La película inaugural de la decimocuarta edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla auguraba lo que, a simple vista, ya parecía un evento de calidad cinematográfica incalculable.
Para ponernos en antecedentes, Tierra Firme, de Carlos Marqués-Marcet (10.000km) es un film que trata las inquietudes de las generaciones actuales: libertad, maternidad, sexualidad… todo esto, contextualizado en unos paisajes absorbentes. Los protagonistas, Natalia Tena (10.000km), Oona Chaplin (Black Mirror), David Verdaguer (10.000 Km)… con la performance especial de Geraldine Chaplin, crean una historia real que podríamos vivir cualquiera de nosotros en nuestro día a día.
Lo más estimulante de dicho film es, precisamente, su guión. Firmado por el propio Marqués-Marcet y por Jules Nurrish, nos somete a una cantidad de incertidumbre, de situaciones complejas en las que los protagonistas se desenvuelven con real agonía. En todo momento la película gira en torno a un mismo concepto: la maternidad. El caso de que dos mujeres no puedan concebir por sí mismas y necesiten de alguien externo, del papel de éste, y de cómo se desenvuelve la relación de ambas durante el embarazo, sumado a los diferentes inconvenientes del mismo, es el leit motiv de la historia expuesta. Pese a ser una idea en un primer vistazo, simple, el caso que se da es todo lo contrario: se crean una atmósfera y una complejidad sobre un tema tan actual y tabú como es el de las familias alternativas, y que es altamente complicado de tratar. Aun así, no tiene nada que envidiar a films como Los chicos están bien, Juno o Shelter, que tratan la misma temática y que son considerados propulsores de una reivindicación.
Es indudable la calidad de este largometraje. Capta a la perfección el momento en el que vivimos, las inquietudes y preocupaciones que nos mueven y todo aquello por lo que estamos dispuestos a luchar. También, además del sobresaliente guión, hay que recalcar la participación del elenco actoral, quienes en una perfecta simbiosis, tanto entre sus personajes como con el suyo propio, consiguen darle una verosimilitud apabullante.