El pasado 24 de mayo tuvo lugar la gala de los Premios Fugaz 2019, el principal certamen del mundo del cortometraje en España. Los cines Kinépolis de Madrid fueron testigos de este evento al que acudieron más de 1.000 invitados. Estos galardones premian cada año a lo mejor de la industria, además de servir de reivindicación para el formato del cortometraje. Este año, la calidad de los nominados ha dejado patente que el corto tiene vida propia.
El cortometraje español ha superado fronteras y se coloca a la cabeza internacional, llegando a premios como los Oscar y obteniendo el récord Guinness a cortometraje de ficción y cortometraje de animación más premiado de la historia. Los fundadores de los premios reivindicaban esta importancia. Diego Ruiz alegaba que «es importante que el corto tenga voz, se reconozca y el público pueda ver todo ese talento«. Por su parte, Samuel Rodríguez le deseaba «¡larga vida al cortometraje español!”.
En cada edición se reciben cientos de obras que pasan por una comisión de 450 profesionales reconocidos del sector audiovisual, que decide los premios. Son los únicos galardones en nuestro país consensuados por un jurado de esa magnitud.
Algunos de los ganadores tendrán la oportunidad de formar parte del Festival Itinerante CortoEspaña, un recorrido que acerca las obras más destacadas a más de 100 municipios españoles y que este año celebra su décimo aniversario. En este festival los cortos contarán con premios globales del público (1º- 2000, 2º 1000 y 3º 500).
Este año las temáticas han sido muy diversas. Del thriller al drama, pasando por el terror y la crítica social. Esta edición Background (Toni Bestard) se consagró como el mejor cortometraje. Esta obra, que también se llevó el galardón a mejor montaje, nos habla de esas historias especiales que esconde el cine entre bambalinas.
La estatuilla a mejor dirección fue para Iago de Soto por La Guarida, un thriller oscuro situado en la España del 76. Laia Manzanares se llevó el Fugaz a mejor actriz por La Tierra llamando a Ana (Fernando Bonelli), mientras que Pedro Casablanc conseguía el mismo premio en la categoría masculina con el corto de Uno (Javier Marco). El premio a mejor cortometraje documental fue para 2001, destellos en la oscuridad (Pedro González) un homenaje a la ciencia ficción de Stanley Kubrick.
Además de Background, otros cortos se llevaron a casa dos galardones. Bailaora (Rubin Stein), un retrato sobre el flamenco en la Guerra Civil Española, que obtuvo el premio a mejor fotografía y a mejor sonido. Por su parte, Lo siento mi amor (Eduardo Casanova) ganó el premio a mejor vestuario y a mejor maquillaje y peluquería, con su peculiar interpretación del asesinato de Kennedy. La noria (Carlos Baena), una historia de terror con tintes infantiles, consiguió hacerse con la estatuilla a mejor corto de animación y a mejor banda sonora.
Los Premios Fugaz otorgan, además, un galardón al mejor largometraje. Una categoría peculiar que hace un guiño a aquellos certámenes de largos que suelen tener una categoría reservada a los cortos. En esta edición, la estatuilla a mejor película fue para El reino (Rodrigo Sorogoyen).
Así mismo, se quiso reconocer la trayectoria de dos importantes figuras del cine español. Este año el premio de honor fue para el director Daniel Sánchez Arévalo y para la actriz Asunción Balaguer.
Daniel Sánchez Arévalo decía considerarse más cortometrajista que largometrajista: «puedes ir de un lado a otro y siempre contar historias. El corto me ha hecho ser lo que soy«. Teresa Rabal recogió el premio en nombre de su madre Asunción Balaguer: «ha hecho cortos hasta los 90 años. Ella tiene 93 ahora y sueña todos los días que se levanta para ir a trabajar. Gracias por la ilusión que le habéis hecho tener«.
Fotografías cedidas por Premios Fugaz.