El 7 de junio, a través de Editorial Caligrama y Penguin Random House Grupo Editorial, Piedad Eljach Guerra publicó su novela Té para un café, una obra que habla del deseo de libertad y la buena convivencia, de la lucha pacífica de las mujeres por alcanzar la igualdad y el respeto en un mundo construido con cimientos de mala calidad. En definitiva, es una historia escrita por una mujer por y para las mujeres, pero de lectura necesaria por los hombres, implacables gobernantes en ocasiones. No obvia Piedad Eljach Guerra esas ansias que todo ser humano ha de poseer para llegar a esa utopía de una sociedad mundial que ampare los derechos de todas las personas.
Té para un café ofrece una trama radicada en pleno conflicto armado, en Colombia. En medio de ese ambiente hostil, donde la violencia es parte habitual de la vida de los ciudadanos. Y como por desgracia suele ocurrir, las mujeres, como los niños, se erigen en la parte más vulnerable. Ahí nace la Casa de las Flores, dirigida por una tenaz María Alhai, donde las autoproclamadas Las Desobedientes (Camila Guzmán, Luna Ramos, Magali Gutiérrez y otras muchas mujeres) se agrupan para llevar a cabo su propia cruzada en pos de una sociedad igualitaria.
Piedad Eljach Guerra crea un universo en el que cada personaje tiene su misión. Ninguno está de más y cada uno escenifica el momento crucial por el que pasa el mundo, focalizado en Té para un café en su Colombia natal. El padre Peñas, Thomas Chang, Moisés Matute, el violento Rómulo Quebradilla y los radicales Simón Canales y Joaquín Domingo Franco, junto a las protagonistas femeninas mencionadas anteriormente ayudan a construir una trama en la que la conciliación y los acuerdos políticos de paz conviven con la violencia y los intereses de los extremistas. Y en ese caos, la ”muerte social y física” de las mujeres; “…cerró los ojos, mientras pensaba en cómo iniciar el camino de su venganza. Le dolía la vida, le dolía el hecho de ser mujer…”
La autora
Piedad Eljach Guerra estudió Sociología en la Universidad de Santo Tomás de Aquino, en Bogotá, Colombia. Actualmente reside en Orlando (Florida, EE. UU.), hacia donde partió de su Colombia natal. Es madre, abuela y una apasionada por la lucha a favor de los derechos humanos. Su preocupación siempre ha sido la de lograr a través de la pedagogía emancipadora la erradicación de la ignorancia. Amante del arte que se crea en las manos artesanales de los indígenas de su país, en su tiempo libre se dedica a leer y a escribir. Como educadora participó en las luchas sindicales por la reivindicación del maestro. Su capacidad de asombro es inagotable, sobre todo, cuando contempla la arquitectura natural de los paisajes. El pasado 2 de octubre publicó una nueva novela, Una muerte en impunidad, asimismo a través de Editorial Caligrama.
