En una realidad en la que se imponen los streamings, los millones de reproducciones y de followers en redes sociales y en los que es cada vez más difícil destacar, Ana Mena no para de cosechar éxitos, uno tras otro. El más reciente ha sido conquistar Sevilla durante la noche del 20 de octubre sobre las tablas del Cartuja Center CITE. 

Ana Mena lleva siendo artista prácticamente desde que nació. Esto es algo que tenemos más que demostrado: ha sido actriz protagonista en Marisol, la película, ha ganado concursos como My Camp Rock 2, ha sido parte de la historia de Andalucía al participar en Menuda Noche y ha concursado en el 72º Festival de la Canción de San Remo. Podríamos hablar de Dua Lipa o de Taylor Swift y hacer comparativas sobre el talento femenino que reina en la industria musical, pero lo cierto es que Ana Mena tiene todo lo que una estrella del pop debe tener. El talento y el desparpajo que posee, como decimos, prácticamente desde que nació (y que la propia artista nos enseña de manera audiovisual durante el concierto), unas coreografías de lo más ensayadas y unos temas que cumplen su función: ser pegadizos para hacernos desconectar y disfrutar mientras los bailamos. Y, además, al igual que las artistas anteriormente mencionadas, tiene facilidad para llegar a toda clase de público, cosa que no todo el mundo puede decir. Desde pandilla de amigos hasta familias y grupos de amigas que se afanaron por ver a la malagueña la pasada noche bajo unos nervios por ver qué nos tenía preparado.