Blue Jeans: “La perspectiva de los influencers me interesaba exponerla en mi novela”
'Una influencer muerta en París', su última novela
Blue Jeans, el aplaudido autor, entre otras obras, de la trilogía La chica invisible, ha regresado. En esta ocasión, tras su bilogía sobre Chopin, ha publicado, dando un nuevo giro a su trayectoria creativa, la novela Una influencer muerta en París (Editorial Planeta). Gatrópolis ha podido dialogar con este escritor al que sigue una legión de fieles lectores y que continúa en ese camino exitoso que le mantiene en plena actualidad.
Una influencer muerta en París mantiene la tensión desde el principio, algo que no resulta fácil. Pero me veo obligada a preguntarte ¿por qué haces sufrir tanto a estos influencers? (Risas).
Los lectores se enfadan a veces conmigo porque digo que como no les cojo cariño a los personajes, no me importa ni matarlos ni hacerles sufrir (risas). Y es la realidad. Yo intento hacer la mejor historia posible, con mi dinámica habitual. Pero es verdad que también intento que haya pausas para después poder darle el susto al lector. Y este libro que es muy actual, de influencers, de hoy en día, tenía que ser así. Aquí hay sufrimiento, pero también hay amor, miedo, éxito, envidias, engaños… Tiene que ser así. Tienen que pasar cosas. Me he divertido mucho. Una cosa importante en este libro es que el autor se lo pasa bien.
Efectivamente, al lector hay que darle un poco de todo, ¿verdad?
Bueno, el lector tiene siempre miedo a que mates a su personaje favorito. Hemos venido a jugar… Es lo que hay. Es una novela que ya lo dice su titulo: Una influencer muerta en París. Creo que nunca un título mío fue tan descriptivo (risas).
Los influencers son personas que se han instalado en nuestra sociedad, que mueven masas…
Tenía clara la idea. Sale de los premios Ídolo. Los estaba viendo con mi mujer y a ella se le ocurrió que hiciera una historia sobre ellos. A ella también se le ocurrió lo del campamento, que también tenía influencers; me propuso hacer algo dentro de un premio como éste, donde pasaran cosas… Y me pareció una buena idea. Eso sí, ahí tenía que haber una muerte. A raíz de eso vas tirando de los hilos. Y aparecen un streamer que hace Twitch, una tiktoker que se hace famosa después de la pandemia, una instagramer venida a menos… Está todo muy medido, muy calculado. Los personajes van evolucionando, y no los controlas, pero está todo muy muy trabajado.
Fotografía de Patandi
Hay chicas que me dicen que han empezado a leerme porque sus madres me leían
Blue Jeans
Hace poco, Inma Rubiales nos dijo que los lectores más fieles suelen ser también los jóvenes. Los que empezaron a leerte han crecido, pero has sabido añadir a otros que se han identificado con tus novelas. ¿Cómo se lleva esta ley de la vida?
Inma es sabia. Sólo tiene 22 años pero ya es muy sabia. Somos amigos. Me presentó uno de los libros de Chopin. Escribe y tiene sus lectores jóvenes, lectoras, porque la mayoría son chicas. El mundo de la mujer es el que está ahora en el mundo de la literatura, sobre todo en la juvenil. Escritoras, libreras, periodistas… Es increíble. Y es verdad que con el paso del tiempo, mis lectores han ido creciendo. Y yo intento hacer los libros para que le pueda gustar tanto a una persona que empezó conmigo con Paula o con los Incomprendidos, pero que también le guste esta generación. La que a lo mejor empezó conmigo con La chica invisible, o con Chopin, o que me lee por primera vez. Eso es lo más difícil de encontrar, porque ¿cómo hago una escena, por ejemplo, de sexo, sin que me pase para una persona de 14 años, y que le pueda interesar a uno de 30 o de 35? Es complicado. Es gracioso porque ahora hay chicas que me dicen que han empezado a leerme porque sus madres me leían. Y, quizás, la madre empezó a leerme siendo adolescente. Esto significa que vas cumpliendo años, que te has hecho mayor, pero que sigues ahí. Para mí, eso es lo más difícil, el permanecer tantos años. Llegar a un Sant Jordi y ver esa fila de gente que ha ido a las trece ediciones en las que he estado… Ver a gente que es su primer Sant Jordi… Es muy difícil, muy bonito e inesperado.
Es el fruto de un trabajo hecho con constancia y dedicación, ¿verdad?
¿Quién me iba a decir a mí hace 15 años que iba a llegar hasta donde he llegado? Me esfuerzo mucho, en cada libro, en cada historia, pero ha llegado la generación de Inma Rubiales y otras más que nos han pasado por encima. Es ley de vida. Cuando empecé había unos escritores y ahora están ellas, Mercedes Ron o Alba Zamora, o Devora Libros… Pero ahí seguimos.
La trama principal de Una influencer muerta en París es un asesinato, pero hay subtramas muy potentes. Estas ocupan gran parte de la novela. El hate, tanto el que vemos en las redes, con esos personajes que están siempre denunciando, como el de los propios compañeros. Y, obviamente, lo que conlleva la salud mental. ¿Cómo ha sido tu experiencia a la hora de escribir este libro ante cuestiones de actualidad de tanta envergadura?
He hablado con gente, he leído muchas cosas, he visto documentales… Tengo amigos influencers, y lectoras mías que lo son ahora. He mezclado todo. Pero es verdad que en el tema del creador de contenidos de los influencers había que rascar. No podía quedarme en el punto de vista de que son jóvenes que lo han conseguido todo en la vida. La perspectiva de los influencers me interesaba exponerla en mi novela. ¿Cómo un chico o una chica de 19 años está ganando muchísimo dinero, no puede prácticamente andar por la calle, tiene esa parte de gente que la odia a muerte? Esos fans que se obsesionan, que están pendientes de la vida de otras personas. Ese punto de vista también me interesaba mucho. Eso, el misterio y París los he entendido como elementos que congenian muy bien. He tirado del hilo y he reflejado la realidad de los influencers lo mejor posible.
Fotografía de Patandi
Tenía ganas de ambientar una novela en un sitio como París
Blue Jeans
No eres influencer, pero los escritores, aunque de otra manera, también ejercen una influencia sobre la sociedad, ¿cómo ves vuestro papel?
Yo no lo soy. Nunca me he considerado ni he comercializado jamás con una marca para ganar dinero o para influenciar a otras personas para que compren algo. Pero sí, en el mundo del libro he tenido cierto papel. Mucha gente me ha dicho que ha comenzado a leer con mis libros, o que quiere ser escritor después de leerme. Y eso es bonito. También he tenido a gente que me ha odiado a muerte por publicar Canciones para Paula o El Club de los incomprendidos… A la gente le fastidia que alguien triunfe por escribir con corazoncitos en la portada. “Ese es un libro para niñas”, “Eso no es literatura”, ”¿Cómo te publica Planeta a ti y a otros no?”. Eso lo he vivido en su día. He tirado un poco de todo.
París termina siendo en la novela un personaje crucial. ¿No es un contrapunto unir a la ciudad del amor con todo lo que viven los personajes de la novela?
Sí. Es la ciudad del amor y hay historias complejas. Pero en el fondo hay una historia de amor que marca la novela. París no es sólo la ciudad del amor, sino la ciudad de la luz. Aunque la llaman así porque fue la primera en la que hubo farolas. No porque sea muy luminosa. Pero me venía perfectamente para la historia por el glamour de influencer de la ciudad, ese misterio que tienen algunas de sus calles… La misma Torre Eiffel… Tiene misterio en sí misma. La portada del libro queda muy bien con ella y los pájaros volando a su alrededor. Cuánto misterio tiene. Era la ciudad perfecta. Tenía ganas de ambientar una novela en un sitio así. Lo planteamos con mis editoras. Pudo ser Londres, pero creo que París queda mejor.
