Netflix sabe perfectamente dónde poner el ojo en cuanto a piezas literarias se refiere. Son varias sus producciones audiovisuales que han triunfado en los últimos meses: El desorden que dejas, Gambito de Dama o Unorthodox son algunos de los nombres que han triunfado por encima de sus libros. La última en unirse a la lista ha sido Los Bridgerton, basada, eso sí, en las novelas superventas de Julia Quinn.

Los Bridgerton (Chris Van Dusen) cuenta la historia de dicha poderosa familia de ocho hermanos que intentan encontrar el amor y la felicidad de la alta sociedad londinense. Todo esto contextualizado en el periodo Regencia, cuando jóvenes debutantes eran presentadas en la corte y definían su situación matrimonial. En este contexto se encuentra Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor) una joven que quiere lograr por todos los medios una única cosa: casarse por amor. En un momento en el que los matrimonios eran casi una conveniencia y el honor y la castidad imperaban sobre todo, Daphne ansía encontrar el amor verdadero, aún siendo “el diamante de la temporada” y pudiendo acceder a casi todos los pretendientes que se propongan. A casi todos, porque al que verdaderamente quiere se convierte en un complejo plan.

Para los seguidores de las producciones audiovisuales de época, esta serie se convierte en un acierto. Es una historia que cuenta con numerosas tramas, por momento incalculables, pero que gira en torno a un guión que hace que sea ágil, fácil de comprender, y que te tenga enganchado la mayor parte del tiempo. Además, es destacable que en un elenco tan extenso, podamos disfrutar de todos y cada uno de ellos, y que la trama no gire en torno al tándem protagonista (Daphne Bridgerton/Duque de Hastings). Y es que eso es lo mejor de la serie, la complejidad de sus personajes. Cada uno cuenta con unas características que les hacen únicos frente al resto, haciéndose difícil la elección de un favorito.

La serie, además de las grandes citas que nos deja, cuenta con otros elementos que la hacen un éxito: un vestuario muy cuidado, que destaca por encima de cualquier otro elemento, la voz de Julie Andrews como narrador omnisciente y parte principal de estos personajes que comentamos (sólo apreciable en versión original), o la fotografía con la que cuenta, nos muestra paisajes y edificaciones de lo más reseñables.

Posiblemente, Los Bridgerton tenga la receta perfecta que tiene que tener una serie: un guión dinámico y comprensible, personajes intensos a la par que divertidos, y, sobre todo, una historia crítica e interesante de un tiempo pasado que nos haga olvidar el actual.