Ayer comenzó el rodaje de la nueva ficción original de Movistar+, En el corredor de la muerte. Está inspirada en el libro de Nacho Carretero, y está producida por Bambú Producciones, creadores de Fariña, serie que también se basa en otro trabajo de Carretero. Miguel Ángel Silvestre regresa así a la televisión en España, y lo hará poniéndose en la piel de Pablo Ibar.
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En el corredor de la muerte se basa en el caso real del español-estadounidense Pablo Ibar, quien en el año 2000 fue condenado a la pena capital por un triple asesinato cometido en 1994, y del que se considera inocente. Tras un largo proceso de apelaciones, el Tribunal Superior de Florida, declaró el juicio nulo en 2016 por considerar escasas y endebles las pruebas. Este fin de semana se supo el veredicto tras un nuevo juicio, siendo declarado de nuevo culpable por el jurado, conociéndose su condena el próximo 25 de febrero.
Miguel Ángel Silvestre protagoniza este proyecto, regresando a la ficción española tras Velvet (2013-2016). Actualmente se encuentra desarrollando su carrera profesional en Estados Unidos donde le hemos podido ver en Sense8 o Narcos. Ramón Campos, Gema R. Neira y Diego Sotelo (Bambú Producciones) son los creadores de En el corredor de la muerte, serie basada a su vez en el libro de Nacho Carretero, que ya trabajaron juntos anteriormente en la ficción Fariña.
La serie constará de 4 episodios con una duración de 50 minutos, y está siendo dirigida por Carlos Marqués Marcet (10.000 km y Tierra firme). «Queremos mostrar a todo el mundo la verdad sobre el caso de Pablo, para que los espectadores puedan sacar sus propias conclusiones sobre la sentencia» (Ramón Campos, productor ejecutivo de la serie). Su fecha de estreno se desconoce por el momento.
Sinopsis oficial
Esta es la historia de lucha de un hombre por demostrar su inocencia. La historia de una familia que nunca se ha rendido.
27 de enero de 1994. Los cuerpos de un hombre y dos modelos de 25 años, aparecen acribillados a tiros en casa del dueño de un club nocturno. La policía encuentra una cámara instalada en el salón de la víctima que ha grabado el asesinato. Esas imágenes son la pista principal de la policía… Por eso, se decide distribuir lo más valioso que hay en ellas: el rostro borroso de uno de los asaltantes. Tres semanas más tarde, en una comisaría de otro distrito, un agente cree reconocer a uno de los asesinos: es Pablo Ibar, un hombre de nacionalidad española al que acababan de detener junto a unos amigos por un robo menor. Pablo asegura que es inocente. Ninguna de las pruebas halladas en el lugar del crimen lo inculpan… Pero de nada sirve. Pablo es condenado y enviado al corredor de la muerte.