Los gatos son seres muy especiales quien viva con uno lo sabe. Ya hemos hablado en varias ocasiones sobre ellos en Gatrópolis, y tenemos que admitir que son nuestra debilidad. Nada más que hay que ver nuestro nombre y nuestro logo.

Los felinos cuando irrumpen en nuestras vidas lo hacen para quedarse. Por no hablar de que la ponen patas arriba, y sin darnos cuenta los papeles se cambian. Porque cuando crees que eres el dueño de un gato, te equivocas. Son ellos quienes mandan en tu hogar desde el primer momento que cruzan su puerta, y tú terminas arreglando cada desastre que provocan y saciando todas sus exigencias. Esto significa que más que ser un gato y dueño, sois un gato y su humano.

En esta línea va 100 maneras de que un gato eduque a su humano (Alianza, 2018), unas reflexiones gatunas firmadas por Celia Haddon. Se trata de un pequeño y divertido libro de apenas 100 páginas, donde la autora le dice a esos gatos que estrenan casa, cómo deben “adiestrar” a sus dueños para conseguir su fin.

Les dice desde cómo llamar su atención removiendo el arenero o sentándose en el teclado del ordenador; hasta cómo “exigir” comida a la altura de estos seres; pasando por cómo pasar su tiempo de ocio o cómo premiar al humano cuando este hace bien su cometido.

Es una pequeñísima obra destinada a todos los amantes de los gatos y a todos aquellos que comparten su vida con uno (o varios, porque una vez que se empieza…). Y que no tiene mayor pretensión que mostrarnos que sea cuál sea la raza, o vivan donde vivan, los mininos tienen un comportamiento universal. 100 maneras de que un gato eduque a su humano saca la sonrisa de quien lo lea al reconocer esos patrones, algunos que nos hacen gracia, y otros que nos irritan.

Hay artículos en internet que dicen por ejemplo que vivir con gatos o ver vídeos protagonizados por ellos nos ayudan a tener buena salud, y este libro da fe de ello.