Jupiter’s Moon (Jupiter holdja) se postulaba como unas de las indispensables de la decimocuarta edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla. Siendo una de las seleccionadas por la Academia de Cine Europeo, esta coproducción húngaro-alemana ha sido una de las más alabadas por su original idea.
El film cuenta la historia de Aryan, un refugiado sirio que busca acogida en Hungría. Durante el cruce de la frontera, un terrible suceso provocará en el protagonista la adquisición de una habilidad sobrehumana: volar. Y esto es lo realmente satisfactorio del film: la dualidad de la realidad y la ficción. En ningún momento nos podríamos esperar esto, un nosotros representado en los diferentes personajes, que se verán envueltos en particulares crisis existenciales (y religiosas) ante los hechos que contemplan. Distintos documentales, películas o cortometrajes han tratado esta temática desde sus diferentes perspectivas y vertientes, pero nunca desde una tan original. Pese a la densidad que rodea a las dos horas de duración de la película, la acción está presente en todo momento, el frenesí no para nunca y provoca un aturdimiento mental, todo a causa, como hemos dicho, de un guión tan inesperado.
Es sorprendente la producción de la misma. Aun perteneciendo a un cine más independiente y europeo, no deja de recordarnos que bien podría ser una superproducción de nuestro mejor cine internacional, con una puesta en escena y de efectos sin suficientes calificativos.
El cine europeo está en su mejor momento, y con el estrechamiento de esa franja técnica/tecnológica que lo separaba de las producciones norteamericanas, ideas tan visionarias y complejas como Jupiter’s Moon surgen de las profundidades y evidencian la extraordinaria calidad de este arte en Europa. ¿Quedará gente que dude si merece la pena apostar por lo nuestro?