El actor estadounidense Willem Dafoe (Appleton, Wisconsin, 1955) protagonizará la imagen del cartel de la 68 edición del Festival de San Sebastián, que tendrá lugar del 18 al 26 de septiembre. El Festival comenzó en 2018 una nueva línea de carteles, cuya composición aúna fotografía e ilustración y preside una figura de la cinematografía contemporánea. La actriz Isabelle Huppert inauguró la serie en la 66 edición y el año pasado lo hizo Penélope Cruz. El cartel ha sido realizado por el estudio donostiarra Patio a partir de una imagen del fotógrafo Martin Schoeller.
Nominado cuatro veces al Oscar y tres a los Globos de Oro, Dafoe recibió en 2005 el Premio Donostia en reconocimiento a una trayectoria que incluye colaboraciones con los cineastas Michael Cimino, Martin Scorsese, Oliver Stone, John Waters, Paul Schrader, David Lynch, Alan Parker, Abel Ferrara, Lars Von Trier, Wes Anderson, Sam Raimi, Sean Baker y Robert Eggers, entre muchos otros.
Willem Dafoe visitó San Sebastián por primera vez en 1988 para presentar La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese. Regresó en 1997 para acompañar la película Victory (Mark Peploe), que compitió en la Sección Oficial, y en 2005 volvió para recoger el galardón honorífico más importante del Festival, el Premio Donostia, en una ceremonia en la que se proyectó Before it Had a Name. Su última visita tuvo lugar en 2014 junto a Pasolini, dirigida por Abel Ferrara.
«Es un honor para el Festival que uno de los mejores actores del mundo, con el que nos une una afectuosa relación desde hace muchos años, haya aceptado ser la imagen de la 68 edición del Festival de San Sebastián«, ha apuntado el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos.
«Lugar de encuentro del pasado, presente y futuro del cine»
Los carteles de esta edición pertenecen a la serie Huele de cine, elaborada por el estudio donostiarra Patio, que ya diseñó el cartel de la retrospectiva dedicada a Ernst Lubitsch en 2006, en la 54 edición. El director creativo de Patio, Patxi Zapirain, ha partido de un concepto que agrupa la cartelería y la dotase de una identidad compartida, con el objetivo de «contribuir al posicionamiento del Festival como lugar de encuentro del pasado, presente y futuro del cine«. Los motivos orgánicos y vegetales y el color dominan las imágenes a través de las que Zapirain representa al Festival «como un gran jardín donde puedes encontrar todo tipo de flores, de sensaciones y olores, un jardín que está muy vivo, con grandes flores, grandes películas, pero también con pequeñas películas que pueden hacerse grandes«.