La 35 edición de los premios Goya celebrada en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga será recordada, entre otras muchas cosas de índole puramente cinematográfica, por ser aquella que tuvo que cambiar su formato por mor de la pandemia de la Covid-19. Todo el mundo a casa… menos aquellas personas que ineludiblemente tenían que estar presentes en el remodelado templo del arte malagueño. Ello no es óbice para destacar la petición que realizara en el cierre de la misma su director, guionista y copresentador, con María Casado, Antonio Banderas, en su deseo de recordarla como «la gala en la que se prendió la llama de la recuperación«. Porque, efectivamente, la luz, si los descerebrados de turno no la apagan, se empieza a ver al fondo del pandémico túnel.

Aitana interpretó de manera elegante el bello tema que Barbra Streisand ha inmortalizado con la fuerza de su voz, ‘Happy Days Are Here Again’. Obviamente, una canción elegida de manera oportuna y acertada para lo referido por nuestro internacional actor malagueño.
Pero como de lo malo también se pueden extraer conclusiones positivas, la gala que, al menos pudo celebrarse (la de 2020 se salvó por los pelos y se llevó a efecto en vísperas del confinamiento general), nos ha permitido reconciliarnos con nuestro lado humano, ese que no solo hace referencia a nuestra condición de ser persona, sino a la que se supone que debemos poseer como animales racionales que la naturaleza nos ha conferido. Antonio Banderas ha enarbolado la bandera del respeto, del entendimiento, del saber estar, de la solidaridad… y con el complemento sutil de las (pocas pero justas) apariciones de su compañera en las labores de presentación, María Casado, dio todo un ejemplo de saber estar. Y como decimos, nos ha hecho ver que (tomen nota quienes han de hacerlo) sin caer en el humor zafio, la crítica hortera y las lamentaciones fútiles se puede organizar una gala, en este caso de los Goya, desde el buen estilo. Ha hablado por y para todos. Caeríamos en las elucubraciones sino nos cuestionáramos cómo hubiera sido la ceremonia de la 35 edición de los premios del cine español en otro estado emocional, pero aparte de las obligaciones impuestas por la pandemia, el estilo Banderas podría tenerse en cuenta para venideras citas.

Sereno pero emocionado, empático y profundo, con el tono preciso que requerían el acto y la situación que atravesamos, el malagueño que un día dejara el calor de su hogar para marcharse, primero, a Madrid, y después a Hollywood, no presentó una gala de premios del cine, interpretó un réquiem por los fallecidos por la Covid-19, y supo estar a la altura del sufrimiento de las personas que de alguna forma padecen los efectos nocivos de este castigo que sufre la humanidad. «Mi primer pensamiento es a los nominados que sí están en este escenario, aunque sea de forma telemática. Bienvenidos a Málaga, bienvenidos a casa«, dijo.
Sin duda, en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga descubrimos algo que ya barrutábamos, el referido estilo Banderas.

Una ceremonia intensa y precisa
De riguroso negro, con camiseta brillante y un traje de chaqueta, Antonio Banderas apareció en el escenario del Teatro del Soho CaixaBank con cara de circunstancias. Una multitud de pantallas daba presencia a los candidatos de los Goya 2021. Aprovechando el manido oxímoron, el sonoro silencio era sobrecogedor.
Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Alejandro Amenábar, J.A. Bayona y Paz Vega fueron los primeros en presentar y entregar los premios a los que aspiraban los 166 nominados que se conectaron telemáticamente desde sus casas. Antes, un impresionante minuto de silencio por las víctimas de la pandemia había finalizado la primera de las intervenciones de Antonio Banderas.
Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Marta Nieto, Verónica Forqué, Pedro Casablanc, Jaime Chávarri, Emma Suárez, Marisa Paredes, Jose Coronado o Mónica Randall fueron otros de los invitados que hicieron las veces de portadores de buenas noticias (o malas, según se mire) a los nominados.

Bienvenido Mr. Berlanga
Las actuaciones musicales corrieron a cargo de la Sinfónica de Málaga y el maestro Arturo Díez Boscovich; Nathy Peluso y su personal versión de ‘La violetera’; Vanesa Martín en el recuerdo a los cineastas recientemente fallecidos; la referida Aitana con ‘Happy Days Are Here Again’; Diana Navarro con la interpretación de ‘Americanos’, de Bienvenido Mr. Marshall, en la presentación del Año Berlanga, a la que acompañó Carlos Latre en su sutil y preciso número cómico, encarnando a Pepe Isbert en el papel del alcalde de Villar del Río. El Ballet Esaem dio paso a la entrega del Goya de Honor, de manos del director Jaime Chávarri, a una emocionada pero serena Ángela Molina, quien dedicó el reconocimiento a su familia y en especial a sus padres. «La vida se parece al cine, no se disfruta sin los demás«, comentó, para darle las «gracias al cine» por la capital incidencia que ha tenido en su vida.
Los invisibles del cine y los esenciales de la pandemia
«No hay mayor pesadilla que la de las salas vacías porque cientos de personas viven del cine y no podemos permitirnos que sean invisibles ni anónimos. Uno tiene la sensación de que sólo se atisba la punta del iceberg de la familia cinematográfica, pero hay muchos más que no caminan sobre las alfombras rojas, no posan ante las cámaras, no salen en prensa y no reciben premios«, declaró Antonio Banderas en otro alarde de generosidad hacia los demás. Evidentemente, su sello quedó en la ceremonia de los Goya 2021 en gestos como éste y en la presencia telemática de grandes del cine internacional que felicitaron al cine español en su fiesta anual. Desde Robert De Niro hasta Charlize Theron, pasando por Guillermo del Toro, Barbra Streisand, Al Pacino, Nicole Kidman, Dustin Hoffman, Laura Dern, Isabelle Hupert, Glenn Close o Emma Thompson.

«El mundo del cine no pertenece a la categoría de esenciales, pero sí a la de comediantes que simplemente quieren echar una mano y arrimar el hombro«, manifestó emocionado, dando paso a Ana María Ruiz enfermera encargada de anunciar y entregar el Goya a la mejor película (Las niñas). «Gracias al colectivo sanitario nuestros pacientes reciben cuidado y atención. La cura no siempre es posible pero sí lo es la compañía y el consuelo«, dijo la sanitaria encargada de montar la biblioteca del hospital de campaña de Ifema en plena pandemia. Su reconocimiento al papel del cine en el duro confinamiento lo mostró declarando: «Disfruten de este arte y déjense cuidar porque habiendo curado mucho el mal, el bien ya está cerca«.
Fotografía de portada de Ana Belén Fernández – Cortesía de la Academia de Cine.