'Niebla en Tánger (Cristina López Barrio, 2017)'

Niebla en Tánger, realidad y ficción en una ciudad exótica

Cristina López Barrio fue finalista del Premio Planeta 2017 con Niebla en Tánger, una fascinante novela que en ocasiones te lleva a aquel cine en blanco y negro con el que la industria cinematográfica del Hollywood de los 30/40/50 nos invitó a amar al Séptimo Arte. Y es que por aquellas callejuelas de la ciudad norteafricana, la imaginación (que es libre) de quien suscribe estas líneas ayuda incluso a ponerles caras a los personajes. Y así, uno ve a Burt Lancaster en el papel de Paul Dingle, y a Deborah Kerr en la de esa intrépida Flora Gascón que busca sombras del pasado mientras huye de un presente, tan gris, que le obliga a romper las cadenas que la atan a la monotonía.

Niebla en Tánger (Cristina López Barrio, 2017)

Tomada esta licencia, he de decir que Niebla en Tánger es una novela cautivadora, que atrapa al lector y le proporciona  eso que busca cuando tiene un libro en sus manos: volar, soñar, sentirse parte de lo que lee, como en aquella película de Woody Allen, La rosa púrpura de El Cairo (1985), en la que el protagonista (encarnado por Jeff Daniels)  se sale de la pantalla para enamorar a una de las espectadoras. En Niebla en Tánger, conforme vas pasando páginas tienes la sensación de acompañar a Flora Gascón en busca de la resolución del enigma.

Para ubicarnos, podríamos decir que todo comienza con un casual encuentro amoroso entre Flora Gascón y un hombre anónimo en un hotel de la madrileña Gran Vía. Ello dará pábulo a una historia inquietante. Un libro que él tenía en su mesita de noche, llamado Niebla en Tánger, la pondrá en alerta. En aquella novela se habla de la desaparición el  24 de diciembre de 1951 de un hombre llamado Paul Dingle. Aquello ocurrió en el  puerto de Tánger. A partir de ahí, nada más se supo de él. 64 años más tarde, Flora Gascón tiene la loca sospecha de que aquel Paul Dingle es la misma persona de la que se acaba de enamorar en ese tórrido encuentro, y al que por circunstancias, tampoco volverá a ver a partir de aquella noche, pues ella vuelve a su casa con su marido.

Niebla en Tánger (Cristina López Barrio, 2017)
Fotografía de Manolo Yllera

Flora, entre su deseo de huir de la monotonía de su vida y el afán por reencontrarse con su amante fugaz,  viajará hasta esta Tánger para buscar a la autora de la novela, la única que puede decirle quién es en verdad su amante y cómo encontrarlo. Niebla en Tánger comienza entre la infelicidad de la protagonista y una inesperada historia de amor, pero acabará convirtiéndose en un relato misterioso con el marco de un entorno idílico y propio de una aventura como la narrada.  

Cristina López Barrio tiene la habilidad de hacernos sentir que estamos en Tánger y, además, nos sumerge en la lucha interna que mantiene con su realidad una Flora Gascón que se ahoga en la infelicidad. Para ello corre en busca de algo que, quizás, ni ella misma sepa qué es. Es como si hubiera encontrado la excusa perfecta para cambiar de ciudad, de país, de vida… y sentirse, por unos días,  una persona distinta a la que fue hasta aquella noche madrileña.

En la historia se combinan de manera sincronizada dos novelas, la que seduce a la protagonista, Niebla en Tánger, y la misma que ella, sin darse cuenta, va escribiendo en su huida hacia delante. Se trata de una novela dentro de otra novela. El nexo entre ambas, entre la ficción y la realidad, es una extraña e inquietante mujer llamada Bella Nur, la autora de Niebla en Tánger.

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