Pablo Quijano se luce con su cortometraje Rubio Cobrizo, presentado fuera de concurso en el Festival de Cine de Málaga. Y lo hace porque nos ofrece una obra sutil, irónica, crítica, donde el drama se mezcla con el humor, negro, pero capaz de arrancar una sonrisa incluso en momentos de tensión extrema.

¿Y qué decir de ese derroche interpretativo de María Barranco y Elisa Matilla? Dos actrices que mantienen un pulso de gran nivel y logran conservar la tensión hasta el último suspiro… y nunca mejor dicho en este caso.

Raquel y Maika son vecinas, pared con pared, desde hace muchos años. Mantienen una rivalidad enfermiza. Y en su interminable pugna muestran una irreconciliable animadversión. Son dos mujeres distintas, en todos los sentidos. Dos formas de entender la familia, dos vidas opuestas, dos ideologías que representan a las dos Españas. 

Inspirada en una historia real ocurrida en Valencia, Rubio Cobrizo es un cortometraje guionizado por el mismo director, Pablo Quijano. Se podría decir que es una metáfora de ese cainismo que tan dramáticamente ha presidido la historia de nuestro país.