'Beatriz Serrano: “La adolescencia es muy dramática, pero da mucho pie a la comedia”'

Beatriz Serrano: “La adolescencia es muy dramática, pero da mucho pie a la comedia”

'Fuego en la garganta', finalista del Premio Planeta 2024

Fuego en la garganta es la segunda novela de Beatriz Serrano, en la que la autora vuelve a sorprendernos con su humor e ironía.
A través de las palabras de Beatriz Serrano, descubrimos una narrativa que combina humor, ironía y una profunda reflexión sobre la generación millennial. En su última novela, Fuego en la garganta (finalista del Premio Planeta 2024), nos encontramos de nuevo con personajes que rondan la realidad y la ficción de sus propias vidas.
En primer lugar, enhorabuena por Fuego en la garganta. Veníamos de El descontento, que es un libro espectacular, pero es normal tu reconocimiento por esta nueva novela.

¡Muchas gracias! Me encanta que me lo digas después de leerte los dos libros, porque yo no sabía cómo las hardcore fans de Marisa se iban a tomar Fuego en la garganta. Hay un cambio. 

Para mí es Marisa en versión junior, un poco. 

Sí, ¿verdad? Cuando empiezas a hablar de este libro con tus amigas y tal, que te preguntan “¿qué estás escribiendo ahora?” “Pues sobre una niña que hace milagros” y, claro, suena algo completamente diferente. Creo que hay mucho descontento en este libro, ¿no? 

Es verdad que cuesta describirlo sin hacer spoiler.

Claro, claro. Tiene eso también. El otro día, hablándolo con un amigo, me decía que no lo definiría como una niña que hace milagros. Me dijo: “lo definiría como la insatisfacción femenina, producida a distintas edades, como el reconocimiento de la autonomía de las mujeres”. Pero si digo eso, no lo compra nadie.

Beatriz Serrano: “La adolescencia es muy dramática, pero da mucho pie a la comedia”

Fotografía de Arduino Vannucchi

Cita textual:

La adolescencia me parece una de las etapas más interesantes a nivel literario

Beatriz Serrano sobre 'Fuego en la garganta'
Una de las cosas que me llamó la atención es qué difícil es ser adolescente, independientemente de la época en la que vivamos. 

Me parece una de las etapas más interesantes a nivel literario. Pensaba en todos los traumas que arrastramos de la adolescencia, ya sean grandes o menores. Por ejemplo, con el tema del físico, aquello con lo que te has sentido insegura en la adolescencia continúa siendo por lo que te sientes insegura de adulta.

Mucha gente tiene ideas súper cerradas de su propia identidad porque de pequeños les dijeron: «Tú eres rara» o «Tú eres muy fría» o «Tú eres muy charlatana«. La adolescencia es una etapa interesantísima para explorarla porque te desmarcas de la identidad familiar para encontrar la tuya propia, que es lo que le sucede a Blanca en el libro. Es donde se conforman las identidades, los miedos que arrastramos, las inquietudes…; todo parte de ahí.

Además, no solo que es adolescente, sino que pertenece a una generación millennial, que hemos sufrido muchas de las cosas que representa Blanca.

Sí, hay muchísimo de eso. Y luego creo que hay experiencias universales. En El descontento salía mucho internet, pero de una forma poco protagonista. Aquí decidí convertirlo en un vehículo que las ayuda a encontrarse entre ellas y a sí mismas. Esa parte es muy millennial. Los 90, si los has vivido, si lo has vivido en esa edad, te sentirás identificado. Era una España que estaba cambiando, con una sensación de posibilidad antes de la crisis. Pero esas esperanzas también se rompieron para gente de 40 o 50 años. A veces pienso que, por un lado sí es súper generacional, pero por otro no estoy tan segura. Porque además meto al personaje de la madre, que me parece fundamental. Ella no es millennial, pero narra una insatisfacción femenina que sigue estando ahí.

Beatriz Serrano: “La adolescencia es muy dramática, pero da mucho pie a la comedia”

Fotografía de Arduino Vannucchi

Cita textual:

En Fuego en la garganta comento que Internet siempre ha sido el refugio de la gente solitaria

Beatriz Serrano sobre 'Fuego en la garganta'
Pero incluso aun teniendo a esos personajes con tantos problemas, siempre encontramos ese tono de sátira que caracteriza tu literatura. Qué difícil es tratar ciertos temas sin pasarte o pensar en cómo lo va a tomar el público.

No sé si eso será muy millennial, pero hemos vivido con una máscara de ironía y sarcasmo como coraza frente al mundo. Utilizo mucho el humor. Una vez en terapia, mi psicóloga me dijo: «Deja de utilizar la ironía para todo, porque no te estás abriendo«. Cuando era periodista siempre tenía esa visión de tratar temas aparentemente frívolos con bastante profundidad, y temas profundos con cierta frivolidad, para encontrar el equilibrio.En la literatura me pasa lo mismo. 

En El descontento hablo de una crisis de identidad brutal, en relación con el trabajo, con las promesas que nos hicieron… Me parecía que había que airear todo eso y contarlo con humor. En este libro de ahora, el humor aparece en Blanca siempre con las amigas. La adolescencia es muy dramática, pero da mucho pie a la comedia. Inma es el alivio cómico, el contrapunto. La madre es graciosa sin intención de serlo. Simplemente se queja de todo lo que ve y nos hace gracia verlo desde su prisma.

Has comentado el tema de Internet. Es curioso que a nuestra generación nos lo dejaron como si fuera jauja. Y no ha cambiado nada porque Blanca tiene ese problema de autoestima que lo vuelca en redes sociales; hoy en día sigue existiendo ese problema.

Nos hemos acostumbrado a eso. En el libro comento que Internet siempre ha sido el refugio de la gente solitaria, y de verdad lo siento así. Pero ahora se ha vuelto más hostil. Antes, los marginados encontraban su lugar en Internet. Era de friki usarlo. Si tenías amigo salías a la calle a jugar, no te quedabas las tardes en Internet. Era porque no podías pertenecer a ese grupo y buscabas tu sitio ahí. No creo que antes fuera todo bueno y ahora todo malo, pero sí que de verdad sigue sirviendo para encontrar comunidades afines y para impulsar movimientos. El #MeToo no hubiera tenido la repercusión que tuvo si no hubieran existido Internet y las redes sociales. Pero también se ha llenado de trolls y de gente generando ruido.

Leí hace poco un artículo que decía que mucha gente joven se sentía más cómoda con su personalidad online porque eran más ingeniosos, tenían más tiempo para pensar en una respuesta que cuando estaban cara a cara se sentían más inteligentes… porque tenían un tiempo de reflexión que en persona no tienen; tiene que ser todo mucho más rápido. No sé hasta qué punto nos afecta eso. Estoy hablando de adolescentes como puedo hablar de una cita de Tinder que pienses “esta persona por chat era diferente”, porque tú te la estabas imaginando de otra forma.

¿Cómo ha sido para ti ese proceso de creación, de venir de Marisa a Blanca?

Blanca nació gracias a Marisa. Cuando terminé El descontento en 2022, Marisa vive anestesiada a través de las pantallas. Empecé a pensar en cómo hemos llegado a este punto de aislamiento e insatisfacción. Siempre quise escribir una novela de iniciación, un coming of age. El arranque de esta historia es muy tradicional, muy Elena Ferrante. De chicas encontrándose a sí mismas, de chicas descubriendo que son chicas, navegando en ese mundo que se presenta hostil. Surgió de ahí, por eso le di tanta importancia a Internet. Ese fue el germen de todo. Pensé en cómo nació Marisa. Blanca es más feliz al final que Marisa.

Fotografía de portada de Arduino Vannucchi

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