'Ben Cross, el judío que retó a la sociedad en Carros de Fuego'

En 1981, el compositor Vangelis deslumbró al mundo cinematográfico con la banda sonora de la película Carros de fuego (Chariots of Fire), por cuyo trabajo, entre otros premios, obtuvo un Oscar, además del reconocimiento unánime de prensa y público. De hecho, aquella composición es hoy en día uno de los iconos del cine en esta disciplina. 

Pero en Carros de fuego no solo destacó la obra del músico griego, autor así mismo de la plausible ambientación musical de filmes como 1492, la Conquista del Paraíso (1492: Conquest of Paradise) o Blade Runners, ambas de Ridley Scott. También lo hizo la película en sí, ganando en la gala de los galardones del cine de Hollywood  de 1982 el premio a Mejor Película (David Puttnam, productor), Mejor Guion Original (Colin Welland) y Mejor Vestuario (Milena Canonero). Cuatro estatuillas para siete nominaciones. Se quedaron a las puertas del triunfo Hugh Hudson (Mejor Director), Terry Rawlings (Mejor Montaje) e Ian Holm (Mejor Actor Secundario) por Mussabini, el entrenador de Abrahams, el personaje principal. 

Ben Cross, el judío que retó a la sociedad en Carros de Fuego

Sin embargo, Ben Cross, quien encarnara al atleta judío, no llegó ni siquiera a competir en su apartado (el de Mejor Actor Principal) en aquellos Oscars de 1982. No tuvo la oportunidad de hacerlo. Los miembros de la Academia entendieron que pesos pesados como Warren Beatty por Reds; Henry Fonda por En el estanque dorado (On Golden Pond), quien se hizo con el premio; Burt Lancaster, por Atlantic City; Dudley Moore, por Arthur, el soltero de oro (Arthur); y Paul Newman, por Ausencia de malicia (Absence of Malice), habían contraído más méritos. 

Aun así, la interpretación del joven Ben Cross, Harry Bernard Cross (Londres, 16 de diciembre de 1947), no pasó inadvertida para nadie, o casi nadie. Y en su segunda película, pues había debutado en la gran pantalla en 1977 con un pequeño papel en el estelar reparto de Un puente lejanoA Bridge Too Far, de Richard Attemborough (Dirk Bogarde, Gene Hackman, Michael Caine, Edward Fox, James Caan…), alcanzó la notoriedad con su debut como protagonista de una película, en la referida Carros de fuego (Chariots of Fire), encarnando al atleta británico Harold Abrahams. Éste, hijo de inmigrantes judíos, estudiante de Cambridge; y Eric Liddell, protestante de origen escocés (Ian Charleson) y compañero de aquél en la universidad, tienen la responsabilidad de representar a Inglaterra en los Juegos Olímpicos de 1924. Para ello habrán de afrontar importantes retos y superar no menos complejos obstáculos.

Ben Cross, el judío que retó a la sociedad en Carros de Fuego

Como decimos, los Oscar de 1982 no le reconocieron su gran trabajo a Ben Cross en Carros de fuego; ni siquiera una candidatura obtuvo. O mejor dicho, quizás fuera un año complicado para él dados el carisma y la calidad de las interpretaciones de grandes del cine como los mencionados anteriormente. Pero como se suele decir, los premios no dejan de ser un reconocimiento al trabajo bien hecho, sin que el no lograrlo signifique un menosprecio. Por eso mismo, Ben Cross vio catapultada su carrera de actor a partir de aquella experiencia interpretativa como el judío Abrahams. Su incipiente curriculum había comenzado a escribirse en el cine después de su anterior puesta a punto en el teatro.

Más  de cien trabajos entre cine y televisión desde entonces jalonan la carrera artística de Ben Cross, quien falleció el pasado martes 18. Es verdad que ningún otro papel ha tenido la repercusión de aquel Harold Abrahams, velocista judío que corrió por su país en París en 1924 y que retó a la sociedad del momento, pero hablamos de una trayectoria digna de ser destacada. Y desde Gatrópolis le rendimos el merecido tributo.

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