Susana Martín Gijón: “La Babilonia, 1580 se desarrolla en la Sevilla de máximo esplendor, de oropel… poseedora de todo el monopolio que poseía del comercio”
La escritora nos habla de 'La Babilonia, 1580'
La creadora de la policía Annika Kaunda (de la serie Más que cuerpos) y de la inspectora de Homicidios Camino Vargas (serie Progenie), la sevillana Susana Martín Gijón, se interna en la novela negra histórica pero viajando a la Sevilla de finales del siglo XVI, capital entonces del mundo, del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo. La Babilonia, 1580 (Alfaguara), que es como se titula su última novela, arranca cuando la Flota de Indias de Su Majestad está a punto de zarpar. Entonces, un macabro crimen con el buque de guerra la Soberbia como escenario de excepción, conmueve a la población. En esta trama, La Babilonia, prostíbulo ubicado en el barrio sevillano de El Arenal que da nombre a la obra de la escritora hispalense, cobra un gran protagonismo, pues en ese lugar ejercía la prostituta asesinada, Damiana.
La primera toma de contacto de Susana Martín Gijón para hacer visible su novela La Babilonia, 1580 ha sido en Sevilla, muy cerca del barrio de El Arenal, y a bordo de la Nao Victoria, cuya réplica lleva varios años anclada en aguas del Guadalquivir. No es que ésta y la Soberbia fueran coetáneas, pero sus similitudes y la poca distancia temporal entre ambas han servido para hacer una puesta en escena ideal. Gracias a la iniciativa de la Fundación Nao Victoria, los medios de comunicación hemos podido disfrutar de las primeras impresiones de la escritora y de una instructiva visita a un escenario histórico. La historiadora y comisaria del Museo Nao Victoria, Guadalupe Fernández, ha hecho las veces de guía.
“La Babilonia, 1580 se desarrolla en la Sevilla de máximo esplendor, de oropel… poseedora de todo ese monopolio que poseía del comercio. Toda la plata, el oro… pasaba por su puerto”. Aclara Susana Martín Gijón para empezar el encuentro, apostillando que “buena parte de la acción de la novela se desarrolla muy cerca de aquí, en el barrio de El Arenal”.
La Babilonia, 1580 se ha ido tejiendo al hilo de los hallazgos que Susana Martín Gijón fue conociendo. “Por ejemplo -matiza-, el convento de las Carmelitas Descalzas tiene una parte importante en la trama”. “Se había fundado unos años antes por la Santa Teresa -explica-, quien ya había sido acusada por la Inquisición junto a la priora María de San José, que aparece también en la novela; había sido encarcelada, absuelta… Teresa de Jesús le había propuesto volver al priorato, ella ya no quería, pero regresa unos meses después, y es cuando se encuentra a Sor Catalina, otra de las protagonistas del libro y de todos los crímenes que suceden. Hay una serie de acontecimientos históricos que me hacen situar la trama ahí. No dejaba de ser uno de los momentos de mayor esplendor cuando Sevilla ya había crecido muchísimo, con sus nuevas casas palaciegas, los nobles cada vez más incómodos porque los mercaderes se iban enriqueciendo (algunos intentando entrar en la nobleza, incluso ser Caballero Veinticuatro, los que regían el Consistorio). Me parecía el momento preciso el hecho histórico ése de Santa Teresa. Encajaba y creaba el caldo de cultivo para la historia que quería escribir”.
Fotografía de Patandi
Una historia dentro de la Historia
Año del Señor de 1580. Sevilla vive su momento de máximo esplendor como capital del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo. La Flota de Indias de Su Majestad está a punto de zarpar cuando la piel arrancada del rostro de una mujer y su cabellera pelirroja aparecen ajustadas como un disfraz macabro al mascarón de proa de la Soberbia, el buque de guerra que abre el convoy. Próxima al barrio portuario del Arenal, en una zona cercada por altos muros, se encuentra La Babilonia, el prostíbulo más cotizado de la Mancebía y donde ejerce Damiana. A pocos metros de allí está el convento de las carmelitas descalzas, donde vive en clausura sor Catalina. Ambas fueron amigas en la infancia y se verán unidas de nuevo a fin de averiguar quién cometió tan brutal asesinato y por qué. Para hacerlo pondrán en peligro sus propias vidas, pero también el secreto mejor guardado de la Corona.
Esta es la sinopsis oficial de La Babilonia, 1580. Susana Martín Gijón se sumerge en la novela histórica, pero siguiendo su vocación por la novela negra, aparca sus exitosas series Más que cuerpos y Progenie y nos traslada a la Sevilla del siglo XVI. Como una autora de método, la escritora sevillana explica que “la Fundación Nao Victoria, en todo el proceso de investigación, me ha ayudado muchísimo. Porque cuando yo quería pisar una nao, así no fuera un galeón como la Soberbia, del siglo XVI, me pongo a investigar y veo que no hace demasiado tiempo que está esta nao (La Victoria) anclada en este puerto. Yo estaba en Madrid, pero me traslado para vivir durante un tiempo en Sevilla para recorrer todo ese trazado, dónde estaban esos lugares que aparecen en la novela, y poderlos imaginar. Pero cuando vuelvo y sigo investigando y veo que aquí hay una réplica, pienso que tengo que estar aquí, tengo que sentir un poquito más”.
La Soberbia es la nao capitana del convoy, la que dirige a los buques de guerra que protegen a las naos mercantes. Susana Martín Gijón estuvo navegando en un galeón para situarse mejor, que se parecía mucho a la Soberbia que había imaginado, lógicamente, “en mejores condiciones, pues no tenía el hacinamiento, ni los bizcochos agusanados, ni el agua podrida… todas esas cosas que nos encontramos en el siglo XVI”, declara entre risas. Así, navegó por España, por toda la costa norte, desde Vigo. Cinco días de navegación le ayudaron para hacerse una pequeña idea de las condiciones en que vivía la tripulación. “No fue tan duro como en la realidad, lógicamente, pero sí me dio la oportunidad de ver cómo se trabaja a bordo de una nao de aquellos años”.
Apoyando las palabras de la escritora, Guadalupe Fernández afirma que “la experiencia de Susana en el galeón es una aportación importante para su novela porque es verdad que no hay muchas réplicas de galeones en el mundo, pero respetamos mucho todos los detalles para que ofrezca la mayor similitud con los de la época en la que se ubica la obra; incluso todas las maniobras las hacemos a mano para revivir cómo se navegaba entonces”. “Por supuesto -apostilla-, salvando las distancias”.
Fotografía de Patandi
Al subir a bordo de los barcos, la historia que cuenta Susana les añade un valor mayor, porque se siente, se huele, se escuchan los sonidos, el crujir de la madera…
Guadalupe Fernández sobre la ambientación de 'La Babilonia, 1580'
Una vida en escasos metros
“Al subir a bordo de los barcos -continúa la historiadora y comisaria del Museo Nao Victoria–, es cuando la historia que cuenta Susana les añade un valor mayor, porque se siente, se huele, se escuchan los sonidos, el crujir de la madera… Te das cuenta que los barcos siempre están en movimiento. Nunca se descansa. En el siglo XVI se repiten las guardias de cada cuatro horas. Continuamente hay mantenimiento. Los barcos eran de madera, había que repasar las tablas, las estopas… Los barcos iban recubiertos de brea. Por eso navegar en un barco era durísimo”.
“Lo que siempre me ha sorprendido -enfatiza Guadalupe Fernández– es lo pequeños que eran los barcos para la cantidad de gente que llevaban. En éste -refiriéndose a la Nao Victoria-, iban cerca de 50 hombres. En los galeones podrían ir hasta 250 o 300 personas. Llama poderosamente la atención, además de otras muchas cosas, que las condiciones de vida eran tremendamente hostiles, donde te jugabas la vida constantemente, incluso con la posibilidad de caer al mar por la borda mientras se faenaba. Había un metro cuadrado habitable por persona, realmente para hacer su vida a bordo. No había camarotes, solo el del capitán. El resto de la tripulación tenía que estar hacinado como podía. Los tripulantes llevaban su esterilla de esparto, que ponían donde podían, y ahí intentaban dormir. Cuando volvían de su turno de guardia, por la noche, tenían que buscar acomodo en el hueco que encontraban libre”.
Fotografías de Patandi
La autora
Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) es autora de la exitosa saga de novela negra protagonizada por la inspectora Camino Vargas y compuesta por Progenie (Alfaguara, 2020) —cuyos derechos han sido adquiridos para su producción audiovisual—, Especie (2021) y Planeta (2022). Ha sido galardonada por su trayectoria literaria con el Premio Avuelapluma de las Letras, así como con el Premio Cordoblack por su contribución a la renovación del género negro, el Premio Cubelles Noir a mejor novela publicada en castellano y el Premio Granada Noir. Algunas de sus obras más conocidas son Más que cuerpos (2013), Desde la eternidad (2014), Náufragos (2015), finalista del certamen de novela Felipe Trigo, o Vino y pólvora (2016). Licenciada en Derecho y especializada en Cooperación Internacional, fue directora del Instituto de la Juventud de Extremadura y presidenta del Comité contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia, así como presidenta de la Asociación de Escritores de Extremadura. En 2022 fue becada por el Ministerio de Cultura por su proyecto para incentivar la conciencia ecológica a través de la expresión creativa en la residencia literaria de Holbox, en México. La Babilonia, 1580 (Alfaguara, 2023) es su primera novela negra histórica.
Buena parte de la acción de la novela se desarrolla en el barrio de El Arenal
Susana Martín Gijón sobre 'La Babilonia, 1580'
Fundación Nao Victoria
Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que está especializada en la promoción y desarrollo de eventos a través de sus réplicas de barcos históricos (Nao Victoria, El Galeón, Nao Santa María y la Nao Victoria 500) en puertos de todo el mundo. En Sevilla, anclada a su puerto hay una réplica del navío que entre 1519-1522 realizó la Primera Vuelta al Mundo, la mayor hazaña marítima de todos los tiempos. Por primera vez en la historia un barco, que sale y regresa del puerto de Sevilla capitaneado por Juan Sebastián Elcano, consiguió rodear el planeta.
Construida en España en 1991, para trazar las formas y definir las características de la nave se siguió un largo proceso de investigación histórica dirigido por Ignacio Fernández Vial, su diseñador y constructor. Un exhaustivo estudio basado en fuentes documentales, crónicas, tratados náuticos del siglo XVI, e iconografía de la época, que permitió precisar sus dimensiones principales, arboladura, velas y equipos.
En 2004 para conmemorar la primera vuelta al mundo y difundir la labor descubridora de los marinos españoles, esta réplica de la Nao Victoria emprende de nuevo desde Sevilla un viaje alrededor del globo. Durante los años 2004 a 2006 se navegaron 26.894 millas y se visitaron 17 países, siendo la primera réplica histórica en circunnavegar la tierra.
Desde el 2007 la Fundación Nao Victoria gestiona esta réplica, realizando proyectos propios por todo el mundo y participando en eventos nacionales e internacionales de gran alcance.
Embajadora de la Primera Vuelta al Mundo, símbolo de la historia marítima española, museo flotante y buque escuela, en los últimos diez años, la Nao Victoria suma miles de millas navegadas, ha visitado los principales puertos de toda España, Europa y EE.UU., y cuenta con más de seis millones de visitantes por todo el mundo.