Joan Manuel Serrat regresó a Sevilla para actuar dos días, el 7 y el 8 de septiembre, en la plaza de toros de la Real Maestranza. Gatrópolis pudo disfrutar en la noche del jueves de un encuentro especial, para poderles contar a sus lectores lo que el gran cantautor catalán ofreció ante el público sevillano, fiel al artista, a su trayectoria y a su repertorio, del cual interpretó para deleite de los presentes canciones como ‘Dale que dale’, ‘Mediterráneo’, ‘Para la libertad’, ‘De vez en cuando la vida’ o ‘No hago otra cosa que pensar en ti’, entre otras.
Noches de la Maestranza en Sevilla acompañó a Serrat en su concierto El Vicio de Cantar. 1965-2022.
Entre el soliloquio, la poesía y el concierto el maestro trajo una noche nostálgica y esperanzadora a la plaza de la Maestranza. La nostalgia de una era marcada por su autoría, y la esperanza de quien afronta el final del camino con el humor y el buen hacer que sólo se adquieren después de una carrera que dura toda la vida. Con bravura desmiente que este sea su último concierto, aunque también admite que no es su sueño morir en el escenario y que va a hacer lo posible porque hoy no (tampoco) ocurra.
Poco después, el concierto se va sucediendo. Habla de Machado en la tierra madre, y de Miguel Hernández. Palabras emotivas también para Pablo Neruda. Todo parece tener su lugar reservado. Durante hora y media, Joan Manuel Serrat entrega a una plaza abarrotada sus mejores cantares, con una banda bien engrasada, sin edad definida, entre quienes encontramos a David Palau o al maestro Ricard Miralles. El sonido es excepcional y dos pantallas verticales evitan que nos perdamos un solo detalle, una reverencia o un quiebro de voz. Con notoria elegancia el autor demuestra saber cómo, aunque no cuándo, decir adiós. El resto es un buen sabor de boca en el camino de vuelta a casa.
Fotografía de portada de Noches de la Maestranza.