Este viernes 13 se ha estrenado Litus, la última película de Dani de la Orden (Barcelona nit d’estiu, Barcelona, nit d’hivern, El mejor verano de mi vida), la cual basa sus cimientos en la amistad y la muerte. Laureada en la pasada edición del Festival de Málaga (en la que Quim Gutiérrez recibió el Premio a Mejor Actor de Reparto), se ha convertido en uno de los estrenos más deseados de este mes. Basada en la obra de teatro homónima, creada por Marta Buchaca, De la Orden nos cuenta la historia de su protagonista, que da nombre al filme, y cómo tras su suicidio, sus amigos se reúnen una última vez para homenajearle, con sus respectivas sorpresas.

Sin duda, lo que más llama la atención del filme son la ternura y el respeto con los que trata su temática: la salud mental. Este pasado martes, 10 de septiembre, se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo. “La película habla del duelo, de la incapacidad para despedirse, de la presencia de la muerte, de la necesidad de salir adelante, de cómo el dolor nos lleva a tomar decisiones equivocadas… de muchísimas cosas”, ha declarado Quim Gutiérrez. Gracias a esta película, damos visibilidad a un tema tabú (el suicidio), que al menos, durante la hora y media que dura la misma, deja de serlo. Nada más que por esto, ya es un filme muy valioso.

Pero esto no es lo único. Son curiosos los detalles que tiene la película. La importancia de preguntarle a alguien “cómo estás” de manera sincera, saber ver los signos. Además, nos lo plantea de una forma muy humana, y esta es la mejor perspectiva para tratarlo: lo afronta con dolor y con perplejidad, pero sin dejar de pasar un buen rato, gracias al entorno en el que se ubica y las subtramas que la acompañan, que son complementarias y fundamentales a la idea principal (el amor no lo es todo, que hasta la relación más perfecta puede ser tóxica, las fisuras en las amistades, el dolor del duelo, el síndrome de Peter Pan y que, no por morirse alguien, debemos dejar de lado sus defectos).

Con detalles que nos recuerdan al filme Pequeñas mentiras sin importancia (Guillaume Canet, 2010), nos encontramos ante situaciones que nos plantean la angustia o la tensión en un momento tan complicado frente a los detalles cómicos (casi hiriente) que nos da el guión.

Sin duda, yo me quedo con dos cosas principalmente. La primera, es la extraordinaria aportación de Iván Ferreiro. Aunque la banda sonora ha recaído en él y en Dani Trujillo, el primero ha sido el encargado de crear el tema principal del filme, interpretado por el propio Miquel Fernández. “La banda sonora de Litus está pensada para ayudar a la catarsis del argumento”, declaró Dani de la Orden en el Festival de Málaga. 

Por último, aunque cuenta con un reparto estelar, yo me quedo con Quim Gutiérrez, entre otras cosas, por ser el pilar fundamental del filme al ser el hermano de Litus. El personaje más sufridor, no solo por perder a su hermano, sino por la forma en la que se enfrenta a la situación y por el fin de la reunión. Por no hablar del monólogo (casi) obligatorio que tiene en las películas que realiza y en la que exalta un tema de actualidad, en este caso, el suicidio.

Sin duda, Litus nos propone varios debates, desde el tema tabú del suicidio, hasta la manera de afrontarlo los familiares y amigos, pasando por la hipocresía social de elevar a los altares a quienes fallecen por el mero hecho de hacerlo.