A través de Alfaguara, el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa publicó el pasado 18 de junio una obra a modo de semblanza, y desde la admiración, de uno de los escritores más aclamados de la pasada centuria: Jorge Luis Borges.
«La perfección absoluta no parece de este mundo, ni siquiera en obras artísticas de creadores que, como Borges, estuvieron más cerca de lograrla», ha expresado el escritor peruano, natural de Arequipa (28 de marzo de 1936). «Esta colección de artículos, conferencias, reseñas y notas -prosigue el autor de La ciudad y los perros– da testimonio de más de medio siglo de lecturas de un autor que ha sido para mí, desde que leí sus primeros cuentos y ensayos en la Lima de los años cincuenta, una fuente inagotable de placer intelectual. Muchas veces lo he releído y, a diferencia de lo que me ocurre con otros escritores que marcaron mi adolescencia, nunca me decepcionó; al contrario, cada nueva lectura renueva mi entusiasmo y felicidad, revelándome nuevos secretos y sutilezas de ese mundo borgiano tan inusitado en sus temas y tan diáfano y elegante en su expresión».
Vargas Llosa y Borges
En 1962, la aparición de la novela La ciudad y los perros, Premio Biblioteca Breve y Premio de la Crítica en 1963, supuso el reconocimiento mayúsculo de un autor que con su siguiente trabajo, en 1965, La casa verde (Premio de la Crítica y Premio Internacional Rómulo Gallegos) fue confirmado como un literato universal.
En su imaginario particular fue incluyendo obras como La señorita de Tacna, Kathie y el hipopótamo, La Chunga, El loco de los balcones, Ojos bonitos, cuadros feos, Las mil noches y una noche y Los cuentos de la peste (en teatro); La orgía perpetua, La verdad de las mentiras, La tentación de lo imposible, El viaje a la ficción, La civilización del espectáculo, La llamada de la tribu y ahora Medio siglo con Borges (estudios y ensayos); El pez en el agua (memorias); Los cachorros (relatos); Conversación en Princeton con Rubén Gallo; y Conversación en La Catedral, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El hablador, Elogio de la madrastra, Lituma en los Andes, Los cuadernos de don Rigoberto, La Fiesta del Chivo, El Paraíso en la otra esquina, Travesuras de la niña mala, El sueño del celta, El héroe discreto, Cinco Esquinas y Tiempos recios (en novela).
El también ganador del Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias, el PEN/Nabokov o el Grinzane Cavour repasa en Medio siglo con Borges, y a lo largo de 192 páginas, esa figura inalcanzable del bonaerense (24 de agosto de 1899-Ginebra, Suiza, 14 de junio de 1986), al que según sus propias palabras «siempre leí no solo con la exaltación que despierta un gran escritor; también, con una indefinible nostalgia y la sensación de que algo de aquel deslumbrante universo salido de su imaginación y de su prosa me estará siempre negado, por más que tanto lo admire y goce con él».
«El puñado de libros que escribió, libros siempre breves, perfectos como un anillo, donde uno tiene la impresión que nada falta ni sobra, han tenido y tienen una enorme influencia en quienes escriben en español», concluye a modo de anticipo de lo que el lector puede encontrar en las páginas de Medio siglo con Borges.