Su peculiar comedia centrada en un personaje popular que se interpreta a sí mismo es una de las últimas sensaciones de la cinematografía española. Una noche con Juan Diego Botto nos hace reír desde la solidaridad y la añoranza de un mundo más habitable. Ha estado en la preselección de las candidatas a los premios Goya 2019. A pesar de no haber superado el último corte, hablamos de una obra necesaria.
¿Qué hay detrás de Una noche con Juan Diego Botto? ¿Por qué un corto en el que un actor se interpreta así mismo?
Antes de nada, encantados de saludaros. Gracias por la entrevista y por la visibilidad para nuestro cortometraje.
Contestando a la pregunta, nosotros somos muy fans de series como ¿Qué fue de Jorge Sanz?, Louie o Seinfeld, y en todas ellas se juega a mezclar realidad y ficción, con los actores protagonistas interpretándose a sí mismos. Juan Diego Botto era perfecto para jugar con su imagen pública. Por un lado, es un sexsymbol para varias generaciones, pero también es una persona culta y extremadamente comprometida con la sociedad. De hecho, el papel tenía que hacerlo Juan Diego Botto, sí o sí, no había ninguna alternativa de casting. Por eso estamos tan agradecidos a su sentido del humor y a que quisiese hacer el cortometraje.
¿Cuál es la intención de crear esta historia?
Hacer comedia es hoy más necesario que nunca. Nosotros somos fans y defensores de este género al que muchas veces se le considera menor (no hay más que ver el palmarés de los principales festivales de cine para darse cuenta de ello). Nuestra intención principal era, por supuesto, contar una historia divertida e interesante para el público. Pero siempre es importante hacer algo que te guste a ti mismo como autor, algo que te gustaría ver como espectador. Y la verdad es que estamos encantados con la experiencia y con el resultado final.
¿Cuándo surgió la idea de este crear este corto?
Todo surgió de una idea de Teresa, que un día empezó a fantasear con cómo sería una cita con Juan Diego Botto, llevándola al extremo, por supuesto. El compromiso social es imprescindible para crear entre todos un mundo mejor, pero hablar de ello durante una cita no es, precisamente, lo más erótico del mundo. Esa es la premisa inicial del cortometraje y la idea sobre la que orbita el conjunto de la ficción.
El corto ha sido preseleccionado para la próxima entrega de premios Goya, aunque no ha podido pasar la criba definitiva. Aun así, ¿qué ha supuesto esta prenominación?
Estamos muy felices. Llegar a estar entre los 15 finalistas al Premio Goya era algo con lo que soñábamos. Nos ha hecho mucha ilusión este reconocimiento, y ahora estamos luchando para que Una noche con Juan Diego Botto tenga toda la visibilidad posible. Era un sueño estar nominados, la verdad.
El corto ya ha recibido varios premios en distintas categorías, pero ¿en qué medio ayudan a promocionar a la obra?
Cuando cuentas una historia e involucras a tanta gente en su desarrollo, lo principal es tener la oportunidad de mostrarla al mayor número de personas posible. Cada selección en un festival conlleva que haya gente en una sala para verlo. Y cada premio es un pequeño impulso para darle promoción y notoriedad al corto.
Esta pequeña historia nos podría hacer pensar que cada cosa tiene su momento, pero también que siempre hay unas cosas que son prioritarias. ¿Con cuál os quedáis?
Estamos de acuerdo en que cada cosa tiene su momento y creemos que es importante poder poner cada cosa en su sitio. En la vida tiene que haber tiempo para todo. Y para el compromiso social, más que para nada. Pero lo que no podemos perder nunca es el sentido del humor y la capacidad de reírnos de nosotros mismos.
El mensaje que transmite el personaje/actor Juan Diego Botto es necesario para avanzar en muchas necesidades que tiene nuestra sociedad actual. ¿Lo veis como una utopía o realmente alguna vez podremos lograr un mundo más justo y habitable?
Ojalá sea posible lograr un mundo más justo entre todos. Ahora mismo estamos viviendo un momento muy complejo y polarizado a nivel global. Por un lado, hay más visibilidad que nunca para el compromiso social, pero también se están sumando seguidores a ciertos políticos que representan formas de pensar que recuerdan mucho a etapas de nuestra historia que parecían olvidadas, y que basan sus campañas en apelar a lo más primario (y primitivo), como son las banderas y la fobia al resto de culturas. Si hay una cosa que tenemos claro, es que un mundo mejor pasa porque haya más personas como Juan Diego Botto.
Dos personajes para un corto: Juan Diego Botto y Cristina Soria, que encarna a Cristina, pero no se interpreta a sí misma. ¿Cómo ha sido el trabajo de dirección de actores?
La verdad es que fue muy sencillo. Juan Diego Botto y Cristina Soria son dos actores espectaculares y con una vis cómica genuina. Ver a Juan Diego Botto riéndose de sí mismo es lo que más sorprende a la gente, porque es un perfil en el que apenas le habíamos visto antes. ¿Y qué vamos a decir de Cristina? Para nosotros es una de las mejores actrices que hay en este país. Sin duda.