Tras Los hijos de Gaia, Emil. B. D. Mil nos trae una ficción radicada en los primeros años de la posguerra española. Y lo hace a través del recuerdo de un niño que repasa su vida y la de su familia a partir de aquello que rebusca en los rincones de su memoria. Como reconoce el autor, Beba es una novela dedicada «a todas las mujeres». Pero ocurre que, efectivamente, si bien la narración parte de las vivencias de un chaval, las abanderadas son su abuela, a la que él llama Beba o su tía Gertrudis, mujeres que han de sobrevivir en un ambiente rural, violento, marcado por las leyes de los hombres y en plena persecución de quienes lucharon en la Guerra Civil en el bando republicano.
Fiel a su manera de ver y entender a la sociedad y al ser humano, Emil. B. D. Mil parte de su deseo de realizar una crítica a las religiones, o mejor dicho, a quienes se erigen en portadores de la verdad divina y en nombre de su dios cometen atrocidades. Si anteriormente hemos dicho que Beba es una novela sobre mujeres luchadoras, también podría afirmarse que es una obra sobre la condición humana y los ilimitados resortes que la historia nos ha dado para sembrar el mal y la violencia. La Iglesia tampoco sale indemne de la crítica del autor.
Emil. B. D. Mil ha publicado Beba a través de Caligrama (Penguin Random House Grupo Editorial España). La novela apareció el pasado 29 de febrero.
El autor
Emil. B. D. Mil nació en un pueblo fabril de Bizkaia, en la abrupta costa del Cantábrico. Perteneciente a la generación de los baby boomers, se licenció en Economía Matemática en la Universidad del País Vasco (UPV/EUH) y es lo que podríamos definir como un hombre del Renacimiento: albañil, electricista, ferrallista, carnicero, soldador, chófer, jardinero, contable, ajedrecista, cocinero, charcutero, cultivador de bonsáis, pintor, camionero, cantero, carpintero, administrativo… Y ahora tiene la osadía de adentrarse en los difíciles mundos de la novela. Su ópera prima fue Los hijos de Gaia: El niño que perdió su sombra y Beba es la segunda obra.
