En la muerte del ilustre Antonio Rivero Taravillo
Recordamos nuestro encuentro con él
El 19 de septiembre pasará a la historia porque ese día falleció Antonio Rivero Taravillo. Natural de Melilla (10 de mayo de 1963), estuvo asentado en Sevilla a lo largo de su vida. Pero su alma, sus sentimientos y su fecunda creación literaria que estuvo muy ligada a la tierra irlandesa. Hombre tremendamente culto, afable, buen conversador, fue escritor, traductor, ensayista y poeta.
Gatrópolis tuvo la dicha de entrevistarlo en el rectorado de la Universidad de Sevilla en 2023 por la publicación de su excelente obra poética Suite Irlandesa (Fundación José Manuel Lara), y su personalidad y los ecos de su voz culta y sosegada aún impregnan los recuerdos de aquel encuentro.
Por eso, y en su honor, extractamos algunas de sus opiniones concedidas aquella tarde de un marzo sevillano.
“Irlandés de corazón y africano circunstancial…”
“Nací en Melilla. Viví muy poco tiempo allí. El resto del tiempo lo he pasado en Sevilla. Pero, de corazón, es cierto que soy irlandés. Me gusta mucho el país. No es algo pasajero. Realmente forma parte de mí”.
El descubrimiento de Irlanda
“A Irlanda la descubrí muy joven, oyendo música irlandesa. Quizás tuviera algún conocimiento del país por la literatura y, sobre todo, por lo que nos llegaba de la actualidad, que estaba presente por desgracia en los telediarios de los años 70 por la violencia que había allí. Pero a través de la música empecé a interesarme más por el país. Aquello fue como una puerta abierta a su conocimiento”.
Un hombre polifacético fiel a la poesía
“Yo comencé escribiendo poesía, sobre los años 81, 82. Y fue un descubrimiento. Lo intenté a partir de algunos modelos que me gustaban. Y así ha sido hasta hoy. Pero con el tiempo también descubrí que había otras formas de escribir. La novela para mí es algo reciente. La primera la publiqué en 2014. Luego han venido tres más. Sí hago bastante ensayo literario, crítica, biografías y, a día de hoy, realmente, salvo teatro, he escrito en todos los géneros. Pero a la poesía es a la que le he ofrecido la fidelidad más constante. Y es lo que le da sentido a todo lo demás”.
Fotografía de Patricia del Zapatero
Su faceta de traductor
“He traducido a muchos autores. Entre ellos, a muchos irlandeses. Tanto de lengua inglesa como de gaélico irlandés. Me gustaría dedicar mucho más tiempo a eso. Pero realmente son muchas las obligaciones a las que quiero atender. Pero con el tiempo voy centrándome en algunas prioridades y, quizás, descarte en el futuro hacer traducciones de encargos que no me aportan nada más allá de la retribución, y hacer cosas que creo que solamente puedo hacer yo, como traducir a ciertos autores irlandeses que de otra manera podrían tardar mucho más en llegar al español”.
Sobre Luis Cernuda
“Para mí Cernuda es muy importante. No lo pondría, quizás, en el número 1, porque varios podrían estar también ahí. Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, para mí fue muy importante. Y le tengo aún mucha veneración. Creo que unos escritores no excluyen a otros. Es verdad que Cernuda es un poeta relevante, que conforme pasa el tiempo no ha decaído. A diferencia de otros, que tienen su momento de moda. Cernuda, al contrario, está siempre vigente”.
Su vinculación con Casa del Libro
“Casa del Libro comenzó en el año 1923. Fui director en Sevilla. Abrí la librería en 2001, tras una etapa de preparación de aquella apertura. Y mis memorias de librero de esa época han sido recogidas recientemente en un libro que se titula Un hogar en el libro. Me aportó mucho la dirección de la librería. Coincidió con un momento en el que se produjo una gran expansión de las editoriales independientes. Y todo eso me enriqueció”.
La importancia de los libros en su vida
“De pequeño, en mi casa, afortunadamente, había libros. Y, también por suerte, había libros que no eran necesariamente para la lectura por niños. Es importante para un joven tener a su alcance libros para adultos o que estén un escalón por encima de él. Le ayudan a ampliar sus horizontes. Los libros son una segunda vida para mí. Son la vida verdadera”.
Fotografía de Patricia del Zapatero
Suite irlandesa, un proceso muy personal
“El editor de la colección Vandalia, que es Ignacio Garmendia, un estupendo crítico y editor, propuso hace tiempo incluir un libro mío en la colección. Él quería que fuera un libro algo especial. No un poemario más, sino que tuviera una característica que lo hiciera singular. Él sabía de mi interés por Irlanda, y me propuso algo que tuviera que ver con ella. Entonces, pensé en escribir un libro sobre Dublín, que es la primera parte de Suite irlandesa, y nos dimos cuenta de que hacía falta algo más. Y como había escrito bastante sobre Irlanda, lo que hicimos fue reunir todos los poemas que ya había publicado sobre el tema irlandés, tirar de otros poemas inéditos, pero que ya estaban formando parte de libros que mantengo en el cajón y que podrían complementar a los ya publicados, añadir ‘Dublín’, como primera parte, y luego escribir poco a poco antes de que se fuera a editar el libro un poema que hace de epílogo, que es ‘La Reina Maeve’, que recoge de algún modo mediante la personificación en una reina mítica de Irlanda, el amor por el país. Hay una especie de tensión entre el pasado mítico, el amor, el sexo, la arqueología… Todo está recogido en este poema final”.
“Irlanda, esta tierra que conoce mi sueño”
“Creo que de tanto frecuentar Irlanda y de trabajar y escribir sobre ella, ya sabe un poco por dónde van mis sueños, que no son otros que los de viajar allí, de impregnarme de su literatura y su música. Y todo eso está en Suite irlandesa. La obra recoge esta pasión desde muchos ángulos distintos. Desde la historia, la cultura, la música, sus escritores. Hay muchos escritores irlandeses aquí, ya sea que los he traducido, que los he leído… Y todo esto crea un orden donde se van integrando los poemas”.
‘Éire’, una declaración de amor
“Eire es el nombre de Irlanda en gaélico. Y era el nombre de una diosa. Se confunde lo más moderno con lo más antiguo. Y, efectivamente, es una confesión rotunda de amor.
Al ser amado muchas veces se le denomina de formas distintas, complementarias todas ellas. Por eso, el poema final ‘La Reina Maeve’, es un poema de amor a una reina, una persona, un ser de carne y hueso, o no, porque es un ser mítico. Pero el país entero está ahí encarnándose”.
La relación entre viajar y escribir
“Viajar es una fuente de estímulos constante para escribir. Casi siempre que viajo traigo en el equipaje un poema o más de uno. El simple hecho del asombro, del estupor, de ver rostros que nunca has visto, o paisajes, o incluso algo que has visto mil veces, te genera inspiración. Se crea una atmósfera propicia para crear poesía, porque ésta suele obedecer a conflictos. Y un viaje, al situar a la voz del poeta fuera de su zona de comodidad y obligarle a enfrentarse a tensiones que no contemplaba, estimula a su poesía”.
DEP, maestro.


