La dama de La Cartuja
(Inma Aguilera, 2024)
Corría el año 1838 cuando Charles Pickman trasladó la residencia que tenía en su Inglaterra natal (Liverpool) a España; en concreto, a Sevilla. Un lugar alejado del centro de la ciudad, el Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la isla de La Cartuja, sirvió de fuente de inspiración al intrépido empresario británico para iniciar una nueva aventura vital y profesional, quien lo adquirió en 1841 para convertirlo en la posteriormente prestigiosa y celebérrima fábrica de cerámica La Cartuja. Tanto fue el éxito desde el principio de esta experiencia que el rey Amadeo de Saboya le otorgó el título de marqués de Pickman. Ya en el siglo XX, tras el posterior traslado de la fábrica a Salteras, en 1982, el monumental recinto monástico cayó en el más absoluto de los olvidos; alejado del bullicio de la capital andaluza y castigado por la desidia de quienes tenían que velar por su recuperación. Por fortuna, en 1986 fue restaurado por la Junta de Andalucía, y en 1992 recuperó su esplendor al ser sede del Pabellón Real durante la Exposición Universal de Sevilla con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América.
Inma Aguilera da un paso más, y con su novela La dama de La Cartuja (Ediciones B) no solo recupera para la literatura al Monasterio de Santa María de las Cuevas, sino, principalmente, a la referida fábrica de La Cartuja que Charles Pickman convirtiera en el epicentro de la actualidad, con la calidad de sus productos de cerámica y la creación de una empresa que dio trabajo a muchísimas familias. Pero la obra de la escritora malagueña va más allá, y entre ficción y realidad nos trae un trabajo de gran riqueza humana, porque más que sobre el monumento cartujano o la empresa del afamado empresario de Liverpool, nos habla sobre las personas, sobre la gente de la época en que se gestó aquel sueño empresarial.
La dama de La Cartuja es una novela que versa sobre el ser humano y sus sueños, sus necesidades, sus costumbres; principalmente, sobre las mujeres que intentaron hacerse un hueco en un mundo exclusivo para los hombres, en un trabajo u oficio en el que pusieron su arte, esfuerzo y conocimientos nadando a contracorriente. Las diferencias entre las clases sociales, la descripción precisa de la Sevilla del siglo XIX, la tradición familiar encadenada por tres mujeres nacidas de un mismo tronco: Felisa, Macarena y Trinidad…, y los pecados propios de las personas, desde el rencor, el odio, la violencia hasta la envidia o la facilidad para hacer daño a los demás.
En este contexto, como decimos, aparece Sevilla, como coprotagonista de la historia. Y en concreto el popular barrio de Triana, y la riqueza artística que atesoró gracias a los talleres artesanales (con Justa y Sagrario como exponentes de ello) o la cultura del flamenco, duende y compás de un pueblo que lloraba cantando.
La dama de La Cartuja se desarrolla a lo largo de un relevante periodo de tiempo, con una cronología que marcan sus protagonistas, desde el siglo XIX hasta comienzos del siglo XX. Como decimos, ese árbol genealógico que extiende sus ramas alrededor de tres mujeres que prácticamente no llegaron a conocerse pero que llevaron la misma sangre. Desde Felisa a Trinidad, pasando por Macarena. Todo, en un ambiente mezclado con la aristocracia del momento y el pueblo llano.
Sinopsis
Una fábrica mítica donde se crean las vajillas más lujosas de Europa.
Sevilla, 1902. Una joven británica llega sola a la ciudad. Lleva consigo un antiguo plato exquisitamente pintado a mano. Podría ser la clave para resolver un misterio familiar ligado a La Cartuja, la prestigiosa fábrica donde se producen, desde hace décadas, las delicadas vajillas que adornan las mesas más elegantes del continente.
Una estirpe de mujeres artesanas en la Sevilla del siglo XIX.
Siguiendo los pasos de la protagonista, esta apasionante novela nos hará viajar a mediados del siglo XIX para descubrir la historia de una estirpe de alfareras del barrio de Triana. El talento de estas artesanas llamará la atención de los marqueses de Pickman, los propietarios de la fábrica, y marcará sus destinos para siempre.
Un legado inolvidable que llegará hasta nuestros días.
Desde los talleres de cerámica de la época hasta los ambientes de la aristocracia sevillana, Inma Aguilera nos traslada a un mundo marcado por las diferencias de clase y los amores imposibles. Un relato envolvente y evocador en el que tres mujeres muy distintas se enfrentarán a los prejuicios de su tiempo para crear un legado inolvidable.

Fotografía de Patandi
La autora
Inma Aguilera (Málaga, 1991) es doctora en Educación y Comunicación Social. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Málaga y cursó el máster de Radio de RTVE en la Universidad Complutense de Madrid. De regreso a su ciudad natal se especializó en locución y doblaje, poniendo voz a documentales y audiolibros. Actualmente compagina la docencia y la investigación con la escritura y la ilustración.
En 2016 recibió el XXI Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla por la obra El aleteo de la mariposa y, cuatro años más tarde, recibió una mención especial en el VIII Premio Internacional HQÑ por El excéntrico señor Dennet. También ha sido galardonada en varios certámenes de cómic y ha publicado diversos trabajos académicos.
Con La dama de La Cartuja inaugura una nueva etapa en su carrera literaria, postulándose como uno de los nombres más prometedores del panorama editorial en nuestro país.