'Una versión particular de Frankenstein'

Una versión particular de Frankenstein

Crítica de la película de Guillermo del Toro
Llega a Netflix la adaptación cinematográfica del clásico gótico Frankenstein, firmada por el mejicano Guillermo del Toro.

En el cine es normal ver varias versiones de la misma historia. Solamente hace falta echar un vistazo al género que predomina hoy en día. El género de los superhéroes. En solo 25 años hemos tenido tres Spiderman, dos Batman y dos Superman. Si miramos un poco más lejos, y nos vamos de este género, vemos que hemos tenido, en tan solo 50 años, cuatro James Bond diferentes. El primero o en el que ocurrió esto fue en el de terror, y un buen ejemplo es el Prometeo moderno, salido de la novela gótica escrita en el siglo XIX por Mary W. Shelly, Frankenstein, o el moderno Prometeo. La primera aparición de la creación imperfecta fue en 1910, de la mano del director estadounidense J. Searle Dawle. Después de esto, y hasta el día de hoy, la novela ha tenido 20 adaptaciones (con modificaciones en la trama; recordemos tanto al personaje de La Novia como al ayudante Igor). Este año, la historia vuelve a ser contada, esta vez de la mano del fanático de la fantasía, nuestro querido Guillermo del Toro con, personalmente, la mejor adaptación de la novela gótica, que llegó a las pantallas grandes el 24 de octubre y, que ya se puede disfrutar en Netflix

Una versión particular de Frankenstein

Obviamente, al hablar de él debemos nombrar sus mayores creaciones. Recordemos que, en 2006, Guillermo del Toro estrenó El laberinto del fauno, su obra culmen, con la que logró volver a casa no solo con siete premios Goya, sino con tres Oscar. Sin embargo, Del Toro no lograría levantar las estatuillas doradas a Mejor película y Mejor dirección hasta 2018, con la maravillosa La forma del agua. Si nos fijamos, el director mexicano tiene una fijación por el mundo del fantástico. Seguramente, ahí fuera, en la calle, la gente piense que a Del Toro solo le gustan el terror y los monstruos. Sin embargo, si lo pensamos mejor, él no presenta a los “monstruos” como los villanos. Recordemos la ya nombrada La forma del agua, donde sí hay uno, pero no es el mal para superar. 

Guillermo del Toro siempre ha tenido una idea muy clara. Hay algunos humanos a los que lo mejor que les puede pasar es llamarlos “monstruos”. Esto se puede ver perfectamente en su última película, Frankenstein. Nosotros, al hablar sobre ella estamos hablando de una adaptación. Personalmente, y como he dicho al principio de esta crítica, la mejor que hemos tenido desde que se decidió adaptar la historia del hombre que juega a ser Dios. Guillermo del Toro se toma sus propias libertades, pero teniendo en mente siempre la historia original. Para entendernos, si tú quieres ver una película fiel al libro original, esta es la tuya. Si, en cambio, quieres una nueva versión de la clásica historia, también es tu película.

Además, hay que tener en cuenta que ha utilizado el libro original para todo (como deberían hacer todas las personas que quieren adaptar una novela). Esto quiere decir que hay cosas sacadas directamente de la novela original (por ejemplo, el lenguaje que se utiliza a lo largo de todo el metraje, cosa que puede llegar a ser pesada a la mitad de la película), y otras son libertades que, aunque se tomen el riesgo de innovar, van como anillo al dedo (por ejemplo, y no es spoiler, la relación entre Elisabeth y el propio Victor). En resumen, una historia que ya se conoce, pero con tintes nuevos que dan un aire nuevo. Una cosa curiosa.

Una versión particular de Frankenstein
Una película y una historia universales

En el libro, la historia empieza cuando el capitán de un barco que se ha quedado atrapado entre los bloques de hielo de la Antártida encuentra a Victor malherido. Cuando lo salva, Victor decide explicarle su situación al capitán para que logre entender todo lo que ha hecho para llegar hasta esa situación. En la película de Guillermo del Toro pasa algo más o menos parecido. Empieza con el capitán salvando a Victor (el preludio) y, cuando éste decide contar su historia, en la pantalla aparecen unos rótulos donde pone: “Parte 1. Victor”. Cuando vi esto, pensé: “¡¿COMO QUE PARTE 1?!. Es decir, la historia de la película se divide en tres partes que sirven como piezas de un rompecabezas. El preludio (del que ya hemos hablado), la versión de Victor y la versión de la creación. Con esto, Guillermo del Toro intenta que el espectador empatice con el monstruo, y vaya si lo consigue. 

Si hablamos de actuaciones, obviamente debemos resaltar a Jacob Elordi como El monstruo. Interpreta perfectamente lo que me gusta llamar “La pizarra en blanco”. Con esto me refiero al ser que no tiene pensamientos, y que vive todo por primera vez. Por ejemplo. Cuando El monstruo sale al mundo exterior, se queda impresionado por un ciervo, o por la nieve, o por el fuego… Son en estos momentos donde tú, querido lector, dices: “Vale. Esto está guay”. Sin embargo, cuando vemos a la criatura ya con ese problema de “¿Qué soy?”, es cuando la actuación de Jacob Elordi se alza por las nubes. Vemos a un ser (que no llega a ser una persona) con los problemas existenciales que nos han causado más de algún dolor de cabeza a nosotros, al público que ha decidido ver la película.

Si tenemos a la creación, debe de haber un creador muy cab… para haber hecho lo que hizo. En este caso, es el doctor Victor Frankenstein, interpretado por Oscar Isaac el que logra llegar a los límites del protagonista de la obra original. Me explico. Al principio, Victor, es un hombre encabezonado con encontrar la forma de engañar a la muerte y la forma de revivir a un hombre gracias a la ciencia. Aquí vemos a un hombre muy decidido por su objetivo. Sin embargo, al conseguirlo, se muestra al verdadero Frankenstein. Un hombre que, en verdad, no lo tenía tan claro. 

Para acabar, me gustaría hablar sobre el diseño de producción. Es decir, el diseño del mundo. Ya se sabe que Guillermo del Toro no es fan de los efectos digitales, y aquí, en esta película, se nota su pensamiento. Todo (y cuando digo todo, digo todo) se siente real. Tanto las grandes mansiones, como las cicatrices de la creación, como la gélida Antártida. Solamente hay que recordar lo que dijo Guillermo del Toro en una presentación del filme: ”Fuck A.I” (“Que le den a la I.A”).

En resumen. Frankenstein es una película que brilla por todo, con unas actuaciones destacables. Una trama que, aun estando basada en una novela del siglo XIX, se siente nueva y fresca, que te haría replantear qué es lo que nos hace humanos. Si hay que señalar algo malo, diremos que algunos diálogos, aunque estén muy bien, la forma en la que lo dicen puede llegar a cansar.

Sinopsis

Un científico brillante y obsesivo, Victor Frankenstein, en su ambición por desafiar a la muerte, da vida a una criatura ensamblada con partes de cadáveres. Pese a tratarse de una proeza científica, Frankenstein considera que la criatura carece de inteligencia y la rechaza. Dolida, esta se rebela contra su creador.

Ficha de Frankenstein

País y año de producción: Estados Unidos, México, Reino Unido, 2025.

Duración: 149 minutos.

Dirección: Guillermo del Toro.

Guion: Guillermo del Toro, sobre una adaptación del libro del mismo nombre de Mary Shelley.

Reparto: Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz, Charles Dance, David Bradley, Lars Mikkelsen, Christian Convery, Felix Kammerer, Ralph Ineson, Lauren Collins, Burn Gorman.

Dirección de fotografía: Dan Laustsen.

Música: Alexandre Desplat.

Producción: Guillermo del Toro y J. Miles Dale.

Distribución: Netlix.

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