Alex O’Dogherty: “Palabrerío ibérico recoge palabras de todas las provincias de España”
Sobre el poder del lenguaje
Actor, músico, humorista… y ahora también “recopilador de palabras”. Alex O’Dogherty atiende a Gatrópolis tras la presentación de Palabrerío Ibérico (El Paseo) en la Feria del Libro de Sevilla 2025; un libro que nace del espectáculo Imbécil que le llevó por toda España entre 2019 y 2024. Recoge las palabras que el público le fue diciendo a lo largo de la geografía española; palabras propias del lugar. En esta entrevista, reflexiona sobre el poder del lenguaje, el humor como herramienta de conexión y los riesgos de la comedia en tiempos de redes sociales.
¿Cómo surge el título Palabrerío Ibérico?
La primera palabra la robé conscientemente y cariñosamente de un libro que conozco desde pequeño, Palabrerío de la Isla, de San Fernando, mi pueblo. Me gustaba como homenaje. Lo de ibérico viene de esa broma interna que hago en mis espectáculos, sobre todo en sitios donde la palabra España puede resultar delicada. Siempre digo “aquí en la Península Ibérica”, y no me pueden discutir que no es verdad. Como el libro recoge palabras de todas las provincias, me pareció que encajaba.
¿Crees que el contexto cambia el significado de las palabras, que según dónde y cómo se digan puede molestar o agradar?
Sin duda. Las palabras escritas tienen mucho peligro. Muchas peleas se forman por malentendidos en WhatsApp o redes. En un espectáculo, en un contexto de humor, decir “gafotas” o “calvo” puede no ser ofensivo. Pero claro, depende del tono. Yo defiendo mucho el contacto personal, que se está perdiendo. Ya hasta da miedo que suene el teléfono. Es mucho mejor oír las palabras que leerlas.
Fotografía de Patricia del Zapatero
Hacer las cosas ya es el primer éxito. Que se vendan, es un súper éxito
Alex O'Dogherty, autor de 'Palabrerío ibérico'
¿Qué opinas del uso de eufemismos como “invidente” en lugar de “ciego”?
Los eufemismos están a la orden del día. Pero llegará un momento en que “invidente” también moleste y se invente otra palabra. Si alguien es ciego, es ciego. Es descriptivo. A veces nos la cogemos con papel de fumar. Lo positivo es que nos hace pensar nuevas posibilidades lingüísticas, pero siempre hay motivo para molestarse.
¿La idea de convertir una parte del espectáculo Imbécil en un libro como Palabrerío ibérico fue improvisada?
No recuerdo el día exacto, pero posiblemente fue pronto. El espectáculo duró cinco años, y quizá después del primero ya tenía la idea rondando. Sabía que era una tarea ardua, pero me va la marcha tropical, como decía Camarón. Me alegro mucho de haberlo hecho. Tengo muchas ideas, ilusiones, sueños… Y me siento muy bien cuando los veo terminados. Hacer las cosas ya es el primer éxito. Que se vendan, es un súper éxito.
¿Crees que el humor se ha convertido en una profesión de riesgo, sobre todo en esta época de Internet?
En cierto modo sí, pero merece la pena. No podemos permitir que el mundo nos cambie. No podemos censurarnos por miedo a las repercusiones. Si el riesgo es que te insulten o te comenten algo en redes, hay que asumirlo. Lo importante es hacer el humor que te gusta. Esa es la aspiración.


