Desde primeros del pasado mes de marzo está a la venta el libro Félix. Un hombre en la tierra, una obra editada por Geoplaneta, escrita por Odile Rodríguez de la Fuente y con ilustraciones de Christa Soriano.
Este trabajo editorial es un compendio ilustrado del pensamiento del hombre que despertó la conciencia medioambiental de millones de personas en todo el mundo.
El 14 de marzo se cumplieron 40 años sin Félix Rodríguez de la Fuente. Cuatro décadas desde que nos dejó en un trágico accidente de aviación en Alaska. Pero hoy sigue siendo uno de las personas más valoradas y recordadas por españoles de todas las generaciones.

Félix. Un hombre en la tierra es el libro definitivo sobre uno de los personajes más influyentes, queridos y respetados en España, que recoge su legado como humanista, naturalista, ecologista y comunicador, y la vigencia de su proyecto.
Odile Rodríguez de la Fuente, bióloga, hija de Félix y principal divulgadora de su legado, ha seleccionado los textos más significativos y desconocidos de la obra de su padre, recopilado la transcripción de sus principales intervenciones radiofónicas y televisivas. Y todo ello, organizado en diez capítulos temáticos de suma actualidad cuando en Europa se acaba de declarar la emergencia climática y la transición ecológica pasa a ser política de estado en multitud de países.

Con prólogos de la escritora María Sánchez y el ambientalista Benigno Varillas, tiene un broche final como el testimonio de personalidades de todos los ámbitos, que glosan su figura, como Andreu Buenafuente, Rosa Montero, Jesús Calleja o Juan Luis Arsuaga, entre otros. Los También se pueden ver dibujos y material inédito de Félix Rodríguez de la Fuente.
En busca del amigo Félix
Sobre Félix. Un hombre en la tierra, su autora, Odile Rodríguez de la Fuente, ha declarado que «cuando la editorial geoPlaneta se puso en contacto conmigo para ofrecerme la oportunidad de escribir un libro sobre mi padre, mi primera reacción fue rechazar la oferta. ¿Qué podía escribir yo que no se hubiera dicho ya sobre él? Sin embargo, no tardé en darme cuenta de que existía un vacío que yo misma había detectado cuando recurría a libros y biografías sobre Félix para uso propio. No existía un solo lugar que reuniera y ordenara su filosofía y reflexiones más profundas, dándoles absoluto protagonismo. Por otro lado, también he deducido, en los años que llevo dedicada a perpetuar y proyectar el legado de mi padre, que lo que la gente busca, a lo que acude, en realidad, no es tanto a interpretaciones o biografías sobre su persona, sino al propio Félix».