'Cypress Hill convierte Sevilla en un templo del hip hop sin fecha de caducidad'

Cypress Hill convierte Sevilla en un templo del hip hop sin fecha de caducidad

No faltaron sus grandes éxitos

Con la imponente arquitectura de la Plaza de España como telón de fondo, Cypress Hill dejó una huella profunda.

La noche del 2 de Julio cayó sobre la Plaza de España de Sevilla como una cortina de terciopelo, pero pronto se desgarró con los primeros beats de Cypress Hill. Lo que empezó como una cita con la nostalgia en el Icónica Santalucía Sevilla Fest, se convirtió en una celebración atemporal del hip hop, un viaje sonoro y emocional que rompió barreras generacionales con una potencia intacta.

Desde el primer scratch de DJ Lord, quedó claro que aquello no era un simple reencuentro con el pasado. El público —una mezcla variopinta de chavales con estética noventera, padres con camisetas vintage y veteranos del rap— vibraba al unísono, como si el reloj se hubiera detenido en los años en los que Cypress Hill empezaba a redefinir el sonido de la calle.

B-Real y Sen Dog aparecieron entre luces y humo con la fuerza de dos leyendas que no han perdido el filo. El estallido llegó con ‘When the Shit Goes Down’, desatando una oleada de saltos, coros y manos en alto que marcaron el tono de la noche: energía pura, directa al pecho.

Le siguieron temas icónicos como ‘Tequila Sunrise’, ‘A to the K’ y ‘Hand on the Pump’, que no sonaron como reliquias, sino como declaraciones de principios. El sonido fue rotundo, sin adornos, fiel a esa crudeza que los convirtió en referentes. En medio del repertorio, hubo espacio para una pausa aromática con el ya habitual ‘Weed Medley’, envuelto en un humo que no solo decoraba el escenario, sino también gran parte del público.

Pero el momento que selló la comunión entre grupo y audiencia fue ‘Insane in the Brain’, que convirtió la plaza en una olla a presión. Gritos, saltos y una catarsis colectiva hicieron que más de uno terminara con la voz rota. La sorpresa llegó con una versión explosiva de ‘Jump Around’, que nadie vio venir y que rompió cualquier atisbo de formalidad: la plaza fue puro descontrol por unos minutos.

El broche final lo pusieron con ‘How I Could Just Kill a Man’ y ‘Can’t Get the Best of Me’, dejando claro que no necesitan fuegos artificiales para reventar un escenario. Lo suyo es músculo musical, precisión escénica y una fidelidad absoluta a sus raíces.

Cypress Hill convierte Sevilla en un templo del hip hop sin fecha de caducidad

Fotografías de Mauri Buhigas

Hip hop como punto de encuentro

Más allá del repertorio y la puesta en escena, lo que hizo especial la noche fue la mezcla humana que se reunió allí. Jóvenes descubriendo por primera vez el poder de un directo así, padres compartiendo versos con sus hijos, viejos fans reviviendo momentos con mirada emocionada… Todos formaban parte de una misma historia tejida a base de ritmos, protesta y calle.

Con la imponente arquitectura de la Plaza de España como telón de fondo, Cypress Hill dejó una huella profunda: la de un grupo que no necesita adaptarse para seguir vigente, porque su mensaje, su sonido y su actitud siguen resonando con más verdad que nunca.

Fotografía de portada de Mauri Buhigas

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