El pasado 11 de enero, Zahara aterrizó con su gira de teatros en el Cartuja Center Cite de Sevilla, que dio comienzo el 4 de enero en Donosti y, sin duda, es una de las más especiales para la artista ubetense. Es difícil describir todo lo vivido aquella noche, en la que se reinventaron canciones que nos han acompañado todos estos años. Algunas de ellas, han superado a su versión original, y conformaron el lado íntimo que Zahara quería regalarnos desde un principio.
La Fabulosa Historia de… Zahara
Sin duda, esta gira marca un antes y un después en lo que a directos se refiere. Zahara ha desnudado sus canciones, las ha desmontado y las ha vuelto a recomponer para darnos una nueva visión de las mismas. “Hemos elegido canciones que a nosotros nos rompen un poquito, y esperamos que a vosotros también y lo pasemos todos mal”, declaraba la cantante durante el concierto. Y es que las canciones de Zahara te agarran y no te sueltan. Ella lo sabe, y por eso nos ha dedicado su versión más íntima.
La noche empezaba fuerte, porque ver a Zahara, totalmente desenchufada, cantando ‘La Gracia’ entre el público, cercana a sus fans más acérrimos, te eriza la piel automáticamente. Y esto solo era el principio. ‘El caso de emergencia’, ‘Domingo astromántico’, ‘Pregúntale al polvo’ o ‘Photofinish’ son algunas de las canciones que sonaron en el teatro, y que rara vez (o imposible, en la mayoría de ellas) hemos podido escuchar en sus directos.
Sin duda, hubo varios momentos que giraron en torno a estas canciones. En primer lugar, la aparición estelar del siempre bienvenido Miguel Rivera, con quien compartió ‘Big Bang’, cocreador de la canción, en un momento en el que parecía que el público no existía. El otro momento fue la reconciliación de Zahara con ‘Con las ganas’. “Ha cumplido la mayoría de edad y me lleva acompañando desde hace mucho. Se la dedico a todas las personas que en los conciertos me la pedían, y yo les decía que no”. Sin duda, es un claro alegato a favor de la canción que tanto dolor y tantas alegrías le ha dado a Zahara. Hoy por hoy, por fin, ambas se han reconciliado.
Todos para uno y uno para todos
Durante las dos horas que duró el espectáculo, vimos a una Zahara emocionada y fuera de sí. Nos regaló su magia y su lado más personal. “Este concierto me deja más destrozada que si hubiese estado bailando”. Pero no estuvo sola en ningún momento, sus cuatro fantásticos estuvieron en todo momento junto a ella, y ella junto a ellos. Zahara es parte de su banda, algo que se constata en su trato con ella. Partiendo de la base de que ya es complicado verla junto a su guitarra (aunque se anime con las teclas de Perarnau), ha depositado toda su confianza en Manuel Cabezalí, Carlos Sosa, el mismo Martí Perarnau y Emilio Saiz, para ella dedicarse a regalarnos su voz y su sentimiento. Tal es la relación con ellos, que les da su momento de protagonismo a cada uno, en especial a Martí Perarnau, con el que interpretó ‘Soy un aeropuerto’, una de las canciones más destacables del último disco de Mucho, la banda de este, y ‘¿Hay alguien en casa McFly?‘. Sin duda, un momento que muchos estábamos esperando.
La imagen del éxito
Zahara se ha labrado su carrera, con altibajos, pero siempre con una esencia que pocas artista de nuestro panorama tienen. Como bien destacaba, estaba emocionada por reconocer tantas caras que le han ido acompañando entre el público hispalense durante todos estos años, espectadores respetuosos en todo momento. Fue tal el ambiente generado y el imán que tiene Zahara, que los móviles dejaron de existir y a los asistentes ni se les oyó respirar.
Ahora, Zahara llena teatros; las salas ya se le han quedado pequeñas a una artista que no para de crecer ni un momento.
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.