Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, o lo que es lo mismo, Noemí Trujillo y Lorenzo Silva, han regresado de la mano de la inspectora de policía Manuela Mauri. Y lo han hecho, si cabe, con una rotundidad que supera a las dos entregas anteriores de esta saga de novelas que, según advierten los referidos autores, cierra un ciclo, aunque no suponga el adiós de la historia de la protagonista. Efectivamente, La Innombrable (Destino) supone un punto y seguido en busca de nuevas tramas, sensaciones, investigaciones, denuncias y luchas internas por parte de un personaje con tantas aristas que ha enganchado a tantos lectores.

En la línea de las anteriores novelas, Lorenzo Silva y Noemí Trujillo han adoptado para dar nombre a La Innombrable el título de otra obra ya publicada pero cambiando el género. En un alarde plausible de originalidad y búsqueda de un espíritu femenino y feminista, y de sincero homenaje a la literatura. En esta ocasión, La Innombrable hace un guiño a El Innombrable de Samuel Beckett, lo mismo que con anterioridad, Si esto es una mujer lo hizo con Si esto es un hombre, de Primo Levi, y La forja de una rebelde con La forja de un rebelde de Arturo Barea.

Hablábamos de la rotundidad con la que La Innombrable ha irrumpido en esta ocasión porque, quizás, sea la novela más rompedora en cuanto a denuncia social de las tres de la saga de Manuela Mauri, sin querer decir con esto que las dos anteriores no lo sean. Evidentemente sigue la línea de ambas, pero sí se aprecia una crudeza mayor en el tratamiento de una trama que sobrecoge. Una adolescente de 15 años escribe o habla desde un no-lugar con hondo pesar y mucho dolor por la vida que ha llevado, y que ha desembocado en un final cruel. La prostitución y la correspondiente adicción a las drogas que ella conlleva, ha destrozado el presente y el futuro prometedor de una chica bien que cayó en las zarpas de la crueldad y la vileza del ser humano. 

Estupendamente estructurada, La Innombrable comienza su tortuoso caminar con estas declaraciones de Susana, para darles más consistencia al juicio de los malhechores y a la respuesta de la justicia que a la investigación, rompiéndose así la habitual cronología del thriller. Como es obvio, el proceso de investigación de esa muerte y las cuestiones colaterales que viven los personajes, sobre todo la sufrida Manuela Mauri, con sus problemas familiares y de salud, son atendidas a través de un flashback que nos pone al día.