Con el referente del libro Cine y Educación, impulsado por la Academia de Cine, ayer miércoles tuvo lugar la mesa redonda ‘Cine y Educación, ¿una cuestión de Estado?’. Representantes de Educación y Cultura de los principales partidos políticos han coincidido en la necesidad de integrar el cine en las aulas y han apostado por un acuerdo entre instituciones.
Con el auspicio de la Academia de Cine, los invitados al encuentro debatieron en su sede sobre la necesidad de introducir planes de alfabetización audiovisual en el sistema educativo español en los niveles previos a la Universidad, una cuestión clave en la sociedad inmersa en el audiovisual del siglo XXI, que afecta a la formación de los niños y jóvenes de este país.
Un nutrido grupo
Carmen Ferrero Torres (secretaria ejecutiva de Educación no Universitaria del PSOE), Sandra Moneo (portavoz de la Comisión de Educación y Formación Profesional del PP), María José García Pelayo (secretaria de Cultura y Turismo del PP), Marta Rivera de la Cruz (secretaria de Relaciones Institucionales y Responsable del Área de Cultura de Ciudadanos), Mayte de la Iglesia (portavoz de Educación de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid), Sofía Fernández Castañón (Secretaria de Igualdad –Feminismos y LGTBI– y Área de Cultura de Unidas Podemos) y Javier Sánchez Serna (Área de Educación de Unidas Podemos) expusieron las propuestas de sus formaciones políticas en esta mesa redonda moderada por Fernando Lara, uno de los tres coordinadores del libro Cine y Educación.
Todos los ponentes valoraron muy positivamente este volumen como germen de un futuro «libro blanco» que permita avanzar en la introducción del cine y la alfabetización audiovisual en las aulas, una materia que creen imprescindible para comprender el mundo en el que vivimos y valorar el séptimo arte como patrimonio cultural indiscutible.
«Lo que no se nombra no existe, y lo que no entra en el examen tampoco. Esto se puede trasladar al cine. No puede ser una cuestión de herramienta sino de contenido, porque todo nos construye», manifestó Fernández Castañón, que incidió en la necesidad de presupuestos para la formación del profesorado. En ese mismo sentido se pronunció su compañero en Podemos, Sánchez Serna, que además de alertar sobre la precariedad con la que trabajan los educadores, señaló la importancia de modificar los currículos y «educar en la conexión con el cine, que aprendan a valorar todo tipo de propuestas cinematográficas».
Frente a la dificultades que plantea que las competencias en materia educativa estén transferidas a las Comunidades Autónomas, Ferrero Torres se mostró optimista. «Todo parte de una voluntad política, no veo la disyuntiva. Desde el PSOE queremos que el currículo sea más abierto y más útil en la realidad actual. Se necesita financiación para material en los centros y en la formación del profesorado. Con las iniciativas privadas, hay que colaborar sin que eso menoscabe la actuación de la Administración», aseguró.
Consenso en torno al cine
Mientras que la representante del PSOE abogó por un Pacto de Estado, los representantes de PP, Ciudadanos y Podemos coincidieron en la necesidad de no enmarcar esta iniciativa en un gran pacto «mediático y de máximos», sino trabajar conjuntamente en aquellas cuestiones en las que tienen una posición común. «Lo que se requiere es un acuerdo institucional entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas. En la comisión de Cultura de esta legislatura se ha demostrado que hay cosas, como el Estatuto del artista, que nos ponen de acuerdo a todos», manifestó García Pelayo, del PP.
Por su parte, Moneo apostó por «establecer una normativa básica en todo el territorio que actúe más en profundidad y permita una transformación, pero deje autonomía a los centros dentro de esa norma», y desestimó el dilema entre introducir el cine de una manera transversal o como asignatura de los planes educativos. «Depende de la edad, en la educación más temprana ya hay un tratamiento transversal, y sí que hay que dar una mayor especialización en las etapas de educación secundaria y postobligatoria», propuso.
Que el cine tenga en las aulas la relevancia que merece pasa por aumentar su presencia y garantizar el acceso. «Le hemos dado mucha importancia al conocimiento de idiomas y a las Tecnologías de la información y la comunicación, pero las expresiones artísticas y el audiovisual ha quedado muy aparcadas en los centros educativos», lamentó De la Iglesia, que señaló que los cambios deben llegar hasta el origen, «las universidades y los másteres que forman al profesorado».
Convencida de que «casi cualquier pregunta que haga un adolescente se puede responder con una película; son herramientas pedagógicas», Rivera de la Cruz alertó sobre «la desconexión entre el cine y las salas. Me preocupa que la generación de futuros espectadores no conozca la experiencia del cine tal y como la concibieron los que lo crean».
Espíritu de trabajo
Esta mesa redonda es un paso más en el empeño de la Academia de Cine por impulsar el binomio Cine-Educación, al que se dedicó un número de la revista ACADEMIA, que también protagonizó una jornada en la institución, que originó la puesta en marcha de un grupo de trabajo y continuó con la presentación del libro Cine y Educación, documento con el que la institución cedió el testigo a los partidos políticos y la Administración, autoridades competentes en las materias educativas, que ahora han protagonizado este encuentro.
El acto contó con la presencia de Beatriz Navas, directora general del ICAA; representantes de entidades como FECE y EGEDA; del sector educativo y audiovisual; y miembros de la junta directiva de la Academia, escenificando «el consenso que, desde el principio, tanto desde el mundo de la educación como del audiovisual, ha habido en ese camino que debemos recorrer», en palabras de Lara.