay algo que las sigue uniendo a pesar de haber perdido el contacto y no mantener esa complicidad de la que hablas. Quizás sean las vivencias del pasado. Has definido muy bien a las tres. ¿Esta cuestión era la que más te preocupaba?
Sí. Esa era la idea, mostrar tres caracteres muy diferentes que se complementan muy bien. Isa actúa un poco de bisagra entre Gloria y Lucía. Ellas dos tienen caracteres más fuertes. E Isa lima asperezas, mantiene menos roces… Y, sí, las tres tienen personalidades muy diferentes. Isa es más serena; Gloria es más espontánea; y Lucía es más echada para adelante y no se permite mostrar debilidad alguna.
Canción de despedida es un título que con el tiempo vamos comprobando su razón de ser. ¿Podría ser Gloria quien más sufra en esa mirada constante que mantiene con el pasado? Prueba de ello podría ser que desea reencontrarse con Marga, la amiga que formaba parte de ese pequeño grupo que se marchó sin despedirse diez años atrás.
Gloria está completamente atrapada por el pasado. Y utiliza esa nostalgia como manera de no enfrentarse a su presente, con un marido que no la trata bien y otros problemas para los que no se ve capacitada. Su solución siempre es mirar al pasado. Y lo idealiza todo. Esa infancia perdida, sus años de adolescente.
Has dicho que Gloria mira tanto al pasado porque no le gusta su presente, pero tampoco está preparada para mejorarlo. ¿Por eso recurre a sus amigas de la infancia?
Sí. Ella tiene un día a día complicado. Tiene muchas obligaciones. No recibe ayudas en casa. A su hijo le hacen bullying. Ella está bastante sobrepasada. Empieza la novela siendo una y acaba siendo otra. El viaje le sirve para serenarse y saber qué es lo que quiere. Y con un poco de suerte, poder mirar al futuro. Pero eso no se puede saber porque en la novela no indago ese aspecto.
Mi idea era mostrar tres caracteres muy diferentes que se complementan muy bien
Elisenda Hernández Janés
Hemos hablado de las tres maneras distintas de ver la vida que tienen Gloria, Isa y Lucía. ¿Te identificas más con alguna de ellas?
Les tengo más cariño a Isa y a Gloria. No me podría decantar por una de ellas. Lucía, también, ¿eh? Pero ella es un poco la nota discordante; es más diferente. Algunas de mis virtudes y de mis defectos los he exagerado en los caracteres de Gloria y de Isa. Y Lucía sería un poquito un satélite más al margen.
Canción de despedida es la historia de tres amigas de la infancia que deciden ir a buscar a aquella que desapareció y de la que nunca han vuelto a saber nada más. Pero en la trama tocas temas muy ricos que navegan por la novela.
Sí, porque ellas tres llevan sus propias mochilas de la vida. Y hay un montón de cosas que les han pasado. Unas felices, como los conciertos, y otras más oscuras, como el abuso psicológico, el bullying, el trastorno alimentario… Me pareció importante dejarlos ahí para mostrar, por ejemplo, ese control que ejerce su marido sobre Gloria. Ellas son mujeres que se enfrentan a bastantes dificultades. Me interesaba reflejar sus vulnerabilidades sin clemencia alguna y sus fortalezas, porque en el día a día se enfrentan a grandes retos, y los sobrellevan como pueden y con más o menos éxito. Hay que ser muy fuerte para ser madre o no querer serlo, para querer serlo y no poder, etc.
Aunque el Premio de Novela Felipe Trigo lo ganaste en 2022, la novela ha sido publicada en 2023. Pero supongo que recibir un reconocimiento como éste se celebra siempre por lo que supone de confirmación de tu obra. Pero, ¿qué valor posee a efectos de altavoz ante los demás de cara a otros trabajos?
El premio ha sido un antes y un después. Me ha permitido publicar con un gran grupo editorial, que la novela llegue a las librerías, y es una alegría. Saber que tu libro llega a las estanterías de la gente es un motivo importante para estar alegre. Y personalmente hay parte de lo que dices. Es un poco como esa palmadita en la espalda: “venga. Estás por buen camino”. Escribir es un oficio solitario. Es muy gratificante pero tiene sus momentos de frustración. Y se agradece mucho ese premio, esa palmadita en la espalda.